Un dictamen de la Organización Mundial del Comercio (OMC) obliga a Estados Unidos a eliminar las políticas de protección a sus algodoneros, que dañan desde hace años a los agricultores de Brasil, el país demandante, y a los de otras naciones en desarrollo, en particular de África.
El pleito, presentado desde el inicio como un neto diferendo Norte-Sur, deja abierta la posibilidad de nuevas acciones contra Estados Unidos por sus normas proteccionistas en otros rubros agrícolas, y también amenaza con incluir el asunto en las negociaciones para profundizar la liberalización del comercio que realiza la OMC mediante la Ronda Doha.
El informe del Órgano de Apelación de la OMC, difundido este jueves, confirmó la mayoría de constataciones y conclusiones establecidas por un grupo especial (panel) que en septiembre pasado falló en contra de Estados Unidos.
La sentencia original del panel determinó que Estados Unidos entrega subvenciones a sus cultivadores y exportadores algodoneros, en violación del Acuerdo sobre Agricultura y del Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias, dos tratados del sistema multilateral de comercio que administra la OMC.
Ahora, el dictamen en apelación confirma prácticamente todas las conclusiones del panel favorables a Brasil. En consecuencia, Estados Unidos dispone de un plazo que vence el 1 de julio para aplicar las correcciones apuntadas por el tribunal.
En caso contrario, Brasil podría, a partir de esa fecha, imponer sanciones comerciales a Estados Unidos, que se materializarían en el retiro de concesiones arancelarias para la importación de determinados productos estadounidenses.
Sin embargo, la primera reacción del gobierno de Estados Unidos sugiere que Washington descarta la idea de proseguir el pleito en el Órgano de Solución de Diferendos de la OMC.
A nosotros nos interesan los resultados, no los litigios, declaró luego de conocido el fallo Richard Mills, portavoz de la oficina del representante de Comercio de Estados Unidos, dependencia equivalente a un ministerio de comercio exterior.
El analista John Baffes, del Banco Mundial, estimó apenas conocido el informe preliminar del panel, el año pasado, que Estados Unidos puede intentar una prolongación del caso hasta que se sancione la nueva Ley Agraria de ese país, probablemente en 2007.
Baffes observó que el programa de algodón de Estados Unidos cambia con cada reforma de la Ley Agraria, que ocurre cada cinco o seis años. Las últimas modificaciones de importancia se introdujeron en 1990, 1996 y 2002.
Mills comentó que los resultados deseados por nuestros agricultores se obtienen mejor por medio de una ambiciosa reforma agrícola mundial, a través de las actuales negociaciones multilaterales de comercio que se ocupan de acceso a los mercados, competencia de las exportaciones y ayuda interna, incluido el algodón.
De todos modos, el portavoz anticipó que el fallo del tribunal de apelaciones será estudiado cuidadosamente y que el gobierno trabajará en estrecho contacto con el Congreso legislativo y con la comunidad agrícola estadounidense para determinar los próximos pasos.
Pero los gobiernos de países en desarrollo y las organizaciones no gubernamentales especializadas han advertido de la premura por obtener la eliminación de las subvenciones estadounidenses.
La activista Celine Charveriat, portavoz en Ginebra de la organización internacional Oxfam, dijo que el debate está cerrado. Estados Unidos debe moverse ahora rápidamente para reformar sus programas y detener la colocación de algodón a bajo precio y subvencionado en los mercados mundiales, porque con eso socava el sustento de los agricultores pobres de los países en desarrollo.
Soloba Mady Keita, presidente de los productores algodoneros de la región de Kita, en Malí, reclamó que Estados Unidos tome conciencia de que los países en desarrollo también tienen derechos en el comercio internacional.
De lo contrario, Washington se arriesga a afrontar una nueva ola de resistencia de los países y de los agricultores africanos, dijo Keita, en una declaración distribuida por Oxfam.
El productor algodonero malí aludía a la reacción de los países africanos durante la conferencia ministerial de la OMC realizada en 2003, en el centro turístico mexicano de Cancún.
Los reclamos africanos de mejores condiciones para el comercio de su algodón fueron uno de los motivos que ocasionaron el fracaso de la conferencia de Cancún, que debía alcanzar progresos en las negociaciones de la Ronda de Doha.
El proceso de Doha, iniciado en 2001 en la capital de Qatar, atraviesa este año su prueba de fuego pues debe obtener acuerdos en julio que permitan llegar en diciembre a la próxima conferencia ministerial de la OMC, en Hong Kong, con perspectivas avanzadas de cerrar de una vez por todas los capítulos más conflictivos de agricultura, aranceles industriales y trato especial y diferenciado a los países en desarrollo.
Charveriat opinó que Estados Unidos debe ver este fallo como una oportunidad para introducir reformas.
Si Estados Unidos fracasa en la aplicación de esta decisión de la OMC, las perspectivas de un nuevo acuerdo mundial sobre agricultura resultarán severamente dañadas, opinó.
El caso del algodón fue iniciado por Brasil en septiembre de 2002, al solicitar consultas con Estados Unidos sobre las subvenciones que reciben los algodoneros estadounidenses. Brasil esgrimió argumentos legales al apuntar que la política de Estados Unidos viola las reglas de la OMC.
También apeló a motivaciones económicas cuando mencionó las perdidas que le ocasionan las protecciones estadounidenses. Solo en 2001, Brasil tuvo pérdidas por 600 millones de dólares en la comercialización de su algodón.
El Banco Mundial ha confirmado que Estados Unidos es el mayor proteccionista en el rubro de algodón, seguido por China. En el período 1997-2002, las subvenciones estadounidenses se elevaban a 2.200 millones de dólares por año.
El caso del algodón fue la primera acción de un país en desarrollo para cuestionar legalmente las subvenciones agrícolas de una nación industrializada.
El fallo favorable a Brasil sienta un precedente que puede proseguir en otros rubros agrícolas. El mismo país sudamericano ya ha mencionado la posibilidad de iniciar acciones contra Estados Unidos por el comercio de la soja. Los productos lácteos y el arroz son bienes agrícolas que pueden dar pie a litigios Norte-Sur en la OMC.
Por primera vez, el Órgano de Apelación emitió este jueves un informe con una opinión discordante, si bien, a los efectos legales, el dictamen figurará como unánime.
Los miembros del tribunal fueron Merit E. Janow, presidente, de Estados Unidos, Luiz Olavo Baptista, miembro, de Brasil, y A. V. Ganesan, miembro, de India. La declaración separada de un integrante se produjo en la cuestión de las garantías de crédito a la exportación.


