La desigualdad con las vacunas socava la recuperación económica

En países con escaso acceso a vacunas, como Haití y Honduras en América Central y el Caribe, la pandemia sigue expandiéndose, mientras que globalmente se afecta la recuperación de la economía mundial. Foto: Manuel Moreno Gonza/Unicef

NACIONES UNIDAS – La desigualdad en el acceso a las vacunas contra la covid-19 tendrá un impacto negativo duradero y profundo en la recuperación económica de los 135 países de ingreso mediano y bajo, advirtió este jueves 22 un estudio de agencias de las Naciones Unidas y la británica Universidad de Oxford.

Ese impacto se registrará “si no se adoptan medidas urgentes para garantizar acceso equitativo de todos los países a las vacunas, entre otras cosas mediante el reparto de dosis”, según el estudio auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los 29 países de más bajo ingreso, en África y Asia más Haití, que en 2019 acumularon un producto bruto por 532 000 millones de dólares según el Banco Mundial, contarían con 38 000 millones de dólares adicionales este año si tuvieran la misma tasa de vacunación que las naciones de ingreso alto.

Ahora que los países más ricos “han pagado billones (millones de millones) de dólares en estímulos para apuntalar las tambaleantes economías, llegó la hora de garantizar que las dosis de vacunas se compartan rápidamente”, sostuvo el informe.

Para ello “deben eliminarse todas las barreras al aumento de la fabricación de vacunas, y garantizarse el apoyo financiero para que se distribuyan de forma equitativa y se pueda producir una verdadera recuperación económica mundial”.

“En algunos países de ingreso bajo y mediano menos de uno por ciento de la población está vacunada, por lo que ha llegado el momento de actuar de forma rápida y colectiva”: Achim Steiner.

El Banco Mundial prevé una recuperación de 5,6 por ciento en el PIB global para 2021, pero de solo 4,4 por ciento si se excluye a China, ya que “en muchos países la reactivación se retrasa porque han resurgido casos de covid-19 y la vacunación avanza lentamente o se ha retirado la ayuda en el marco de políticas”.

El análisis de la Universidad de Oxford indicó que un precio elevado de la vacuna contra la covid (varía entre 2,20 y 29 dólares la dosis, dependiendo de la marca y el país de destino) implica en los países pobres “una enorme presión para sus frágiles sistemas sanitarios”.

Además socava la inmunización sistemática contra otros flagelos, pudiendo provocar picos alarmantes de enfermedades como sarampión, neumonía y diarrea.

“Los países de ingreso bajo necesitan que el acceso a las vacunas a precios sostenibles y el apoyo financiero sean oportunos”, se indicó.

Achim Steiner, administrador del PNUD, subrayó que “en algunos países de ingreso bajo y mediano menos de uno por ciento de la población está vacunada, por lo que ha llegado el momento de actuar de forma rápida y colectiva”.

Mientras que los países ricos vacunan a su población rápidamente, los más pobres aún no han podido vacunar siquiera a sus trabajadores de la salud ni a la mayor parte de la población de más riesgo, y todo indica que sus niveles de crecimiento económico anteriores a la pandemia no se alcanzarán hasta 2024.

Entretanto, la variante delta y otras cepas del coronavirus que causa la covid “están llevando a algunos países a restablecer estrictas medidas sociales de salud pública”, advirtió el informe de la universidad, el PNUD y la OMS.

Con ello “están empeorando aún más la salud, los efectos sociales, económicos y sanitarios, especialmente para las personas más vulnerables y marginadas”.

Por ejemplo, la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, indicó el 21 de julio que “en los países con un suministro adecuado de vacunas, las infecciones están disminuyendo, pero en los lugares en los que la cobertura vacunal es baja, las infecciones siguen siendo altas”.

Para Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, “la desigualdad en materia de vacunas es el mayor obstáculo a nivel mundial para acabar con esta pandemia”.

“Desde el punto de vista económico, epidemiológico y moral, lo mejor para todos los países es utilizar los últimos datos disponibles para poner a disposición de todos las vacunas que salvan vidas”, agregó Tedros.

A-E/HM

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