
El hambre y la obesidad le cuestan caro a El Salvador
El costo de la doble carga de la malnutrición, es decir la desnutrición y la obesidad, equivale a más de 10 por ciento del producto interno bruto de El Salvador, asegura un nuevo estudio.
Más de 1.000 millones de personas sufren hambre, una cantidad sin precedentes en la historia de la humanidad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La crisis económica mundial, el cambio climático y las desigualdades de producción y distribución de los alimentos están en la raíz del problema. Las soluciones son complejas y deben adaptarse a cada región, país y comunidad. Algunas en debate son el acceso a los mercados, la adopción de normas internacionales de comercio justo, el intercambio y la transferencia de tecnologías, el uso sustentable de recursos escasos, como la tierra y el agua, las prácticas agrícolas no contaminantes, la promoción del desarrollo campesino y de la agricultura familiar, la aplicación de conocimientos tradicionales y la intervención del Estado.
IPS Noticias aporta esta cobertura especial para comprender las causas locales y mundiales de la crisis alimentaria y sus efectos a largo plazo.

El costo de la doble carga de la malnutrición, es decir la desnutrición y la obesidad, equivale a más de 10 por ciento del producto interno bruto de El Salvador, asegura un nuevo estudio.

El sol apenas ha salido cuando Phlida Kharshala sacude a su nieto de 8 años para que se levante. Luego, se coloca una cesta cónica de bambú en su espalda, fija la cinta tejida que la sostiene sobre su frente

Abdoulaye Maiga muestra con orgullo un álbum con fotos de él y su familia, durante los momentos más felices, cuando todos vivían juntos en su hogar en el norte de Malí. Ahora esos recuerdos son tan distantes como dolorosos.

“Los alimentos están disgregados: hay que ir a varios lugares para encontrar todo lo que se necesita”, describió a IPS la jubilada Rita Lina Pintado, sobre el principal obstáculo que enfrenta para completar su canasta de productos a precios subsidiados

Actualmente las cadenas de producción alimentaria elaboran suficiente comida para nutrir a todos los habitantes del planeta, pero el hambre continúa aumentando en algunas partes del mundo y más de 820 millones de personas sufren desnutrición crónica.

América Latina y el Caribe es responsable de 20 por ciento de la cantidad global de alimentos que se pierden desde la poscosecha hasta el nivel minorista, excluido este último, de acuerdo a un nuevo informe de la FAO.

A medianoche, entre el canto de los grillos, Sandra Justiniano, de 35 años, llega a la pequeña planta de procesamiento de extracto y pulpa de asaí y majo para empezar su turno, junto a otras mujeres indígenas de la comunidad

Las advertencias de vientos fuertes, olas muy elevadas y visibilidad reducida a lo largo de la costa de África oriental son cada vez más comunes.

“El biogás es la mejor energía, no tiene contraindicaciones”, y su combinación con la fuente solar compone “el mejor negocio energético”, por lo menos en Brasil, alaba Anélio Thomazzoni.

Un total de 41 países siguen necesitando ayuda alimentaria externa, de ellos 31 situados en África, ocho en Asia y dos –Haití y Venezuela- en América Latina y el Caribe, según explica un estudio trimestral de las Naciones Unidas.

El estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, es el mayor productor y exportador nacional de carne porcina y en este año encabeza también las exportaciones de carne de pollo, en cuya producción ocupa el segundo lugar.

Frente al agotamiento de las poblaciones marinas y delitos como la pesca ilegal, más países de América Latina y el Caribe fortalecen acuerdos regionales y actualizan sus leyes nacionales sobre un sector que aporta siete por ciento de la producción

La Amazonia, envuelta en una cantidad de incendios que se creía un drama del pasado, sufre en Brasil un recrudecimiento de su invasión agrícola, cuando ya no rigen las razones originales, demográficas y productivas, que la provocaron.

Gulab Shah lleva muchas noches de insomnio. La preocupación de este agricultor de 45 años y su familia aumenta ante una situación que los arrastra a migrar a la ciudad desde la aldea donde han vivido siempre en el suroeste

Para 2030 una «tormenta perfecta» de una escasez combinada de alimentos, agua y recursos energéticos, potenciada por el cambio climático, desataría disturbios populares, conflictos transfronterizos y migraciones masivas de las regiones más afectadas.

Los campesinos que viven en las estribaciones del monte Kenia tienen una creencia: si queman el bosque, vendrán las lluvias.

La indígena Jam Bai, una agricultora de la aldea de Korchi, en el oeste de India, está afanada. Tras dos meses de espera, la lluvia finalmente llegó y debe sembrar en apenas unos días los retoños en sus arrozales, mientras