En noviembre y diciembre se cosechará el «supermaíz» sembrado hace tres meses en 32 granjas del sur y norte de Guatemala como parte de una experiencia piloto. Se trata de una variedad que rescata el sabor original del milenario cereal domesticado por los mayas y que, sin ser transgénico, es altamente proteínico.
«Se probó durante 20 años sin efectos negativos para el humano. Ahora se mejoró su consistencia, que antes era un poco arenosa, por lo que el grano es igual al común, pero más nutritivo», explicó a Tierramérica Jorge González, gerente de la Coordinadora Nacional de Granos Básicos.
Aseguró que el producto, conocido por los científicos como QPM (maíz de alto valor proteínico, por sus siglas en inglés) representa una gran oportunidad para Guatemala, que basa su dieta nacional en el maíz común, bajo en proteínas.
Respalda el proyecto el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo.
