ECONOMÍA-CHINA: Gobierno considera revaluación monetaria

China está dispuesta a discutir su tipo de cambio en la cumbre del Grupo de los Ocho, el mes próximo, pero advirtió que una revaluación monetaria no está en sus planes inmediatos y que en todo caso es un asunto de ”soberanía nacional”.

Para Beijing, la presión de Estados Unidos para que China revalorice su moneda, el yuan, responde más al afán de Washington de encontrar un chivo expiatorio para los males económicos autoinfligidos que a la ”manipulación monetaria” de la que acusa a Beijing.

Las reiteradas exhortaciones de Estados Unidos y otras potencias occidentales a la revalorización del yuan se han encontrado con una fuerte resistencia de Beijing, pero detrás del desafío, el gobierno chino podría estar preparando una flexibilización de su sistema monetario que permita al yuan fluctuar dentro de una banda más ancha.

Desde 1994, el yuan está fijo en 8,28 unidades frente al dólar estadounidense.

La semana pasada, legisladores estadounidenses propusieron una ley para forzar a China a revalorizar su moneda, bajo la amenaza de aumentar los aranceles a sus exportaciones.
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Se trata de la última medida de Estados Unidos para frenar las importaciones baratas de China que, según Washington, amenazan a trabajadores, industrias y empresas estadounidenses.

Los legisladores sostienen que la subvaloración de la moneda china, de hasta 40 por ciento, logra artificialmente que los productos chinos sean más baratos en Estados Unidos y los estadounidenses más caros en China.

”La gente está perdiendo su trabajo y nuestra economía sufre por las prácticas comerciales injustas de China, y es hora de que le enviemos un fuerte mensaje”, exhortó el congresista republicano Mark Green, uno de los cuatro copatrocinadores del proyecto.

Pero expertos estadounidenses advirtieron que, aunque la medida puede tener un fuerte efecto populista en Estados Unidos, la revaluación del yuan tendría un efecto muy limitado sobre el déficit del comercio con China, estimado en 160.000 millones de dólares.

El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, advirtió al Congreso que la imposición de aranceles punitivos a las importaciones de China perjudicaría a los consumidores estadounidenses y protegería ”muy pocos o ningún empleo estadounidense”.

El proyecto para aumentar los aranceles a las importaciones chinas ya logró el apoyo de dos tercios del Senado, pero Greenspan previno que la medida perjudicaría la economía nacional al aumentar los precios de los productos importados.

Economistas chinos sostienen hace años que Estados Unidos tiene muy poco para ganar de una revaluación del yuan, tanto en materia de protección de sus industrias como de reducción de su déficit de cuenta corriente, e insisten en que el tipo de cambio es una cuestión soberana.

El presidente del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, dijo la semana pasada en Suiza, en una reunión de presidentes de bancos centrales, que ”todavía no es el momento” de liberar el yuan respecto del dólar.

Mientras a Washington le preocupan las consecuencias a corto plazo, Beijing debe manejar riesgos de largo plazo, como las deudas morosas del sector bancario, la enorme brecha económica entre las provincias costeras y el interior rural, el creciente desempleo, la inflación y la reestructuración de empresas públicas.

Beijing teme que cualquier flexibilización de la política monetaria provoque una inundación de fondos especulativos que incremente la inflación y lance los mercados de valores a una espiral incontrolable.

Otro efecto colateral negativo sería el estallido de la ”burbuja inmobiliaria” de China, debido al fin del influjo de fondos especulativos invertidos en el mercado nacional de bienes raíces a la espera de una revaluación del yuan, que algunos pronostican en hasta 25 por ciento.

Pero la mayoría de los expertos chinos predicen un ajuste de apenas tres a cinco por ciento antes de fin de año. Aun ese pequeño porcentaje podría ser interpretado como el preludio de un ajuste mucho mayor y provocar así el ingreso de más fondos especulativos, lo que aumentaría los riesgos.

Otros opinan que la revaluación inicial del yuan no superaría el dos por ciento.

Cualquiera sea el camino elegido, los líderes chinos parecen haber llegado a la conclusión de que la revaluación monetaria es una necesidad.

”El costo económico y social de la revaluación del yuan aumenta día a día”, advirtió el economista Liang Hong en el China Economic Times, publicado por el Consejo de Estado (gabinete).

”A medida que entra más 'dinero caliente' al país y crece el superávit comercial, la situación de vuelve más complicada”, agregó.

La cancillería dio credibilidad a las especulaciones sobre una flexibilización monetaria al anunciar la semana pasada que el presidente Hu Jintao está dispuesto a discutir el tipo de cambio cuando se reúna con los líderes del Grupo de los Ocho países más industrializados, en Gleneagles, Escocia, del 6 al 8 de julio.

Sin embargo, el primer ministro Wen Jiabao advirtió que la revaluación no es inminente y que Beijing precisa mucho más tiempo para proteger el sistema financiero nacional de posibles efectos negativos.

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