Un mundo más caliente es un mundo con hambre

Los precios de los alimentos se dispararán y cientos de millones de personas morirán de hambre si no se actúa con urgencia para concretar recortes importantes en las emisiones derivadas de la quema de combustibles de origen fósil.

Lidy Nacpil, Jubilee South Asia Pacific, vive en Filipinas, actualmente devastada por el tifón Bopha. Crédito: Stephen Leahy/IPS
Lidy Nacpil, Jubilee South Asia Pacific, vive en Filipinas, actualmente devastada por el tifón Bopha. Crédito: Stephen Leahy/IPS
Según científicos y activistas, eso es lo que está en juego en la 18 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 18), en la capital de Qatar, cuya última sesión se puede extender hasta este sábado 8.

Las emisiones de carbono ya están alterando el clima mundial, volviendo más dañinos eventos extremos como sequías, tormentas e inundaciones. La agricultura y la producción de alimentos son muy vulnerables a los impactos del cambio climático, muestran varios estudios científicos.

"Es muy extraño que en Doha no se esté poniendo énfasis en la seguridad alimentaria", dijo Michiel Schaeffer, científico de Climate Analytics, a IPS.

"No hay duda de que el cambio climático plantea un riesgo importante para nuestra capacidad de producir alimentos", señaló.
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Climate Analytics y el Potsdam Institute for Climate Impact Research elaboraron para el Banco Mundial el estudio "Reducir el calor: Por qué se debe evitar un aumento de 4°C de la temperatura mundial", que advierte que muchas partes del mundo no podrán cultivar alimentos si las temperaturas planetarias aumentan cuatro grados.

El informe también alerta que la humanidad va rumbo a un mundo cuatro grados más caliente, en el que habrá olas de calor sin precedentes, sequías severas e inundaciones importantes, con serios impactos sobre los ecosistemas y la agricultura.

La temperatura del suelo aumentará, en promedio, entre cuatro y 10 grados, lo cual lo volverá demasiado caliente para muchos cultivos alimentarios cruciales.

Grandes partes de África, China, India, México y el sur de Estados Unidos reducirán su producción por ese motivo, advirtió Schaeffer. También habrá cambios significativos en los patrones de lluvias y mayores niveles de evaporación.

Con apenas 0,8 grados de calentamiento ya hubo sequías generalizadas, inundaciones y otros eventos extremos vinculados al cambio climático.

Los precios de los alimentos se dispararon, dado que grandes áreas del cinturón productor de granos en Estados Unidos fueron afectadas este año por una sequía. En el futuro, cada vez que haya eventos extremos en áreas productoras de alimentos, los precios de los mismos volverán a subir, señaló Schaeffer.

Las investigaciones muestran que, incluso con dos grados de calentamiento, habrá serios problemas de producción alimentaria en los planos regionales. Si las temperaturas van más allá de tres grados, se volverá un problema mundial. Sin reducciones importantes en las emisiones derivadas de combustibles fósiles, un mundo entre tres y cuatro grados más caliente se enfrentará con un enorme aumento de la población. "Esto será catastrófico", dijo Schaeffer.

Las negociaciones están "a millones de millas de donde necesitamos estar para incluso tener una pequeña posibilidad de impedir un cambio climático descontrolado", dijo Lidy Nacpil, de Jubilee South Asia Pacific, una red de organizaciones para el desarrollo y de inspiración religiosa.

En las horas finales de la COP 18, no hay sobre la mesa ningún recorte adicional de las emisiones contaminantes. Las negociaciones continuarán hasta altas horas de la noche y tal vez, incluso, hasta el sábado.

"No podemos volver a nuestros países y decirles que permitimos que esto ocurriera, que condenamos nuestro propio futuro", dijo Nacpil en un comunicado.

Seyni Nafo, de Malí y portavoz de los negociadores africanos, planteó: "Los negociadores africanos se toman la cabeza con las manos en gesto de desesperación, y preguntan por qué deberían siquiera molestarse en venir a las negociaciones, si los países industrializados continúan arrancándonos más demandas a cambio de ningún dinero o compromiso".

"Este cinismo está en su punto más duro en las negociaciones agrícolas", dijo Nafo en un comunicado.

Sin mayores recortes en las emisiones, esto perjudicará nuestra capacidad de cultivar alimentos o adaptarnos, dijo Meena Raman, experta en negociaciones de la malasia Red del Tercer Mundo.

"En Doha todavía hay una posibilidad de luchar por algo", declaró a IPS.

Una cosa que se necesita es el prometido financiamiento de parte de las naciones industrializadas para ayudar a las menos adelantadas a afrontar los efectos del cambio climático y a fortalecer sus sistemas de producción alimentaria.

"Las finanzas para la adaptación son una demanda clave de los países en desarrollo aquí, en las negociaciones climáticas", dijo Doreen Stabinsky, profesora de política ambiental mundial en el College of the Atlantic.

"Sin adaptación, es probable que la producción alimentaria mundial sufra pérdidas de entre 14 y 30 por ciento en los tres cultivos principales de primavera: trigo, maíz y soja", señaló Stabinsky.

Aunque se actúe pronto en materia de adaptación, de todos modos habrá pérdidas de entre cuatro y 26 por ciento.

Es necesario empezar a aumentar la diversidad de cultivos ahora, para crear resiliencia ante las condiciones climáticas extremas que los agricultores comienzan a enfrentar, dijo Teresa Anderson, de la Fundación Gaia, socia británica de la Red Africana para la Biodiversidad.

Los agricultores tradicionales tienen cientos de tipos diferentes de semillas para diferentes condiciones, pero a menudo estas son puestas a un lado, priorizando soluciones tecnológicas para la seguridad alimentaria, como semillas híbridas y genéticamente modificadas, dijo Anderson a IPS.

"Estos agricultores pueden tener una diversidad tremenda, incluso dentro de la misma variedad de maíz, una que germine antes o florezca después", agregó.

Esa clase de diversidad aumenta en buena medida las dificultades de obtener una cosecha decente, mientras que los modernos enfoques monoagrícolas solo tienen éxito en ciertas condiciones.

El segundo enfoque es el que impulsan los grandes negocios agropecuarios y los gobiernos. Si a ellos les va bien, no hay duda de que será un enorme fracaso bajo las condiciones extremas del cambio climático, sostuvo Anderson.

"No puedo explicarme por qué las naciones industrializadas congregadas en Doha no pueden ver la urgencia de todo esto", añadió.

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