"El testigo", el libro del ex agente especial Hugo España considerado por organizaciones humanitarias como el testimonio más importante de los últimos 20 años en Ecuador, fue presentado en esta capital.
España, quien vive fuera de Ecuador por motivos de seguridad, relata cómo fue reclutado en el escuadrón especial antisubversivo SIC-10, creado durante el gobierno derechista de León Febres Cordero (1984-88) y su participación en más de 74 crímenes, muchos aún sin resolver.
Las denuncias de España "deberán ser investigadas a fondo por las autoridades, bajo la presión de la sociedad ecuatoriana, y no deben ser vistos como una colección de notas rojas", apuntó Alexis Ponce, vocero de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), promotora de la publicación.
El SIC-10 estaba integrado por 10 oficiales adiestrados por el Grupo Especial de Operativos de la Policía Española, la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) y conocidos expertos israelíes a nivel internacional como Ran Gazit.
El objetivo de los cuerpos especiales "nos decían, era eliminar a los grupos subversivos del Ecuador como Alfaro Vive Carajo y Montoneras Patria Libre, y a los colombianos del M-19 que se extendían como plagas en todo el país poniendo en riesgo a la ciudadanía", dice el autor.
"Me daría cuenta, años después, que los entrenamientos transformaron al personal en máquinas para el exterminio de gente, por la crudeza de los entrenamientos y las lecciones teóricas donde se nos enseñaba cómo acabar con un individuo, con lo que esté al alcance, sin dejar huella alguna", añade.
Esto prueba que "los asesinatos cometidos durante el gobierno de Febres Cordero respondieron a una política de Estado y no a situaciones fortuitas derivadas de la presencia guerrillera", dijo a IPS el ciudadano colombiano Pedro Restrepo, padre de dos jóvenes que en 1988 murieron en la tortura.
Tras ocho años de intensa lucha para conocer la verdad sobre la muerte de sus hijos, Restrepo se convirtió en un símbolo en Ecuador.
En 1991, España confesó a la justicia que fue testigo en el caso de los hermanos Andrés y Santiago Restrepo, de 14 y 17 años respectivamente, denunció a las autoridades que ordenaron su ejecución y fue enviado a prisión por cuatro años, donde comenzó a escribir "El Testigo".
Los hermanos Restrepo fueron detenidos por el SIC-10 por su presunta vinculación con el M-19, señalado de brindar apoyo al grupo guerrillero ecuatoriano Alfaro Vive Carajo.
El mayor de los hermanos Restrepo fue brutalmente golpeado con el fin de obtener información "y su muerte marcó también el destino del menor", según el autor de "El Testigo".
La publicación del libro "es una experiencia que vivimos y que puede tener un final si nos decidimos", dijo Raúl Moscoso, miembro de la Asociación Americana de Juristas y del Tribunal Supremo de Garantías, que también participó en la edición de la obra.
La publicación de "El Testigo" "es un paso concreto que hemos dado como sociedad, pero debemos dar más hasta conseguir que esto no siga sucediendo", manifestó Elsie Monge, presidenta de la Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos (CEDHU).
Según el CEDHU, el gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-96) se distinguió "por la violación sistemática de los derechos humanos, que continuó ejerciéndose como una política de Estado".
Esto lo demuestran 120 homicidios cometidos por la fuerza pública, 318 torturas, 857 agresiones físicas, 1.233 detenciones arbitrarias y 282 casos de incomunicación, dijo Monge, quien exigió que se investigue a fondo todos estos hechos. (FIN/IPS/mg/ag/ip-hd/96