ESPAÑA: Boicot periodístico a Aznar por muerte de colegas en Iraq

Un centenar de redactores, camarógrafos y fotógrafos boicotearon este miércoles en el Senado al jefe del gobierno de España, José María Aznar, a quien acusan de insensibilidad ante la muerte en Iraq de los periodistas españoles Julio A. Parrado y José Couso.

Parrado, corresponsal del madrileño diario El Mundo, cayó herido y murió el lunes, a unos 15 kilómetros del centro de Bagdad, cuando tropas estadounidenses junto con las que se trasladaba desde Kuwait fueron atacadas con misiles por iraquíes.

Couso, corresponsal de la privada cadena de televisión española Telecinco, murió el martes al ser alcanzado por un misil disparado desde un tanque estadounidense contra el hotel Palestina, donde se hospedaban y trabajaban periodistas de numerosos países, según testimonios y registros que no dejan dudas.

Este miércoles, Aznar asistió a una reunión en la sala internacional del Senado. Al llegar a la escalera que lleva a ese recinto, la encontró cubierta de cámaras, micrófonos y grabadores que los periodistas colocaron allí, como protesta y en homenaje a sus compañeros caídos.

Sólo se abstuvo un fotógrafo de la agencia Efe, de propiedad pública y cuyos directivos son nombrados por el gobierno, pero se sumaron a la protesta periodistas de otros medios públicos, como Televisión Española y Radio Nacional de España.

Aznar pasó entre esos instrumentos e ingresó a la sala, pero los periodistas no lo acompañaron, pese a que la reunión se realizaba a puertas abiertas. Por lo tanto, no hubo fotos, crónicas, ni notas firmadas por esos profesionales para informar sobre esa sesión.

Los periodistas que impulsaron la medida dijeron estar indignados por la falta de sensibilidad del gobierno ante las muertes de Parrado y Couso.

Unas horas antes de ese acto, la canciller Ana Palacio informaba que no había pedido explicaciones diplomáticas a Estados Unidos por lo ocurrido en el Palestina, sino que sólo solicitó información para esclarecer las circunstancias de la muerte de Couso, a las que calificó de ”sorprendentes”.

La enviada especial a Bagdad del diario madrileño El País, Angeles Espinosa, testimonió que un carro de combate estadounidense, cuyas imágenes había registrado Couso durante buena parte de la mañana desde una ventana del piso 15 del Palestina, fue el que disparó y lo mató.

Un cámara de la televisora francesa France3 grabó el hecho, y sus imágenes muestran con claridad que la torreta del tanque que atacó al Palestina giró en dirección al mismo, elevó su cañón y esperó entre uno y dos minutos antes de disparar.

”El tanque estaba muy tranquilo… no se escuchaban disparos. Después vi como la torreta giraba hacia nuestra dirección. Estaba apuntando a su objetivo. Ese no fue un tiro por acto reflejo”, relató desde Bagdad Hervé de Ploeg, miembro del equipo de France3.

Después del boicot a Aznar en el Senado, periodistas de todos los medios de comunicación, en su mayoría camarógrafos, se concentraron durante una hora frente a la embajada de Estados Unidos en Madrid.

Un enorme cartel, portado por una decena de ellos, sintetizó su mensaje: ”Estas son nuestras armas. Couso, nos han asesinado a todos”.

Javier Couso, hermano del periodista muerto en Bagdad, estuvo presente en el acto y afirmó que el trabajador de Telecinco fue asesinado, por lo que su familia ”exige explicaciones a Aznar”. Hasta ahora, el presidente del gobierno ha respondido con silencio.

La eurodiputada socialista Francisca Sauquillo, presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), dijo a IPS que los ataques a periodistas son una demostración más de que ”en Iraq se está desarrollando una guerra injusta, inmoral, ilegítima e ilegal”.

El MPDL realiza desde 1995 labores humanitarias y de cooperación en Medio Oriente.

El periodista español Fernando Castelló, presidente de la organización internacional Reporteros sin Fronteras (RSF), también condenó la actuación de la alianza contra Iraq encabezada por Estados Unidos.

El ejército estadounidense tomó a los periodistas como blancos, ”deliberadamente y sin advertencias”, aseguró a IPS.

Además, Washington se niega a dar información sobre esos hechos, expulsa a muchos periodistas no incorporados a sus tropas, y su actitud es cada vez más hostil al periodismo independiente, según Castelló.

El periodista hispanoargentino Roberto Montoya, director de la sección internacional de El Mundo, acusó al gobierno estadounidense de atacar deliberadamente a los periodistas y aportó fundamentos de ese juicio, en un artículo publicado este miércoles.

Montoya destacó los testimonios grabados por France3 y el propio Couso, y contó que su corresponsal en Bagdad, Mónica Prieto, le dijo por teléfono que lo ocurrido ”es una terrible y letal advertencia que nos hacen los americanos”.

Los estadounidenses ”no quieren que sigamos informando al mundo entero de los horrores que se están viviendo en Bagdad a causa de sus ataques y de los que se están por producir. Vienen por nosotros”, afirmó Prieto según Montoya.

El director de internacionales de El Mundo, con larga experiencia en la profesión, señaló que la actual guerra no es como las anteriores, porque ”la labor de los medios de comunicación se les escapa de las manos a los agresores”.

En la guerra del Golfo de 1991, también contra Iraq, ”sólo un puñado de periodistas extranjeros permaneció bajo los bombardeos en Bagdad”, explicó.

”La mayoría de los restantes no tenían libertad de acción y debían conformarse, inmovilizados en la base americana saudí de Dahran, con recibir en las ruedas de prensa diarias de los mandos del Pentágono los fríos y parciales partes de guerra”, indicó Montoya.

”Ahora hay cientos de periodistas en Bagdad, en el frente norte y en el frente sur, transmitiendo al minuto, en tiempo real, todo lo que sucede en esta guerra ilegal, injusta y de agresión, lo que irrita sobremanera a los señores de la guerra”, arguyó.

”Tampoco en esta ocasión debemos conformarnos con las imágenes seleccionadas que nos transmite la (cadena estadounidense de noticias por televisión) CNN, para la que las víctimas civiles prácticamente no existen”, sostuvo Montoya.

”Ahora sí hay reporteros, fotógrafos y cámaras de todo el mundo para dar su testimonio, aunque la mayoría de los ciudadanos de Estados Unidos, principal causante de estos crímenes de guerra, sigue recibiendo una información limitada y sesgada”, concluyó.

Las muertes de 18 periodistas en Iraq desde que se inició la invasión de ese país, el 20 de marzo, causaron protestas y condenas de RSF, el Comité para la Protección de Periodistas, la Asociación de Periodistas Arabes y la Federación Internacional de Periodistas, entre otras organizaciones.

”Bombardear hoteles donde se hospedan periodistas y señalar a medios árabes como objetivos son hechos particularmente graves en una guerra lanzada en nombre de la democracia”, declaró la Federación Internacional, con sede en Bruselas.

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