El primer ministro de Birmania, Soe Win, regresó de una visita a China asegurando que las relaciones entre los dos países habían entrado en una nueva era. Pera la realidad es que Beijing está cada vez más preocupado por la inestabilidad de su aliado en Asia sudoriental.
En una declaración divulgada a la prensa poco después de su regreso el sábado, Soe Win afirmó que el gobierno chino apoyaba plenamente a Rangún y se opondría a cualquier iniciativa de Estados Unidos o de un país europeo para incluir la situación de Birmania en la agenda del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
El líder birmano se reunió en Beijing con el presidente Hu Jintao, con el primer ministro Wen Jiabao, y con el canciller Li Zhaoxing. Durante la visita de cuatro días, firmaron varios acuerdos importantes para fortalecer las relaciones económicas, transferir tecnología y mejorar vínculos en el transporte aéreo.
"Esta visita fue crucial para los líderes militares birmanos, quienes se sienten cada vez más aislados y atacados por la comunidad internacional, además de presionados por sus vecinos de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)", afirmó el analista independiente birmano Win Min, radicado en la septentrional ciudad tailandesa de Chiang Mai.
Las fuerzas armadas que gobiernan Birmania desde el golpe de Estado de 1962 han mostrado escaso respeto por las libertades políticas y civiles y por los derechos humanos. El disenso y las proclamas de libertad suelen chocar con la fuerza bruta, en forma de bastones y balas.
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En 1990, la Liga Nacional para la Democracia, de la líder opositora Aung San Suu Kyi, ganó unas elecciones convocadas en el marco de una tímida apertura, pero los generales se negaron a entregarle el poder y ella permanece desde entonces casi continuamente en detención domiciliaria.
La ASEAN (integrada por Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam) en más de una ocasión ha pedido a Rangún que propicie una reforma democrática y permita la liberación de Suu Kyi, premio Nobel de la Paz.
El viaje del primer ministro birmano estaba previsto originalmente para el año pasado, pero fue postergado por China debido a cierta tensión surgida entre los dos países. Beijing sentía frustración por la falta de cooperación birmana en los planes conjuntos de exploración petrolera y de gas.
Cada vez más aislada de la comunidad internacional, Rangún se volvió dependiente del apoyo político y del comercio de sus vecinos.
"Tenemos buenas relaciones con todos nuestros vecinos, y eso es lo importante, en especial China, India y Tailandia", dijo a IPS un portavoz de la cancillería birmana.
En los últimos tiempos, China emergió como el más importante aliado de Rangún, a pesar de las tensiones.
Beijing y Rangún firmaron acuerdos de extracción petrolera y de gas en el occidente birmano, y se espera la construcción de un gasoducto que unirá a la costa en el océano Índico con la sudoccidental provincia china de Yunnan.
Seguridad, comercio y apoyo político fueron los asuntos que encabezaron la agenda de Soe Win en su visita a China.
Pero "entre los asuntos discutidos durante la visita también hubo preocupaciones de seguridad no tradicionales. El primer ministro pidió consejos para manejar a las organizaciones no gubernamentales", reveló un diplomático chino.
Los líderes militares birmanos están cada vez más preocupados por el papel de las agencias internacionales y las organizaciones civiles en su territorio, y por eso publicaron una serie de nuevas disposiciones para estos grupos y formaron un comité ministerial especial para supervisar su aplicación.
Muchos diplomáticos en Rangún creen que una de las principales misiones de Soe Win en Beijing fue buscar apoyo financiero chino para que el régimen pueda superar sus crecientes dificultades económicas, intensificadas por la costosa mudanza en enero de la infraestructura militar y administrativa, que pasó de Rangún a Pyinmana, unos 400 kilómetros al norte.
"La junta militar está virtualmente en la bancarrota y necesita apoyo financiero chino para superar sus problemas inmediatos. Necesita más préstamos blandos para financiar las necesidades de infraestructura en la nueva capital", dijo un diplomático asiático.
Mientras, China está preocupada por la falta de avances en el plan de reformas políticas prometido por Birmania en agosto de 2003, por el entonces primer ministro Khin Nyunt.
"Como país vecino, China sinceramente espera que Myanmar (Birmania) pueda seguir adelante con la reconciliación interna y concretar su progreso económico y social", dijo el primer ministro chino Wen Jiabao a su par birmano.
Aunque Beijing sostiene que la reforma política es un asunto interno del régimen militar birmano, teme que una demora excesiva en el proceso de reconciliación nacional agrave la inestabilidad en Birmania y afecte a toda la región.
"Los líderes chinos entienden que el régimen militar birmano es ilegítimo y carece de apoyo de la mayor parte de la población", dijo a IPS un funcionario de gobierno chino.
No obstante, Beijing sostiene que la forma más efectiva de controlar la situación es seguir apoyando a Rangún para así mantener la influencia.
Mientras, Birmania procura lograr un equilibrio en la dependencia de sus vecinos, y por eso desea forjar buenas relaciones con India. La visita del presidente indio a Birmania, prevista para el mes próximo, se enmarca en esta estrategia.