DERECHOS HUMANOS: CIA vuela contra valores y credibilidad de UE

Por sobre todos los valores humanos que la Unión Europea (UE) pretende consolidar, la democracia y los derechos básicos son las prioridades máximas y deben prevalecer sin justificaciones de ningún orden frente a eventuales atropellos.

Así lo sostiene con vehemencia en entrevista otorgada a IPS Ana Gomes, diputada socialista portuguesa en el Parlamento Europeo (PE) y una de las más activas integrantes de la comisión investigadora de los vuelos ilegales realizados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en territorio de la Unión Europea y de países candidatos a ingresar al bloque. "Este es un trabajo colectivo de los países miembros del PE, porque pensamos que lo que está en juego es la credibilidad de Europa en los ámbitos de política externa, seguridad y defensa", señaló al explicar el trabajo de la Comisión de Investigación sobre los vuelos de la CIA.

En cuanto a la eficacia en el llamado combate al terrorismo, Gomes apuntó que "es una lucha política e ideológica, pero que debe ser guiada por nuestros valores, de democracia y derechos humanos, los cuales no se pueden cuestionar con comportamientos justificados por las llamadas ‘condiciones extraordinarias’, que llevan a que personas sean secuestradas en vuelos de la CIA".

Ana Maria Rosa Martins Gomes, nacida hace 51 años en Lisboa, es una embajadora de carrera del cuadro permanente del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero en 2002 se volcó a la política activa como secretaria de Relaciones Internacionales del Partido Socialista (PS), que entre ese año y 2004 fue controlado por la llamada "ala izquierda".

Dejó ese cargo, precisamente, al tomar el control del partido la denominada "ala liberal" del hoy primer ministro de Portugal, José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa, quién, no obstante sus diferencias ideológicas, la invitó a formar parte de la lista partidaria para el Parlamento Europeo en las elecciones de junio de 2004.
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Ampliamente conocida en su país por su destacado rol en el proceso de independencia de Timor Oriental, haber sido siempre protagonista de intervenciones públicas "sin pelos en la lengua" y por sus recientes misiones como parlamentaria a Etiopía y a Kosovo (provincia autónoma de Servia) marcadas por una intransigente defensa de los derechos humanos.

Los analistas la califican unánimemente de brillante "embajadora poco diplomática", en la acepción formal del término, a lo que ella replica con buen humor, recordando que "los diplomáticos no son eunucos".

En 1999, fue designada representante plenipotenciaria de los intereses de Portugal en Yakarta, centrados en abrir negociaciones para la independencia de Timor Oriental, la ex colonia lusa del archipiélago de Java, donde los 24 años de ocupación de Indonesia se saldaron con el genocidio de un tercio de los 660.000 habitantes que tenía en 1975, año de la invasión.

Consumada la independencia de Timor Oriental en mayo de 2002, la batalla de esta embajadora-diputada en defensa de los derechos básicos de las personas se centra ahora en la denuncia de las escalas de los vuelos secretos de aviones fletados por la CIA para transportar acusados de terroristas a cárceles secretas.

La Comisión del PE es presidida por el conservador portugués Carlos Coelho y por el socialista italiano Claudio Fava, quien ocupa el cargo de relator y representantes de cada uno de los 25 países representados en el hemiciclo de Estrasburgo.

Entiendo "que, siendo un problema europeo, cada diputado es responsable por averiguar todo lo relativo a su propio país", explica Gomes.

La semana pasada, citando fuentes oficiales, artículos en la prensa portuguesa aseveraron que el gobierno socialista portugués se negaba a ir al Parlamento Europeo a declarar sobre los vuelos ilegales de la CIA por tratarse, según Lisboa, de un asunto de soberanía nacional. Al mismo tiempo, analistas afines a la política estadounidense publicaron columnas en defensa de esa postura. Estas versiones periodísticas se sustentan en el rechazo del PS, con apoyo de los partidos de derecha, de la propuesta de formar una comisión de investigación en el parlamento nacional pedida por los comunistas y por los ex trotskistas del Bloque de Izquierda.

Pero la eurodiputada es optimista sobre el buen desenlace del asunto, debido a que el jueves "los ministros Antonio Costa, de Interior, y Pedro Silva Pereira, de la presidencia del Consejo, corrigieron el tiro y dijeron que colaborarían con una eventual comisión nombrada por el parlamento nacional". "Si así ocurre, tendré el mayor gusto en transmitir sus resultados al PE", añadió.

Por ahora, Portugal se distancia de los otros 24 países miembro de la UE, pues "no hubo ningún gobierno, de derecha o de izquierda, reticente a colaborar". "Debido a la visión que tienen de lo que es la UE, nunca se pondrían en una posición de antagonismo u hostilidad hacia el PE", añadió Gomes.

En diciembre, el entonces canciller Diogo Freitas do Amaral, fue al PE a dar explicaciones, "las que, debo confesar, me hicieron surgir más preguntas que satisfacción a mis curiosidades".

Por ello, "el 2 de marzo envié un cuestionario con preguntas a los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores sobre los vuelos civiles y militares usando aeropuertos portugueses, y hasta hoy no tuve respuesta", afirmó.

Una de las aclaraciones pedidas se referían a que Freitas do Amaral reveló que "25 por ciento de los vuelos que pasaron por Portugal tenían como destino Kabul y Bagdad, dejando entender que serian en el marco de la cooperación normal entre aliados, pero, mis preguntas eran: ¿Y el 75 por ciento restante? ¿Y los vuelos para Guantánamo (enclave estadounidense en Cuba?", indicó.

Freitas do Amaral aseveró ante el hemiciclo de Estrasburgo que "no había indicios de ningún paso de vuelos sospechosos de la CIA por Portugal, basándose en garantías dadas por la embajada de Washington en Lisboa, las que, como es obvio, no tienen más valor que el del papel donde están escritas", acotó.

Una rigurosa investigación realizada por Gomes se basó en documentos proporcionados por los comisarios de la UE, Javier Solana (de Política Exterior y de Seguridad Común) y Franco Frattini (de Libertad y Justicia), debido a que "el pedido a Portugal de los datos de los vuelos del 11 de septiembre de 2001 a la fecha, y que se encuentran registrados por la dirección de aeronáutica civil, no merecieron respuesta de Lisboa".

Tras una atenta lectura del minucioso trabajo, puesto a disposición de IPS por la eurodiputada, se concluye que Portugal es uno de los países con mayor cantidad de escalas de vuelos clandestinos de la CIA.

Entre el 11 de septiembre de 2001, cuando los atentados en Nueva York y Washington dieron paso a la llamada guerra de Estados Unidos contra el terrorismo, y fines de 2005, pasaron 131 de los 1.080 vuelos de la CIA identificados en aeropuertos portugueses.

Los vuelos se produjeron, entonces, durante los gobiernos del socialista Antonio Guterres, actual Alto Comisario de Naciones Unidas para los Refugiados, de los conservadores José Manuel Durão Barroso, ahora presidente de la Comisión Europea, y de su sucesor Pedro Santana Lopes, y el actual de Sócrates.

En especial, los aviones fletados por el servicio de inteligencia estadounidense usaron los aeropuertos de Lisboa, Oporto, de Ponta Delgada y Santa Maria, estos dos últimos en el archipiélago luso de las Azores, en el océano Atlántico.

Sus destinos fueron Afganistán, Alemania, Argelia, Arabia Saudita, Canadá, Chipre, Croacia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Etiopía, Francia, Georgia, Gran Bretaña, Grecia, Iraq, Jordania, Marruecos, Pakistán, Polonia, Rumania, Sudán y la base de Guantánamo, el enclave militar estadounidense en la isla de Cuba.

En contraste con la actitud portuguesa, Gomes destacó a Alemania, España, Italia y Suecia como países con una postura "extremamente abierta a la colaboración" y que han nombrado comisiones de investigación en sus países, pese a la presunta complicidad con la CIA de altos funcionarios de sus respectivos gobiernos. En España, el gobierno del socialista José Luís Rodríguez Zapatero "se puso inmediatamente a disposición para ir al PE y declarar ante nuestra comisión, al igual que Italia, con el actual gobierno de centroizquierda de Romano Prodi y con el anterior del conservador Silvio Berlusconi.

Aun en tiempos de Berlusconi, "recibimos en la sede del parlamento al jefe de los servicios secretos italianos, Nicola Polari, antes de que varios de sus agentes fuesen presos, luego que la justicia italiana llegó a la conclusión que el secuestro de Abu Omar, Imán de la mezquita de Milán, no hubiese sido posible sin la complicidad de agentes secretos locales", dijo.

La comisión del PE escuchó también al juez italiano Armando Spataro, fiscal general de Milán, quien conduce la investigación sobre "el rapto, secuestro y la tortura, ya en Egipto, de Abu Omar", explicó.

"Spataro nos explicó de manera muy clara y exhaustiva cómo, gracias a la declaraciones de testigos oculares, logró identificar una red de agentes de la CIA ligada directamente al consulado de Estados Unidos en Milán, contra los cuales extendió una orden de captura y hoy son prófugos de la justicia italiana", añadió.

El Obusman (defensor del pueblo) sueco "fue otro testigo que depuso ante la Comisión a propósito de la entrega a la CIA por las autoridades suecas de dos refugiados egipcios, que fueron inmediatamente llevados a El Cairo y dejados en manos de la policía de ese país".

También viajó a Estrasburgo a testimoniar Craig Murray, ex embajador británico en Uzbekistán, "que renunció al cargo y cuestionó a la cancillería británica cuando se enteró de la práctica de uso de cárceles de ese país para la subcontratación de servicios de interrogatorios y torturas".

Gomes también recordó que en la Comisión "oímos a los periodistas, especialmente de Estados Unidos, Italia y España, que realizaron trabajos de investigación, a Amnistía Internacional y a las víctima ya conocidas, como el alemán Kalel Al-Masi, que fue preso en Macedonia, llevado a Estonia, luego a Kabul y más tarde liberado por haberse tratado de un ‘error’ lamentable".

Asimismo, "en nuestra sede recibimos a un ciudadano canadiense de origen sirio, que fue transportado a Afganistán, luego entregado por Estados Unidos a Siria, donde fue llevado a una prisión y torturado, para luego ser dejado en libertad, pues se trató de otro ‘error’ imperdonable", deploró la diputada.

En cuanto a Portugal, la eurodiputada Gomes asevera que pidió explicaciones "con la mayor buena fe, porque parto del principio de que el ejecutivo socialista es el principal interesado en aclarar todo, ya que no se me pasa por la cabeza que el gobierno tuviese una actitud de encubrir sea lo que sea".

"Hay personas que me acusan de ser desleal con el partido, pero, en cambio, mis actitudes son absolutamente leales con los principios y los valores del PS. Lo que está en cuestión en los vuelos de la CIA es un asunto de derechos humanos", puntualizó. (FIN/IPS/mdq/dm/hd ip/eu/06)

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