/Ciudades de América Latina/ ECUADOR: Proyecto municipal llevó el arte a los parques de Quito

El proyecto Arte para todos, que lleva a cabo la Dirección de Parques y Jardines del Municipio de la capital de Ecuador desde 1989, colocó en plazas y parques de la ciudad decenas de esculturas proyectadas por artistas nacionales.

El escultor Francisco Proaño, iniciador del proyecto, aseguró que al comienzo la idea era darle más vida a la ciudad colocando obras de artistas en algunos parques, pero fue en 1992 que se consolidó estructuralmente.

"Primero hubo una ansiedad de poner obras en la ciudad después se realizó una planificación por barrios, teniendo en cuenta el tipo de escultura que se adaptaba al lugar", dice Proaño.

El proyecto dio la posibilidad a los artistas jóvenes para que pudieran mostrar su obra, pero también hay muchos trabajos de escultores consagrados que vieron una forma de lograr difusión masiva de su creación.

Hasta el momento son más de ochenta esculturas gigantescas que han sido ubicadas en distintos puntos de la ciudad.

"De esta manera la plástica entró en la urbe quebrando la monotonía y el gris de las grandes moles de cemento", señaló Proaño.

La mayoría de las obras fueron diseñadas por creadores ecuatorianos y se han fabricado en el taller de arte Las Cuadras integrado por varios artistas.

Gran parte de las esculturas fueron realizadas con material reciclado y su creación responde a ciertos parámetros estéticos y arquitectónicos para que no desentone con la estructura del lugar donde será colocada.

Primero el grupo de artistas que trabajó para el Municipio estuvo encargado de realizar las esculturas, pero después se decidió cambiar esa modalidad, porque se estaba cayendo en el error de colocar obras que sólo pertenecían a esos creadores, señaló Proaño.

"Entonces se abrió para que todos los artistas pudieran participar presentado proyectos para el lugar que quisieran", añadió.

Cuando personas que no viven en Quito caminan por sus parques se sorprenden al ver las esculturas. El poeta colombiano Juan Manuel Roca y el escritor uruguayo Rafael Courtoisie comentaron tras su visita a la capital ecuatoriana que era una forma de colocar la magia de la creación al alcance de todos.

"En Quito el arte ya es parte de la gente, uno lo ve cuando camina por la calle", aseguró Roca.

"Los quiteños están vinculados a la escultura y la pintura, de la misma manera que los habitantes de Medellín, en Colombia, lo están a la poesía", dijo por su parte Courtoisie.

La apertura creativa existente da cabida a obras de estilos diversos. En algunos lugares hay trabajos que rondan lo figurativo y en otros se observan creaciones abstractas.

La idea es que los parques, además de cumplir un papel de recreación y dispersión, acerquen la cultura a los habitantes de la ciudad, y se dé una interacción entre el arte y la gente.

"El proyecto Arte para todos nació para integrar el arte al paisaje urbano, para dar la posibilidad al artista de volcar toda su creatividad a la ciudad, sacándola de los centros tradicionales de difusión cultural y haciéndola masiva", comentó Proaño.

También se da mantenimiento a las obras que se deterioran con el transcurso del tiempo y se cambian las que no se pueden reparar.

"Siempre se está trabajando en ese sentido, sobre todo en ciertas obras que por los materiales utilizados se deterioran más fácilmente. Pero no se pinta ni retoca una escultura sin antes consultar al creador, que es el que tiene toda la concepción de la misma", dijo Proaño.

Sin embargo, el escultor señaló que no se busca perpetuar a las esculturas de Quito.

"Nosotros no creemos en el arte permanente, porque muchas obras no tienen ese carácter. Incluso algunas se podrían definir como desechables, por los materiales utilizados para realizarlas", afirmó.

Si bien la mayoría de las producciones han gustado al público, algunas fueron rechazadas.

"Unas son polémicas y causaron malestar, y otras causaron alegría y motivación. Eso es parte del proyecto, pero más allá del respeto al artista también se busca no violentar a la gente, que en definitiva es a quien va destinada la obra", aseguró el escultor.

Gran parte de los artistas de Ecuador apoyaron el proyecto desde su inicio, sin embargo algunos piensan que aunque hay obras de gran calidad, a otras "les falta vuelo y no cumplen con el cometido de aportar el arte a la gente".

Proaño reconoció que la crítica y autocrítica han servido para rectificar.

"Tuvimos cuestionamientos muy duros a nivel de prensa y nos sirvió para ponernos más exigentes frente a cada obra que se coloca en la ciudad. Se comenzó a poner énfasis en la calidad de las propuestas presentadas sin que ningún artista tuviera privilegios", comentó el artista. (FIN/IPS/kl/ag/cr/99

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