DESARROLLO: El reto es sumar países emergentes a la cooperación

El desafío que tienen por delante España y el resto del mundo industrializado para mantener y, en lo posible, incrementar la cooperación para el desarrollo de los países del Sur es atraer nuevos actores y fortalecer las políticas públicas hacia ese fin, advirtió el activista Eduardo Sánchez Jacob.

Las agencias cooperantes españolas tienen buena salud, a pesar de que hay varios problemas que encarar, explicó Sánchez Jacob, presidente de la coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales para el Desarrollo (ONGD), de España, responsable de un foro de dos días para analizar el papel del activismo en la nueva arquitectura del desarrollo, que finalizó este jueves 15 en Madrid.

Uno de los escollos es que, cuando se habla de cooperación, "se debe entender que es desarrollo humano y que debe ser algo más que proyectos concretos", señaló a IPS.

Ese algo más debe impulsar la comunicación con los pueblos y con los dirigentes políticos de los países beneficiarios para conocerse mejor y poder actuar en consecuencia, sostuvo Sánchez Jacob.

"Y para hacerles llegar claro el mensaje de que no deben volver a reducir los fondos destinados a la cooperación para el desarrollo".
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En los debates salió varias veces el tema de la reducción de fondos, destacándose el caso de los gobiernos de las comunidades autónomas que conforman España, varios de los cuales decidieron entre 2010 y 2011 reducir sus aportes por un total superior a los 160 millones de euros (208 millones de dólares).

La activista Beatriz Almagro, una de los tres centenares de asistentes el encuentro de las ONG, dijo a IPS que los discursos de los ponentes fueron asépticos, pues, más allá de hablar de coherencia política, hay que demostrarlo "con hechos concretos, y eso ocurrió en esta reunión".

Almagro, una estudiante de periodismo de 25 años, sostuvo que se debe impulsar una nueva forma de comunicación para fomentar cambios políticos y educar a la ciudadanía de manera responsable con el fin de crear "complicidad" con los diversos sectores que la integran a efectos de que se admita que "el mundo es uno solo", con iguales obligaciones y derechos para todos.

En la reunión hubo varias intervenciones al respecto, destacándose el reiterado llamado a que se tome en consideración que hay nuevos actores, como China e India, que cambian las formas de funcionamiento en materia de cooperación, aunque no se explicitó cuales son esos cambios.

En el foro intervinieron, entre otros, Yayo Herrero López, de la coordinadora de Ecologistas en Acción, Jan Dereymaeker, coordinador de cooperación para el desarrollo de la Confederación Sindical Internacional, Carlos Cabo González, de la dirección de la Confederación Europea ONG Emergencia y Desarrollo, y el licenciado en filosofía Sebastián Mora, vicepresidente de la Plataforma de ONGD de Acción Social.

También lo hicieron José Moisés Martín Carretero, jefe del departamento de Cooperación Multilateral de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, y representantes de todos los partidos que integran el Parlamento de España.

En una de las mesas redondas se reflexionó sobre el crecimiento económico, para lo cual se destacó que se debe rescatar el papel de "lo político en las ONGD para luchar contra un modelo global de desarrollo insolidario, consumista, desigual e insostenible".

Esa acción debe centrarse en las causas y no solamente tener en cuenta las consecuencias, como apunta que se haga el código de conducta de las ONG.

Se agregó que no se trata de una simple interlocución política, con dirigentes partidarios, sino que se dirija además a la sensibilización y movilización ciudadana, que logre consolidar una sociedad solidaria y responsable que respalde sus propuestas.

También se puntualizó que la clave del papel político está en que los derechos humanos sean globalizados, "defendiendo lo mismo aquí que allá", poniendo como ejemplo que el derecho a la educación debe estar vigente en todas partes.

Varios de los participantes del foro de Madrid hablaron de la crisis financiera y económica que afecta especialmente a Estados Unidos y a la Unión Europea, señalando que a raíz de ella se redujeron mucho los fondos destinados a las ONGD y que se está poniendo en tela de juicio el sistema de cooperación internacional imperante.

Al respecto, panelistas consideraron que sería una mala política de las ONGD no ver esta crisis como una oportunidad para revisar la situación global, poniendo el acento en la legitimidad social y el apoyo del que estas organizaciones sociales son acreedoras en la actualidad y el que deberían recibir de aquí en adelante, pues "lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer".

El objetivo, coincidieron los participantes, no es ofrecer recetas para que las ONGD puedan aplicarlas, ni simplemente buscar soluciones técnicas o respuestas válidas para todas, porque presuponer que hay una solución general haría que se volviera a conceptos de comunicación y educación ya caducos.

Por ello, el planteamiento deberá ser distinto. Para que así sea los activistas consideran que cada ONGD deberá tomar la decisión de apostar por ese objetivo para su propia reinvención o actualización ante el nuevo escenario y construir su propio diseño estratégico.

Las ONGD deberán, a juicio de participantes, ser capaces de entusiasmar con valores, mostrar escenarios alternativos de futuro, posibles y que apasionen, así como reflejar adecuadamente los grandes sueños de cambiar las cosas y de transmitir pasión a la sociedad.

Ese desafío, puntualizaron, va más allá de la simple comunicación, pues es fundamental generar conciencia crítica de la realidad proponiendo e impulsando un desarrollo justo y equitativo, con mensajes que sintonicen con las expectativas y aspiraciones de las comunidades sociales en las que trabajen.

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