Las crisis mundiales fracturan la inversión extranjera

Trabajadores en una línea de montaje de automóviles en Pakistán. El estancamiento de las inversiones en la industria manufacturera, en beneficio del sector servicios, y su fractura por razones geopolíticas, afectan las posibilidades de los países en desarrollo para mejorar sus economías. Imagen: Shutterstock / Unctad

GINEBRA – Los recientes conflictos y crisis mundiales alteran las pautas habituales de inversión, provocan relaciones inestables en ese terreno y limitan las posibilidades de que las naciones menos desarrolladas se beneficien de la diversificación estratégica, mostró este martes 23 un nuevo informe de la Unctad.

El análisis de la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) advierte que las decisiones de inversión se ven ahora más frecuentemente influidas por factores geopolíticos, que a veces prevalecen sobre los determinantes económicos.

“Esto complica los planteamientos habituales de promoción de la inversión, obstaculizando el desarrollo basado en la Inversión Extrajera Directa (IED)”, señala el informe “Global economic fracturing and shifting investment patterns (Fragmentación económica global y cambios en los patrones de inversión)”.

La fractura en la IED muestra impulso a la sostenibilidad y avances hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas en su agenda 2030, pero las repercusiones en los países en desarrollo son variadas y los más pequeños están siendo a menudo ignorados.

De ese modo, han aumentado las inversiones en tecnologías ambientales como la energía eólica y solar. Su participación en el total de proyectos totalmente nuevos en sectores distintos de los servicios aumentó, de uno por ciento a principios de la década de 2000 hasta 20 % en 2023.

Asimismo, la IED en la fabricación de vehículos eléctricos y baterías experimentó un crecimiento anual de 27 % durante la última década.

Esa creciente tendencia de la IED hacia las tecnologías medioambientales ofrece nuevas oportunidades, pero no logra abordar plenamente la ralentización de otras industrias, lo que afecta especialmente a los países en desarrollo y menos desarrollados, aumentando la vulnerabilidad de sus economías.

La expansión del sector servicios beneficia principalmente a las economías en desarrollo más grandes que pueden competir eficazmente.

Eso crea un desequilibrio que deja a las más pequeñas en desventaja, acentuando las disparidades y subrayando la necesidad de políticas que ofrezcan las mismas oportunidades a todos los países en desarrollo.

La proporción del total de proyectos de IED totalmente nuevos en los 48 países menos adelantados se ha reducido, de tres por ciento a mediados de la década de 2010, a solo uno por ciento.

Y la geopolítica desempeña un papel cada vez más importante en las decisiones de inversión. Disminuyeron las inversiones entre países geopolíticamente distantes, aquellos con intereses políticos o políticas exteriores divergentes, de 23 % en 2013 a 13% en 2022.

El informe registra tres tendencias divergentes en las inversiones extranjeras globales, y la primera es que el crecimiento de la IED y de las cadenas de valor mundiales ya no está alineado con el crecimiento del producto interno bruto (PIB) y del comercio, lo que indica un cambio significativo en la economía mundial.

Desde 2010 el PIB global y el comercio han continuado expandiéndose a una tasa anual promedio de  3,4 y 4, 2 %, respectivamente, incluso en medio de crecientes tensiones comerciales.

En contraste, el crecimiento de la IED se ha estancado a cerca de cero por ciento, en medio de un aumento del proteccionismo, tensiones geopolíticas crecientes y mayor cautela por parte de los inversores.

Además, existe una brecha cada vez mayor entre los sectores manufacturero y de servicios, y las inversiones se inclinan cada vez más hacia los servicios.

De 2004 a 2023, la proporción de proyectos transfronterizos totalmente nuevos en el sector servicios creció de 66 % a 81 %.

Simultáneamente, la IED en el sector manufacturero se estancó durante dos décadas antes de descender significativamente, con una tasa de crecimiento anual negativa de -12 % en los tres años posteriores al estallido de la pandemia covid-19.

Además, la inversión relacionada con los servicios dentro de las industrias manufactureras ha llega a cerca de 70 %, impulsada por los avances tecnológicos.

El declive de la industria manufacturera ha afectado gravemente a las economías más pequeñas, dificultando su capacidad para participar en la producción mundial, mejorar los métodos de producción y adoptar nuevas tecnologías.

Por último, el informe subraya que la geografía de la IED mundial ha cambiado de manera significativa debido a la disminución de China como país receptor.

Las empresas multinacionales muestran cada vez menos entusiasmo por destinar nuevas inversiones a China. Sin embargo, ese país sigue ocupando una posición dominante en la manufactura y el comercio mundiales, lo que supone una transformación de su modelo de producción internacional.

Ante la necesidad urgente de cerrar las brechas de inversión entre sectores y regiones, la Unctad hace un llamado a la acción para garantizar que los beneficios de la inversión se distribuyan de manera más equitativa y se ajusten a los objetivos generales de desarrollo.

Ese llamado comprende a los responsables políticos mundiales, a los líderes empresariales, y a las agencias de desarrollo, para mejorar la colaboración mundial y regional y trabajar por un entorno de inversión más abierto y justo.

Destaca la importancia de las políticas que atraigan y aprovechen al máximo la IED, promoviendo la inversión en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A-E/HM

 

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