ESTADOS UNIDOS-RUSIA: Acuerdo nuclear antiterrorista

Tras décadas de medir fuerzas sobre programas nucleares sin ponerse de acuerdo durante la Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia, el mayor país de la ya desaparecida Unión Soviética, se disponen ahora a cooperar en esa materia.

Expertos señalaron que el nuevo acuerdo entre ambas potencias sugiere que los respectivos presidentes avanzarán hacia la cooperación total respecto de los recursos nucleares y las industrias relacionadas.

"Para Estados Unidos y Rusia alcanzar un acuerdo en energía atómica, simplemente demuestra cierto entendimiento común y además eliminará las restricciones sobre cualquier aspecto de cooperación en la industria", comentó a IPS Rose Gottemobller, jefa del instituto Carnegie Endowment for International Peace, de Moscú.

"No se había firmado antes porque Washington estaba profundamente preocupado por el nivel de la cooperación rusa en la industria nuclear civil, los acuerdos relacionados con el uranio —entre este país e Irán— y la construcción de un reactor atómico en ese país. Pero ahora se trata de un significativo avance diplomático y un paso fundamental en sus esfuerzos en la materia", dijo.

Washington y Moscú exhortaron a otras naciones a que aceleren sus esfuerzos tendientes a desarrollar capacidades de asociación para combatir el terrorismo nuclear de forma sistemática.

"Daremos pasos para mejorar las capacidades de los participantes, la protección física del material atómico y de las substancias radioactivas, así como de las instalaciones nucleares", señala la declaración conjunta divulgada esta semana.

También insiste en "detectar y suprimir el tráfico ilícito y otras actividades ilegales que involucran a dichos materiales, medidas especiales para prevenir su adquisición y uso por terroristas, responder a, y mitigar las consecuencias de actividades terroristas nucleares".

Los presidentes Vladimir Putin, de Rusia, y George W. Bush, de Estados Unidos, hicieron público su compromiso común en el combate contra la amenaza que supone el terrorismo nuclear internacional, en ese documento conjunto divulgado en la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos, realizada el lunes en la noroccidental ciudad rusa de San Petersburgo.

Esta fue una de una serie de medidas para impulsar la cooperación en materia de seguridad nuclear entre ambos países tras varios años de negociación, una vez dejada atrás la Guerra Fría, sepultada con la disolución en 1991 de la Unión Soviética y la consecuente desaparición del llamado campo socialista europeo.

El acuerdo, que había sido firmado por ambos líderes a fines de junio, se hizo público durante la cumbre del G-8 que reunió a los gobernantes de los países miembro, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Fran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

Rusia, quien presidió la cumbre este año, dio prioridad a la seguridad energética pese a que la educación y las enfermedades infecciosas han sido siempre los principales asuntos a tratar.

La prioridad quedó establecida tras algunas resistencias en Occidente a los esfuerzos de Moscú de utilizar sus vastos recursos de hidrocarburos y de energía nuclear como influencia para ejercer la dominación.

"Damos la bienvenida al importante compromiso de no proliferación nuclear de India, y su cercano alineamiento con el régimen principal de no proliferación", señalaron Bush y Putin en la declaración.

"Esperamos trabajar junto a India en la cooperación nuclear civil para encarar sus requerimientos energéticos y mejorar el régimen global de no proliferación", añadieron.

El gobierno indio accedió poco tiempo atrás a permitir salvaguardias e inspecciones internacionales de sus 14 reactores atómicos civiles, como parte de un acuerdo firmado con Estados Unidos. A cambio de ello, el gobierno de Bush despachará combustible nuclear hacia ese país.

El G-8 también incitó a todos los Estados que no son signatarios del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), la Convención de Armas Químicas y la Convención de Armas Biológicas así como el Código de Conducta de La Haya contra la proliferación de misiles balísticos, a que ratifiquen inmediatamente estos convenios.

La declaración final de la cumbre no pudo borrar ciertos problemas permanentes, especialmente respecto de China y Corea del Norte.

Beijing no se ha distanciado de Pyongyang en la medida deseada por algunas naciones occidentales. Putin señaló que es necesario volver a la mesa de negociaciones respecto del programa nuclear norcoreano lo antes posible.

Empero, el presidente ruso señaló la cautela mostrada por el líder chino.

"El presidente (chino) Hu Jintao expresó un optimismo prudente acerca de que aún es posible resolver el problema de Corea del Norte por la vía política y diplomática para crear las condiciones para que la península sea una zona sin armas nucleares y negociar los problemas con misiles", dijo Putin en conferencia de prensa.

La adopción de la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) respecto al programa de misiles de Corea del Norte es una señal para Pyongyang, anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

"Esta resolución del Consejo de Seguridad de la ONU envía una fuerte señal a Corea del Norte para proseguir las conversaciones en el interés de una mayor seguridad y estabilidad en esta región de Asia", declara un comunicado de prensa de ese Ministerio.

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