ESPAÑA: El giro a la derecha no es tan brusco

Las primeras decisiones del nuevo presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, imprimen a la política económica un cambio hacia posiciones derechistas menos fuertes de lo esperado por los analistas.

La importancia que da el flamante gobierno español a la crisis financiera lo demostró este viernes 23, al anunciar su portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, que no habría una vicepresidencia económica, ya que el propio presidente estará "volcado a esa tarea".

Lo más destacable lo expresó el nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien apenas hacerse cargo del ministerio, también este viernes, declaró que el objetivo "número uno" del gobierno era recuperar el crecimiento de la economía y generar empleo y prosperidad.

Una idea del poder que tiene ahora De Guindos es que la cartera a su cargo esté constituida de la fusión de los ministerios de Economía, de Ciencia y de Tecnología y Comercio.

No obstante, fuentes sindicales que prefirieron no identificarse hasta tanto no comiencen las negociaciones dijeron a IPS que el gobierno del centroderechista Partido Popular ya se ha planteado modificar las modalidades de contratación de los trabajadores, lo cual los perjudicará.

En cuanto a lo que se espera del ministro de Defensa, Pedro Morenés Eulate, tomando en cuenta sus antecedentes inmediatos, es claro que no sólo impulsará la venta de armas sino también su uso.

Morenés Eulate fue, hasta el momento de hacerse cargo del ministerio, director ejecutivo en España de MBDA, una empresa europea que diseña, fabrica y vende misiles, y hasta hace un mes estuvo al frente de Instalaza, la firma fabricante de bombas de racimo.

Esas armas en 2008 fueron utilizadas por el régimen libio del luego asesinado Muammar Gadafi (1969-2011) contra la población civil de ese país.

Instalaza lleva a tal extremo su negocio en el mundo de las armas que le reclamó en 2010 al gobierno español una indemnización de 40 millones de euros (52 millones de dólares) para compensar la pérdida de ganancias que tendría si España firmaba, como finalmente lo hizo, la convención internacional contra las bombas racimo y, por tanto, se ordenaba la destrucción de las existentes.

Desde luego que el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011) no tomó en cuenta ese reclamo.

Un reclamo que previsiblemente tampoco tomará en cuenta Rajoy cuyo gobierno, además, no será propenso a comprar más armas, al menos en lo inmediato. El nuevo presidente del gobierno, que asumió el cargo el miércoles 21, anticipó que pondría énfasis en reducir el déficit y el descontrol fiscal, a los que considera básicos en el origen de la crisis económica que afronta el país, el resto de Europa y Estados Unidos.

Esa decisión la puso clara al unificar los ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas, y también con las opiniones que dejaron traslucir al hacerse hoy cargo de sus cargos De Guindos y su colega de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

Curiosamente, los ajustes que ellos tienen planeados incluyen una reducción del déficit fiscal entre seis y ocho por ciento, que equivalen al mismo monto que pide Instalaza. O sea que lo más probable es que esa empresa no reciba ninguna compensación por sus malogrados negocios.

En el plano laboral, Rajoy planteó una rápida reunión con las centrales sindicales y las asociaciones empresariales para lograr un nuevo criterio de negociación, en el que se introduzcan nuevos modos de contratación.

Si en enero no se lograse un pacto entre la patronal y los sindicatos, el gobierno de Rajoy adoptará unilateralmente la decisión mediante un decreto-ley.

Montoso sostuvo que no se propone llevar adelante una política de recortes, sino de reformas.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, apenas asumió su cargo este viernes 23 pidió a los sindicatos y a las organizaciones empresariales que antes del 7 de enero le presentaran sus propuestas y acuerdos encaminados a la preparación de la reforma del mercado del trabajo, que deberá estar concretada antes del 31 de marzo.

Un aspecto poco claro de las reformas que se propone encarar Rajoy es lo que se refiere a las relaciones con América Latina y con el resto de los países del Sur. Los cambios que más llaman la atención por su aspecto negativo es la eliminación de la Secretaría de Estado de Cooperación, lo que seguramente implicará una reducción de la ayuda al desarrollo.

En contraposición se reflotó la Secretaría de Estado para Iberoamérica, que como principal tarea tendrá la organización de la próxima Cumbre Iberoamericana, que se realizará el año próximo en la sudoccidental ciudad de Cádiz.

Una de las preocupaciones importantes y próximas de esta Secretaría será prever que en esa Cumbre no ocurra lo mismo que en la anterior, cuando varios gobernantes latinoamericanos no asistieron.

En caso de repetirse ese hecho no solo estarían en peligro estas cumbres sino una creación de las mismas, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que tiene sede en Madrid y está a cargo del hispano-uruguayo Enrique Iglesias.

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