AMBIENTE-AMERICA CENTRAL: Ríos llenos de basura

Los ríos de América Central, una de las regiones del mundo con más recursos hídricos, están llenos de basura arrojada por familias, industrias y gobiernos.

Las naciones del área producen al año cerca de 19.000 toneladas de desechos sólidos y líquidos, de los cuales la mitad no reciben tratamiento alguno, y un alto porcentaje va a parar a los cauces naturales.

Especialistas consultados por IPS expresaron su preocupación por ese fenómeno, que atenta contra la oferta de agua potable, al producir gran contaminación, y favorece la proliferación de epidemias.

”Los ríos de América Central se han convertido en verdaderas cloacas abiertas, tenemos que hacer algo”, dijo a IPS Maureen Ballestero, de la organización no gubernamental Global Water Partnership (Sociedad Mundial por el Agua, GWP por sus siglas en inglés), y coordinadora del Comité Asesor Técnico para América Central (CATAC).

En los 523.000 kilómetros cuadrados de la región cohabitan siete Estados que suman 36 millones de habitantes, en su mayoría pobres, y 36 por ciento de esa superficie está cubierta por cuencas de ríos que atraviesan dos o más países.

Casi 15 millones de habitantes de la región carecen en la actualidad de acceso a agua potable y servicios de saneamiento, y ese creciente problema se exacerbará en los próximos 20 años, ya que en 2025 habrán disminuido cerca de 20 por ciento las fuentes de agua del istmo, alertó Ballestero.

Las cuencas de 23 grandes ríos de América Central corresponden a más de un país, dijo a IPS el politólogo guatemalteco Daniel Matul, consultor especializado en conflictos internacionales relacionados con esa situación.

Hace 20 años que las naciones del área no invierten en tratamiento de aguas de desecho, y ”esto se ha convertido en una bomba de tiempo”, destacó Ballestero, quien agregó que revertir la actual situación exigiría una enorme inversión en saneamiento.

Sólo en Costa Rica, poner al día la inversión en saneamiento y alcantarillados costaría unos 1.000 millones de dólares, según organismos civiles.

Situaciones similares se registran en los demás países del istmo: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

La contaminación es notoria en las grandes cuencas de América Central, como las del río Usumacinta, compartido por Guatemala y México, el Lempa, compartido por Guatemala, Honduras y El Salvador, el hondureño Choluteca y el costarricense Grande de Tárcoles.

”Esta situación favorece la permanencia de la pobreza, pues cuanta más contaminación haya en los ríos, más vulnerables son los pobres a nuevas enfermedades”, comentó a IPS Matul.

El experto apuntó que hay disputas internacionales en ciernes vinculadas con la contaminación, porque ”lo que se haga de un lado del río afectará al país vecino”.

”Es urgente que América Central le dé un ejemplo al mundo y convierta al agua en un elemento de unión y no de disputa”, agregó.

La contaminación y problemas de distribución ya causan escasez de agua, pese a la riqueza hídrica de la región.

”Antes nunca faltaba agua, ahora es algo muy común que Tegucigalpa esté seca”, narró a IPS la hondureña Ethel Maradiaga, de 20 años.

Es común que falte agua durante días en viviendas y establecimientos comerciales, indicó.

Los habitantes de Tegucigalpa deben almacenar el líquido en todo tipo de recipientes, o comprarlo a camiones cisterna que recorren los barrios, y eso causa malestar y agresividad.

La contaminación y degradación de ríos en Honduras tuvo nefastas consecuencias en noviembre de 1998, cuando los suelos erosionados cedieron fácilmente ante la fuerza del huracán Mitch.

Los científicos definen la existencia de escasez hídrica cuando la oferta es menos de 1.000 metros cúbicos anuales de agua por persona, y según datos del Banco Mundial, América Central dispone en promedio de 31.000 metros cúbicos de agua anuales por habitante.

”En el istmo hay una gran disponibilidad pero no hay acceso”, señaló a IPS Cecilia Cortés, directora ejecutiva de la no gubernamental Fundación para la Paz y la Democracia (Funpadem).

Existe gran cantidad de agua de fuentes subterráneas, lluvia, ríos y lagos, pero la posibilidad de darle distribución adecuada es mínima sin necesarias inversiones en infraestructura, explicó.

Además, se atenta contra la inmensa oferta existente al contaminar los ríos, una de las principales fuentes de abastecimiento, añadió Cortés.

En muchas partes del istmo los niveles de precipitación son altos, pero se siente fuerte presión sobre los recursos hídricos, la vida de los ríos se ha reducido a la temporada de lluvias, de mayo a noviembre, según un estudio de la Funpadem.

Eso podría tener consecuencias sobre las diversidad de especies de América Central, que alberga junto con el sur de México de siete a 10 por ciento de la biodiversidad del planeta.

En el istmo están también ocho por ciento de la superficie mundial de manglares y la segunda barrera de arrecifes del mundo.

La conservación conjunta de ríos implica cooperación transfronteriza, en vez de los crónicos conflictos diplomáticos por límites, de los cuales el más reciente es el que mantienen Costa Rica y Nicaragua, por la navegación del limítrofe río San Juan.

Pero ambos países decidieron postergar por dos años un reclamo sobre el asunto ante la Corte Internacional de La Haya, e implementar mientras tanto programas conjuntos de conservación y turismo.

”En América Latina tenemos que construir una cultura del agua, que hasta ahora no ha existido”, opinó el sociólogo salvadoreño Ricardo Sol, experto en escasez hídrica.

Mientras se intenta construir esa cultura, aumentan las presiones contra los ríos y demás fuentes acuíferas. Una de esas presiones es la demográfica, pues la población del istmo crece con una tasa anual de 2,4 por ciento.

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