AZÚCAR-CUBA: Otra vez la esperanza es la caña

La alicaída industria azucarera cubana puede comenzar a repuntar el año próximo, según especialistas, luego de un programa de inversiones aplicado al sector para superar las dos zafras más bajas registradas en 100 años.

Los analistas del sector estimaron que el rendimiento de la cosecha terminada a fines de junio ronda los 1,2 millones de toneladas de ese producto crudo base 96 (calidad estándar), 100.000 toneladas menos que lo logrado en la anterior temporada 2004-2005.

Tales producciones desaprovecharon el alza de los precios de azúcar en el mercado mundial, que actualmente promedian los 17 centavos la libra (454 gramos), y apenas son suficientes para cubrir la demanda interna de 700.000 toneladas y la venta a China de unas 400.000 toneladas.

"Si la cosecha del pasado año fue baja, con esta se tocó fondo", comentó a IPS un experto cubano que pidió no ser identificado. En ambos casos se desconocen datos oficiales, aunque no se descarta que el presidente de Cuba, Fidel Castro, informe al respecto el próximo 26 de julio.

Este aniversario del asalto al cuartel Moncada, encabezado por el propio Castro en 1953, es celebrado tradicionalmente con un masivo acto en el cual el mandatario cubano suele informar sobre la situación del país y su contexto internacional.

En 2002, la industria azucarera fue sometida a una drástica reestructuración, con el cierre de 70 de los 156 ingenios existentes entonces en el país y Castro llegó a calificarla de "ruina" para el estado ante los bajos precios del dulce en el mercado mundial.

El ajuste incluyó destinar alrededor de 60 por ciento de las tierras de caña a otros cultivos y el traslado de más de 100.000 trabajadores, de un total de 400.000, a otras labores o su incorporación a programas de estudio y recapacitación.

La cosecha de este año comenzó en enero y se prolongó hasta junio, contrariando la decisión inicial de no extenderla más allá de abril. Además, de los 42 ingenios previstos para operar en esa etapa, dos fueron paralizados por ineficiencia y 22 incumplieron el plan de producción.

Según expertos, enero y febrero son los meses de mayor rendimiento en la fabricación de azúcar, por tanto habían considerado acertado y oportuno iniciar la zafra en el primer mes del año, cuando la caña está "en su período de mayo madurez".

De otra parte, ese bimestre gozó de buenas condiciones climáticas, con bajas temperaturas y poca lluvia, lo que favorecía el contenido de sacarosa en caña y la posibilidad de haber obtenido un mejor rendimiento industrial y por supuesto más azúcar. Pero conspiraron en contra la falta de repuestos para la maquinaria agrícola, fertilizantes, herbicidas y otros medios imprescindibles. "Se perdieron dos de los meses donde se logran históricamente los mejores rendimientos industriales", afirmó la fuente consultada.

Esa situación mejoró en parte luego de una reunión entre Castro y directivos del sector el 14 de febrero, tras la cual se decidió revitalizar la industria azucarera mediante inversiones para el urgente suministro de recursos.

"El escenario que se avizora para la zafra 2006-2007 es más alentador y estimulante", comentaron medios allegados al sector azucarero, que mencionaron entre otros hechos positivos la aplicación de fertilizantes y herbicidas en los cultivos de caña de azúcar.

Esas fuentes consideraron también muy favorables las lluvias que caen casi diariamente sobre todo el territorio cubano desde mayo y el aumento en 30 por ciento de las áreas sembradas.

Si bien la época de las grandes zafras no volverá —entre 1980 y 1991 se registraron producciones de entre seis millones y más de ocho millones de toneladas de azúcar— con la revitalización del sector se aspira a obtener unos tres millones de toneladas en próximas cosechas.

Por otra parte, una mayor disponibilidad de caña de azúcar es imprescindible para los planes cubanos de aumentar hasta 500 millones de litros anuales su producción de alcohol, a fin de aprovechar el auge del etanol carburante.

Luis Gálvez, director del gubernamental Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar confirmó a IPS que se proyectan inversiones de entre 100 y 150 millones de dólares para instalar siete nuevas destilerías y modernizar 11 de las ya existentes.

El directivo aseguró que no se prevé la asociación con capital extranjero en ese programa, aunque si admitió alguna asesoría de Brasil, que junto a Estados Unidos concentra más de 75 por ciento de la producción mundial de etanol carburante.

No pocos analistas coinciden en que para salir de su estado crítico, la industria azucarera requiere necesariamente de recursos financieros que pudieran provenir de inversiones foráneas.

La industria cañera estatal ha estado abierta a inversiones extranjeras desde hace una década, pero solamente en el sector de los derivados.

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