Más de 5600 migrantes hacia Europa han muerto desde 2021

Migrantes africanos rumbo a Europa rescatados de un naufragio frente a las costas de Libia. Miles de quienes transitan peligrosas rutas perecen cada año tratando de alcanzar su meta. Foto: Fabian Mondl/SOS Méditerranée

BERLÍN – En las rutas migratorias hacia y dentro de Europa se ha documentado la muerte de 5684 personas desde principios de 2021, con un número creciente a través del Mediterráneo, en las fronteras terrestres y dentro del continente, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

“Estos continuos fallecimientos son otro sombrío recordatorio de que se necesitan desesperadamente más vías legales y seguras para la migración”, declaró en esta capital Julia Black, autora del nuevo informe de la OIM con los datos de su Proyecto de Migrantes Desaparecidos.

A partir del año 2014 “hemos registrado más de 29 000 muertes durante los viajes migratorios a Europa”, dijo Black.

Desde enero de 2021 hasta el 24 de octubre de 2022, el proyecto documentó al menos 2836 muertes y desapariciones en la ruta del Mediterráneo central, un aumento en comparación con las 2262 muertes registradas entre 2019 y 2020.

En la ruta de África occidental-océano Atlántico hacia las españolas islas Canarias se documentaron 1532 muertes en el período del informe, cifra que supera cualquier período bienal desde que la OIM comenzó a documentar las muertes en 2014.

En estas dos rutas transoceánicas largas y peligrosas, es muy probable que los datos del año en curso estén incompletos debido al laborioso proceso de verificación de los demasiado frecuentes “naufragios invisibles”, casos en los que barcos enteros se pierden en el mar sin labores búsqueda y rescate.

Desde 2021 se han documentado aumentos en el número de muertos en muchas otras rutas europeas en comparación con años anteriores, en primer lugar en la frontera terrestre entre Turquía y Grecia, con 126 muertes documentadas.,

Asimismo, en la ruta de los Balcanes occidentales (69), el cruce del Canal de la Mancha (53), en las fronteras entre Bielorrusia y la Unión Europea (23), y muertes de ucranianos que huían del reciente conflicto con Rusia (17).

Más allá de una falla estructural para proporcionar vías seguras adecuadas, los registros del proyecto muestran que muchas de las muertes en las rutas migratorias a los países de destino en Europa podrían haberse evitado con una asistencia rápida y efectiva a los migrantes en peligro.

Informes de sobrevivientes transmitidos a la OIM indican que, desde 2021, al menos 252 personas murieron durante supuestas expulsiones forzadas por parte de las autoridades europeas, también conocidas como devoluciones.

Esas muertes se documentaron en el Mediterráneo central (97 desde 2021), en el Mediterráneo oriental (70), en la frontera terrestre entre Turquía y Grecia (58), en el Mediterráneo occidental (23) y en la frontera Bielorrusia-Polonia (cuatro).

Tales casos son casi imposibles de verificar en su totalidad debido a la falta de transparencia y de acceso, y por la naturaleza altamente politizada de tales eventos. Las cifras probablemente subestimen la verdadera cantidad de muertes.

Las tasas de identificación de quienes mueren en las rutas migratorias hacia y dentro de Europa son más bajas que en otras regiones del mundo. Por ejemplo, en el Mediterráneo central se establecieron las nacionalidades de solo cuatro de las 59 personas (siete por ciento) que murieron frente a las costas de Europa en 2021.

Esto es significativamente más bajo que los que murieron frente a la costa del norte de África en el cruce del Mediterráneo central, donde 457 de 1508 individuos (30 %) quedaron registrados con un país de origen conocido.

En total, más de 17 000 personas que perdieron la vida en rutas hacia y dentro de Europa entre 2014 y 2021 se enumeran sin ninguna información sobre el país de origen, un detalle clave de identificación, que arroja luz sobre la pérdida no resuelta de innumerables familias que buscan a parientes desaparecidos.

“Hay personas de 52 países que han muerto en las rutas migratorias hacia y dentro de Europa en nuestros datos”, dijo Black. “La escala de este problema, y el impacto en las familias y comunidades que enfrentan pérdidas no resueltas, significa que no hay solución para este problema sin la aceptación de las autoridades”, agregó.

La OIM renovó su llamado “a los Estados en Europa y más allá” para que tomen medidas urgentes y concretas para salvar vidas y reducir las muertes durante los viajes migratorios.

Entre esas medidas está priorizar la búsqueda y el rescate en tierra y en el mar, lo que incluye poner fin a la criminalización de los actores no gubernamentales que brindan asistencia humanitaria a los migrantes en peligro, destacó el reporte de la OIM.

A-E/HM

 

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