EDUCACIÓN-IBEROAMÉRICA: Bombardeo contra la desigualdad

El gran reto de los países de América Latina y el Caribe es abatir «la desigualdad económica y social» y ello «sólo será posible con un apoyo colectivo, de gobiernos, empresas, universidades, organizaciones no gubernamentales y, en suma, involucrando a toda la sociedad».

Así lo indicó el catedrático español Álvaro Marchesi tras asumir este martes como secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en reemplazo del argentino Francisco Piñón, tras ocho años de gestión.

Por eso es necesario impulsar programas y acciones concretas en materia de educación y cultura "en toda la Comunidad Iberoamericana", entendiendo por tal al bloque conformado por Andorra, España, Portugal y los países de América Latina y el Caribe, agregó en conversación con IPS.

Marchesi ocupó el cargo de secretario de estado de Educación en el gobierno del socialista Felipe González (1982-1996) y fue director internacional del Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (Idea) de 1997 a 2006, con especiales actividades en Brasil, Chile y México.

La OEI es un organismo intergubernamental para la cooperación entre los países iberoamericanos en el campo de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura.

Su sede central está en Madrid y la integran Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

El papel de la educación fue destacado por Ricardo Díez-Hochleitner, presidente honorario del Club de Roma y miembro del consejo ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Para enfrentar los problemas "necesitamos que se formen líderes políticos y sociales más allá de la simple oratoria, que sintonicen con la sociedad", dijo a IPS.

Díez-Hochleitner añadió que para ello hay que educar para "una democracia participativa, activa, real y no dejar su ejercicio solamente en mano de los políticos".

Hay que impulsar el estudio de las humanidades, "que deben constituir el alma de la ciencia y la tecnología" y no de separar estas últimas de aquellas, como se hace en la actualidad en la mayoría de los programas de enseñanza en todos los países iberoamericanos, sostuvo.

"Porque esto, así como se hace ahora, es puro analfabetismo", concluyó el también integrante de la alemana Fundación Bersteismann, del Real Centro de Relaciones Internacionales de España y de la Fundación Gas Natural, del Consejo Internacional de Desarrollo de la Educación y de la Federación Mundial de Estudios sobre el Futuro y del Comité de Ciencia y Tecnología de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de numerosas instituciones iberoamericanas.

La OEI nació en 1949 como una Oficina de Educación Iberoamericana, se constituyó en la estructura actual en 1985 y desde 1991 es la encargada de organizar las Conferencias de Ministros de Educación y de Cultura de las Cumbres Iberoamericanas, además de desarrollar y coordinar una serie de programas de educación, ciencia y cultura.

Además de su sede central de la capital española, la OEI cuenta con oficinas regionales en Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, España, México y Perú, así como con oficinas técnicas en Chile, Honduras, Nicaragua y Paraguay.

Durante el mandato de Piñón se incorporaron a la OEI como miembros Brasil y Portugal, con lo cual dejó de ser un organismo en el que sólo estaban países de habla española.

Su financiación está cubierta mediante cuotas obligatorias y aportaciones voluntarias de los gobiernos de los estados miembros, aunque 90 por ciento de esas aportaciones las realiza España. También hay otros institutos, públicos y privados, que contribuyen con fondos.

En la última Cumbre Iberoamericana, realizada en noviembre en Montevideo, los ministros del área recomendaron a los jefes de Estado y de gobierno la adopción de una Carta Cultural Iberoamericana "como marco del quehacer cultural y la consolidación de la comunidad iberoamericana".

También se comprometieron a "estrechar la relación entre las políticas culturales y la eliminación de la pobreza como una contribución a las llamadas metas del milenio, resueltas por la ONU en 2000 y para cumplirse en 2015, y para el desarrollo económico y social de Iberoamérica".

En la cumbre de Uruguay también se pronunciaron los ministros de Educación, quienes acordaron un Plan Iberoamericano de Alfabetización y Educación Básica de Personas Jóvenes y Adultas, para ser desarrollado de 2008 a 20015, la creación de un Espacio Iberoamericano del Conocimiento y el impulso a planes de canje de deuda externa por programas de educación.

La coordinación de todas esas iniciativas vinculadas a las Cumbres Iberoamericanas en el sector de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura están a cargo de la OEI.

En ese sentido, Marchesi, al hablar en el acto de toma de posesión del cargo, destacó que la OEI tiene que cumplir el objetivo de "contribuir a fortalecer el conocimiento, la comprensión mutua, la integración, la solidaridad y la paz entre los pueblos iberoamericanos a través de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura".

Para ello, durante el primer semestre de este año deberá elaborar un plan de acción que presentará al Consejo Directivo, integrado por los ministros iberoamericanos del sector y, mientras, continuará cumpliendo el actual, elaborado bajo el mandato de Piñón.

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