MÉXICO: Centros para mujeres maltratadas quedan sin fondos

Al menos una vez en su vida, 13 millones de mexicanas han sido agredidas por sus parejas. Pese a ello, 34 centros que atienden a las víctimas de la violencia de género podrían desaparecer por falta de fondos.

Los Centros de Atención Externa de Refugios para Mujeres Víctimas de Violencia (Caer) están en riesgo de cerrar sus puertas, luego de la «desaparición» del equivalente a 3,94 millones de dólares aprobados por la Cámara de Diputados para su funcionamiento.

Ello sucede mientras la ola de violencia del narcotráfico que azota al país tiene como una de sus principales aristas el recrudecimiento de las agresiones contra las mujeres.

En México, un país con 112 millones de habitantes, 46,6 por ciento de los 30 millones de mujeres casadas o unidas en pareja es sobreviviente de violencia física, sexual, económica o emocional ejercida por sus parejas.

Así lo reportan el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Instituto Nacional de las Mujeres en el estudio «Mujeres y hombres en México 2011».
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Muchas de esas miles de mujeres violentadas acuden, junto con sus hijas e hijos, a los Caer para ser atendidas y canalizadas a los refugios para víctimas de violencia. En estos centros se brinda atención sicológica, médica, pedagógica y de trabajo social, así como asesoría y acompañamiento jurídico.

Aurora del Río Zolezzi, directora general adjunta del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, precisa que el número de mujeres atendidas en los refugios se incrementó en los últimos dos años.

En 2010 se atendieron 1.740 mujeres en 35 estancias, y en 2011 fueron atendidas 2.118 en 41 refugios, detalla.

La crisis se produce cuando los refugios están funcionando «al tope», sobre todo en el norte del país, debido a que resulta un hervidero de la delincuencia organizada y de la violencia contra las mujeres.

Rosa María Salazar, coordinadora de la Red Nacional de Refugios, una agrupación civil de estas dependencias desplegadas por todo el país, advierte que los hombres aprovechan la ola criminal para someter a las mujeres.

«Llegan mujeres que son parejas de delincuentes, de ‘zetas’ (uno de los carteles del narcotráfico), de las bandas mafiosas de personas que están metidas en la delincuencia organizada. Hemos tenido casos de mujeres que llegan con tanto miedo que tienen que ser trasladadas a lugares lejanos, donde se sientan seguras», explica.

En ese contexto, los Caer son el primer contacto de apoyo a las sobrevivientes de violencia antes de ser llevadas a los refugios confidenciales.

Pero se quedaron sin dinero para operar, luego de que la Secretaría de Salud del país negó recientemente la existencia de los casi cuatro millones de dólares etiquetados con ese fin por la Comisión de Equidad y Género de la Cámara baja.

Ante este «faltante», las directoras de los 34 refugios integrantes de la Red se reunieron en febrero para determinar el futuro de los Caer. Acordaron que de no contar con los 3,94 millones de dólares podrían cerrar los Centros de Atención Externa de cuatro estados: Coahuila, Chihuahua, Morelos y Veracruz.

Según datos oficiales y de grupos civiles, en 2010 en el nororiental estado de Coahuila 51 mujeres fueron asesinadas violentamente y en el central Morelos 48.

En el norteño Chihuahua en lo que va de 2012 fueron ultimadas 60 mujeres, mientras en el oriental Veracruz, de agosto de 2011 a febrero de 2012, hubo 30 casos de feminicidio.

Al Centro de Crisis Casa Amiga, que opera como un Caer en Ciudad Juárez, en Chihuahua, llegan mujeres que han sufrido varios intentos de asesinato por parte de sus parejas. «Son mujeres que ya tocaron muchas puertas pidiendo ayuda y ninguna se abrió», relata su directora, Irma Casas.

Casa Amiga labora de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. A diario realiza de 25 a 30 entrevistas iniciales y hace el seguimiento de siete casos. Ahí trabajan cuatro psicólogas y tres abogadas que atienden en promedio a más de 40 personas. Cuenta también con una línea telefónica de atención las 24 horas.

Se trabaja día y noche en una ciudad «donde no se nos da ninguna garantía», crítica Casas. Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, es una de las ciudades más violentas del mundo, con miles de mujeres asesinadas o desaparecidas por su condición de género.

La vulnerabilidad de los Caer es similar a la de los refugios. Por ejemplo, el 9 de junio de 2010 14 policías –seis de ellos con armas de alto poder– ingresaron al refugio «Sin violencia», en la misma urbe fronteriza, para buscar a una menor de edad.

Hasta la fecha, ni las autoridades municipales ni las estatales han reubicado el refugio, tal y como lo solicitaron desde hace casi dos años su directora y coordinadora administrativa, Almendra Robles Rosales y Elia Orrantia Cárdenas, respectivamente.

Salazar, la coordinadora de la Red, recalca que la crisis económica y la «desaparición» de los casi cuatro millones de dólares para los Caer afectarán los servicios que se prestan para las mujeres víctimas de violencia. También se pone en riesgo la propia vida de las mexicanas maltratadas, alerta.

* Una versión de este artículo fue publicada originalmente por la agencia de noticias mexicana Comunicación e Información de la Mujer AC (Cimac).

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