La joven menor de edad a la que Silvio Berlusconi ayudó a prostituir cuando era primer ministro de Italia no es un caso aislado. Se estima que alrededor de 10.000 adolescentes son víctimas de explotación sexual solo en este país europeo.
La mayoría de ellas no se “ven”. La prostitución callejera, de hecho, disminuye. Pero eso solo se debe a que estos “servicios” están disponibles cada vez más a través de Internet.
“A veces me preocupa cuando escucho que la gente habla sobre prostitución de menores”, dijo Myria Vassiliadou, coordinadora de lucha contra la trata de personas de la Comisión de Asuntos Internos de la Unión Europea (UE), en entrevista con IPS.
“Cuando se habla de niñas y niños cuyos cuerpos se usan para servicios sexuales, se trata de una actividad ilegal”, precisó.
Según estadísticas de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, basadas exclusivamente en víctimas presuntas e identificadas de trata, se registraron 9.528 casos en los estados miembros del bloque en 2010. De ellas, 66 por ciento fueron utilizadas para explotación sexual y, de estas últimas, 12 por ciento eran niñas y tres por ciento varones menores de 18 años.
Las cifras oficiales no llegan a describir la verdadera situación. En Italia, alrededor de 10.000 niños y niñas son víctimas de explotación sexual cada año, según estimaciones de la organización italiana End Child Prostitution, Pornography and Trafficking (Fin a la explotación de niños y adolescentes en pornografía, prostitución y trata: Ecpat, por sus siglas en inglés).
“En Italia, la prostitución al aire libre en la que solemos pensar involucra principalmente a adolescentes inmigrantes”, dijo a IPS la coordinadora italiana de Ecpat, Yasmin Abo Loha.
[related_articles]Sus principales países de origen son estados de Europa del este, seguido de un flujo constante de Nigeria, y ahora de Asia, en especial de China.
“Las víctimas obligadas a prostituirse en nuestras calles, por lo general, son muchachas mayores”, señaló Loha. “También estimamos que entre 15 y 20 por ciento son varones, aunque es difícil precisar, en especial, la proporción de prostitución masculina, que es más difícil de interceptar”, explicó.
También hay un mito que disipar, indicó Vassiliadou. “Solemos decir que la trata es algo que afecta a las poblaciones migrantes, pero 61 por ciento de las víctimas que conocemos son ciudadanas de la UE”, observó.
En lo que respecta a los menores italianos, el ámbito principal para realizar los contactos es Internet. En la mayoría de los casos, el fenómeno no puede definirse como prostitución, pues el contacto puede no derivar en relaciones sexuales, sino involucrar pornografía y más.
Las nuevas formas varían bastante, “desde adolescentes que simulan mantener relaciones sexuales entre sí y luego venden las imágenes, hasta un striptease paso a paso frente a la cámara web, en cuyo caso el precio comienza en 15 euros (unos 19 dólares) por mostrar un seno y puede subir hasta 50” (unos 64 dólares), indicó Loha.
En esos casos, el pago puede ser en especies recargas de teléfonos y otras formas de regalos directos.
La prostitución en sentido estricto suele darse en el entorno de clubes de menores, en los que los adolescentes mantienen relaciones sexuales a cambio de dinero. “Si lo comparamos con las formas estándares de prostitución, a la que se fuerza a los menores, los adolescentes italianos parecen inducidos por cierto mensaje y cambio cultural en curso”, explicó Loha.
“En la actualidad, vender su sexualidad es una forma de obtener algo de inmediato, ya sea un escaño parlamentario o el último teléfono o diseño de ropa”, añadió Loha.
Los muchos peligros de la explotación sexual se esconden detrás de la publicidad en torno al escándalo protagonizado por Berlusconi, tres veces primer ministro de Italia en las dos últimas décadas.
“Como sea que se presente el caso, una persona menor de 18 años explotada sexualmente es una víctima”, afirmó terminante Vassiliadou. “Existe una ley contra eso y no creo que tengamos que debatir al respecto”, opinó.
El hecho de que la marroquí Karima el-Mahroug tuviera 17 años y que pareciera mayor cuando mantuvo relaciones sexuales con Berlusconi, por lo cual fue condenado en primera instancia, abrió un vívido debate sobre si ella era, o no, consciente y responsable de sus actos.
En vez de preocupación, el asunto generó un chismerío, observó Loha.
“Solemos escuchar comentarios, incluso de profesionales de nuestra área, que piensan que adolescentes de 17 años son grandes y pueden hacer lo que quieran. El hecho es que la ley señala lo contrario y en tanto que tal debe aplicársela”, sentenció.
El debate, en cambio, debe concentrarse sobre las formas de poner fin a la explotación sexual y a la trata de personas, subrayó Vassiliadou. “Porque el hecho de que las víctimas estén ahí, significa que hay alguien dispuesto a comprar sus servicios”, añadió.
Los esfuerzos para combatir este flagelo deben incluir capacitación, campañas, acciones dirigidas a fiscales y víctimas, a través de los medios. Pero el problema es que hasta ahora no hay un modelo exitoso para aplicar, explicó Vassiliadou.
“No tenemos ningún ejemplo, en ningún lugar de Europa. Mientras no tenga una respuesta, necesito hacer más preguntas y presionar más”, añadió.