La adormidera, de cuyo fruto se extrae el opio, se ha convertido en una salvación para las familias y los jornaleros agrícolas de este paso fronterizo entre Afganistán y Pakistán.
Los afganos que cultivan esa planta de la familia de la amapola sostiene que es el único medio posible para alimentar, vestir y dar vivienda a los suyos. A muchos les ha permitido comprar ganado y reconstruir sus casas devastadas por la guerra.
”Para nosotros, la adormidera es Dios, aunque para Occidente no lo sea”, dijo Gul, un agricultor afgano, en viaje en autobús hacia Jalalabad, la capital de la oriental provincia de Nangarhar.
Gul sabe que la heroína fabricada en base al opio tiene efectos devastadores sobre sus consumidores. ”Pero a nosotros nos es muy útil”, dijo.
”¿Qué otra cosa podemos hacer? Estamos contra la pared. Esta es la única manera de asegurarnos alimentos y vivienda. Es el único cultivo que nos permite arreglar casamientos en la familia”, dijo el agricultor, residente en Ghani Khel, una aldea a cinco kilómetros de la frontera con Pakistán y un conocido mercado de opio y otros narcóticos.
Muchos afganos que habían huido del régimen extremista islámico Talibán hacia la Provincia de la Frontera Noroccidental, en Pakistán, y se ganaban la vida en ese país trabajando en hornos de ladrillos, ahora están regresando a su tierra natal en el este de Afganistán, atraídos por mejores perspectivas económicas gracias al cultivo de adormidera.
Las actividades de estos agricultores se ven favorecidas por el desinterés o la incapacidad del actual gobierno por erradicar o controlar el cultivo de esa planta. El opio sigue siendo una de las principales exportaciones del país.
”Acá puedo ganar cinco veces más que en Pakistán”, donde todavía viven millones de refugiados afganos, dijo uno de los trabajadores que volvieron de ese país vecino.
Se cree que más de medio millón de afganos regresaron a este país tras el derrocamiento del régimen Talibán por Estados Unidos, a fines de 2001.
La producción de adormidera aumentó tras la expulsión de los talibanes del poder, reconfirmando a Afganistán como uno de los centros del narcotráfico mundial.
En los últimos tres años, Afganistán produjo unas 3.400 toneladas de opio, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD).
La adormidera genera un ingreso por hectárea ocho veces superior al del trigo, y requiere menos agua y mano de obra, según el informe. Además, esa planta tolera mejor que otros cultivos las inclemencias del tiempo, como las sequías.
La enorme diferencia de ingresos representa una salvación para los pequeños agricultores, muchos de los cuales deben mantener a familias extendidas de 15 a 25 miembros.
”Tengo sólo 2,5 hectáreas en Ghani Khel. No puedo usar máquinas agrícolas modernas porque la tierra está dividida en pequeñas parcelas”, contó otro agricultor afgano.
”Con mis 2,5 hectáreas gano unos 8.400 dólares al año si la producción de opio permanece en 14 kilos por hectárea, a un precio de unos 240 dólares el kilo. A veces, la producción llega a 20 kilos por hectárea. Ningún otro cultivo me puede dar ese dinero”, explicó.
En 2000, el gobierno de Talibán prohibió la producción de opio por consejo del Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización de Drogas. Antes de la prohibición, en 2000, Afganistán producía más de 70 por ciento del opio mundial y cerca de 80 por ciento de la heroína blanca vendida en Europa, según la agencia antidrogas de Estados Unidos.
Luego de la prohibición, la producción de opio se redujo más de 90 por ciento, pero en 2002, aumentó 657 por ciento sobre el año anterior, según expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La producción de opio de Afganistán representa entre 100.000 y 200.000 millones de dólares al año, cerca de un tercio de las ganancias anuales del narcotráfico en todo el mundo, estimadas por la ONU en unos 500.000 millones de dólares.
Pero no toda la producción afgana llega al mercado mundial. ”Ya hay sobradas reservas aquí. No pude vender la producción del año pasado”, dijo un narcotraficante afgano. (