Conflictos agravan el hambre en el mundo

Casi 400.000 personas con hambre, que huyeron a Mogadiscio en busca de ayuda en lo peor de la hambruna, todavía residen en uno de los campamentos de refugiados a las afueras de la capital de Somalia. Crédito: Abdurrahman Warsameh/IPS.
Casi 400.000 personas con hambre, que huyeron a Mogadiscio en busca de ayuda en lo peor de la hambruna, todavía residen en uno de los campamentos de refugiados a las afueras de la capital de Somalia. Crédito: Abdurrahman Warsameh/IPS.

El número de personas que pasan hambre en el mundo aumentó notoriamente, en gran parte debido a los crecientes conflictos, que revierten décadas de avances en la materia.

“Ha sido un año muy difícil”, recalcó el asesor estratégico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Luca Russo, en entrevista con IPS, refiriéndose a las cifras alarmantes de personas que pasan hambre.

La FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicaron el Informe Mundial de Crisis Alimentaria 2018, que expone la magnitud preocupante que alcanzan las crisis actuales.

Casi 130 millones de personas en 51 países sufren una severa inseguridad alimentaria, 11 por ciento más que el año anterior, concluyeron las agencias del foro mundial.

Russo, uno de los principales autores del informe, señaló que la inseguridad se volvió una de las principales causas de las crisis alimentarias, que afecta a 74 millones de personas. Si todas vivieran en un mismo país, este sería más grande que Gran Bretaña y Francia juntos.

El informe atribuye el aumento del hambre a los nuevos y más intensos conflictos en países como Myanmar (Birmania), Nigeria y Yemen.

Pero Russo se mostró especialmente preocupado por la situación en República Democrática del Congo (RDC) y en Sudán del Sur, donde están las mayores crisis humanitarias de África.

En la RDC, la escalada de violencia y los enfrentamientos políticos dejaron a 13 millones de congoleños necesitados de asistencia humanitaria, 7,7 millones de los cuales en una situación de grave inseguridad alimentaria.

En 2017, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró en la RDC el nivel tres de emergencia humanitaria, el mayor grado y a la par de Iraq, Siria y Yemen.

El Consejo de Seguridad de la ONU también expresó la misma preocupación que Russo, y subrayó la necesidad de “atender la presencia de grupos armados (irregulares) en el país”, y reclamó “elecciones transparentes, creíbles e inclusivas”.

En abril habrá una conferencia internacional de donantes, mediante la cual se busca movilizar unos 1.700 millones de dólares para la RDC.

Mientras, Sudán del Sur sigue teniendo dificultades para reunir fondos para hacer frente a sus necesidades humanitarias, y la población está al borde la hambruna.

La FAO y el PMA alertaron de que sin una asistencia humanitaria sostenida, más de siete millones de personas, casi las dos terceras partes de la población sursudanesa podrían encontrarse en una situación de grave inseguridad alimentaria en los próximos meses, mientras más de 150.000 podrían sufrirán una hambruna.

“A menos que se cubra la falta de fondos humanitarios, tendremos que declarar otra vez la hambruna en Sudán del Sur”, alertó Russo.

Hasta ahora solo se reunió ocho por ciento de los 1.700 millones de dólares solicitados para la RDC.

La asistencia humanitaria ayudará a paliar la situación y permitirá salvar vidas, pero no es una solución a largo plazo, alertó Russo.[related_articles]

“Debido a que siguen los conflictos, tenemos más y más personas con hambre; con la asistencia humanitaria podremos mantenerlas con vida, pero no podemos ofrecer soluciones sostenibles”, precisó.

El panorama para este año es funesto, pero no todo está perdido.

Russo subrayó la importancia de que las iniciativas de desarrollo estén coordinadas con las humanitarias para no quedarse en la asistencia a corto plazo y hacer frente a las cuestiones de largo plazo, que contribuirán a lograr una paz segura.

La Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (Unmiss) reunió a pastores y agricultores sursudaneses, quienes se enfrentan desde hace tiempo por tierras y recursos.

La reunión permitió que ambas partes discutieran métodos para la resolución de conflictos y crearan un acuerdo de mutuo beneficio con el fin de evitar futuros enfrentamientos.

La iniciativa puede ser un pequeño paso, pero constituye un esfuerzo tendiente a reducir las tensiones y a crear una oportunidad más sustancial para encontrar la paz.

Russo urgió a la comunidad internacional a tomar medidas para hacer frente a las crisis mundiales y evitar lo sucedido en Somalia en 2011.

En aquel momento, la asistencia y las acciones que se tomaron llegaron cuando ya habían muerto 250.000 personas y la ONU sacó una declaración sobre la hambruna en julio de ese año.

“Aun si algunas de esas situaciones no se ven en los medios, están ahí y existen, y probablemente se expandan. No debemos esperar a que se declare una hambruna para actuar”, subrayó.

Traducción: Verónica Firme

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