Muchos en Turquía temen que el gobierno carezca de incentivos para frenar su ofensiva contra las libertades de expresión y de prensa, mientras las negociaciones para que el país se incorpore a la Unión Europea (UE) permanecen estancadas.
"Resucitar el proceso de acceso de Turquía a la UE es de una relevancia crucial para la libertad de prensa en el país, por el simple motivo de que brinda al gobierno un incentivo fundamental para concretar avances", escribió el exembajador del bloque europeo en el país, Marc Pierini, en un documento para el Fondo Carnegie para la Paz Internacional.
"La UE necesita una Turquía próspera, estable y democrática, independientemente de si es miembro, aliada estratégica o vecina. Y, lo que es más importante, necesita una Turquía que esté en paz consigo misma y que maneje la coexistencia y la tolerancia entre varias hebras de su sociedad", escribió para el Fondo con sede en Washington.
En los últimos años, organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos han condenado al gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan y a su Partido Justicia y Desarrollo, por imponer severas restricciones a las libertades de prensa y, en particular, por encarcelar a un numeroso número de periodistas.
Según un informe del Comité para la Protección de los Periodistas titulado "Turkeys Press Freedom Crisis" (La crisis de la libertad de la prensa de Turquía), el país encarceló en 2012 a la mayor cantidad de periodistas en el mundo, superando a Irán, Eritrea y China.
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Solamente en agosto, 76 reporteros kurdos fueron puestos tras las rejas. De ellos, 70 por ciento eran ciudadanos kurdos. Muchos periodistas fueron acusados por realizar coberturas sobre las actividades del prohibido Partido de los Trabajadores de Kurdistán, al que Turquía considera una organización terrorista.
"Las autoridades han encarcelado a periodistas a escala masiva por cargos de terrorismo o antiestatales, han iniciado miles de otros juicios penales por cargos como denigrar la condición turca o influir en los procedimientos judiciales, y han usado tácticas de presión para sembrar la autocensura", señaló el Comité.
En respuesta, el ministro de Justicia, Sadullah Ergin, dijo que las acusaciones incluidas en el informe eran "exageradas", y declaró que se estaba utilizando las críticas a la libertad de prensa en Turquía como herramienta política contra el gobierno.
"Nosotros, como gobierno, no queremos que ni una sola persona, sea o no periodista, sea victimizada a causa de sus pensamientos o expresiones", escribió Ergin.
"Turquía se está esforzando por lograr el equilibrio adecuado entre impedir la apología de la violencia y la propaganda terrorista, y la necesidad de ampliar la libertad de expresión", añadió.
Pero muchos señalan al defectuoso Código Penal turco como una factor decisivo para eliminar la libertad de prensa. Es especialmene condenada la vaga legislación antiterrorista del país, donde, por ejemplo, el escribir un artículo puede llevar a que periodistas sean acusados de pertenecer a, o ayudar a, una organización terrorista.
Según Hugh Pope, investigador sobre Turquía en el International Crisis Group, con sede en Bruselas, el inminente cuarto paquete de reformas judiciales, que se espera el gobierno dé a conocer en breve, debe abordar esta definición problemática del terrorismo.
"La definición de terrorismo está completamente desincronizada con la norma europea, y tiene que cambiar", dijo Pope a IPS.
"Es absolutamente esencial adaptar la definición de terrorismo a algo que sea más racional y que, por lo tanto, permita la liberación de varios miles de personas que están actualmente en prisión bajo cargos de terrorismo y que no serían consideradas terroristas en ninguna otra parte de Europa", agregó.
Turquía fue declarada apta para integrarse a la Unión Europea en 1997, y las negociaciones con ese objetivo se iniciaron en 2005. Sin embargo, desde 2006 el proceso está estancado, en buena parte debido al conflicto que el país mantiene con Chipre por el control turco de parte del territorio de ese estado insular.
"No ayuda el hecho de que, en Europa, Turquía es percibida como una amordazadora de la prensa, pero pienso que el principal problema no es ese", sino las "grandes reservas" que la UE tiene con respecto a este país, sostuvo Pope.
"Pero si Turquía tuviera un escenario mediático más defendible, eso la haría parecer más europea", añadió.
La Federación Europea de Periodistas lanzó el año pasado una campaña para liberar a los reporteros turcos en prisión. Representantes de la entidad también asistieron a audiencias judiciales en Turquía, en solidaridad con los reporteros encarcelados.
"Es muy importante (que los periodistas turcos) sientan que no están aislados, (que) no están solos. Las visitas a las audiencias judiciales han mostrado un apoyo enorme", dijo a IPS la directora de la Federación, Renate Schroeder.
"Todos los periodistas saben lo que es querer escribir la verdad, aunque todos sabemos cuán difícil es. Se es periodista simplemente para ser crítico. Hay un vínculo y una solidaridad reales", señaló.
En su último informe sobre avances en las aspiraciones turcas de ingresar a la UE, divulgado en octubre, la Comisión Europea (órgano ejecutivo del bloque) dijo que las reformas del Estado en materia de libertad de expresión no son suficientes, aunque existe espacio para debatir cuestiones delicadas, y en en el país se expresan puntos de vista de la oposición.
Según ese documento, los arrestos y encarcelamientos de periodistas, la aplicación de la legislación antiterrorista y el hecho de que altos funcionarios del gobierno y el ejército han presentado demandas contra periodistas son los problemas más acuciantes.
"Todo esto, combinado con una alta concentración de los medios de comunicación en conglomerados industriales con intereses que van mucho más allá de la libre circulación de la información y las ideas, tiene un efecto escalofriante y limita la libertad de expresión en la práctica, mientras vuelve la autocensura un fenómeno común en los medios turcos", concluyó la Comisión de la UE.