México en mora con compromisos sobre salud sexual de El Cairo

México está reprobado en el cumplimiento del llamado Consenso de El Cairo, que obliga a los gobiernos a garantizar el suministro de métodos anticonceptivos y brindar servicios de salud sexual y reproductiva con respeto a los derechos humanos.

Cuando este martes 13 se cumplieron 17 años de la firma de ese Consenso, en el país prevalecen los embarazos en adolescentes, la mala atención del personal sanitario, la alta incidencia de infecciones de transmisión sexual en las jóvenes, y la penalización del aborto en 17 de los 32 estados mexicanos.

«Desafortunadamente México ha fallado», lamenta María Eugenia Romero, directora de la organización civil Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, para quien los avances han sido mínimos porque no se pasó «de las palabras a la acción».

Advierte que a tres años de 2014, cuando termina el plazo para cumplir con todos los compromisos signados, «persisten las deficiencias en la atención de la salud sexual y reproductiva, que afectan sobre todo a las adolescentes, jóvenes e indígenas».

El 13 de septiembre de 1994 más de 180 países suscribieron el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), celebrada en El Cairo durante nueve días.
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El programa estipula que los servicios de salud deben brindar una amplia gama de métodos anticonceptivos, dar información acerca de su uso y un trato respetuoso de los derechos humanos.

Romero, también presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano para la Política de Población, puntualiza que el Estado mexicano ha establecido normas, programas, presupuestos y ha integrado en su discurso los derechos de las mujeres.

Pero pese a ello, subraya, las mexicanas carecen de servicios sanitarios que garanticen su bienestar y sobre todo su salud sexual y reproductiva.

Detalles de la mora

En México, cada minuto nacen tres niñas y niños y la madre de uno de ellos es menor de 20 años. En el nororiental estado de Tamaulipas, por ejemplo, cada año se registran 14.000 embarazos en adolescentes de 12 a 17 años, según cifras oficiales.

En el país, la posibilidad de tener el primer hijo en la adolescencia es de 32 por ciento y el riesgo de morir en una mujer embarazada de entre 10 y 18 años se incrementa de dos a cinco veces, según datos de la Secretaría de Salud.

Además el número de mujeres con virus de inmunodeficiencia humana (VIH) va en ascenso y Tamaulipas también es un emblema de esa realidad. Hasta hace unos años, en el estado por cada tres hombres con la infección había una mujer, ahora hay dos hombres por cada dos mujeres seropositivas.

A nivel nacional la necesidad insatisfecha de anticonceptivos es de 10 por ciento, pero para las jóvenes aumenta a 18 por ciento y para las adolescentes se dispara a 25 por ciento, señala la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009.

Según la Enadid entre 1997 y2009 la cobertura de métodos anticonceptivos para las jóvenes disminuyó uno por ciento, para situarse en 44,7. El promedio nacional de uso de estos métodos es de 71 por ciento, pero para las indígenas apenas alcanza 52,4 por ciento.

En 10 años, la prevalencia anticonceptiva (uso de métodos de control natal) aumentó apenas ligeramente, al pasar de 68,5 a 71 por ciento, lo que habla de un «evidente estancamiento del programa», observa Romero.

Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia realizó entre 2007 y 2010 una investigación para fiscalizar el acceso, abastecimiento y uso de métodos anticonceptivos.

El estudio arroja que en los estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Tlaxcala y el Distrito Federal, asiento de la capital, las usuarias enfrentan obstáculos para regular su fecundidad.

La organización detectó además que en más de la mitad de los estados hay «actitudes prejuiciosas» o desaprobación del personal de salud ante la solicitud de las usuarias de la pastilla de anticoncepción de emergencia.

El suministro de esa píldora está estipulado en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 005 de Planificación Familiar, pero solo 50 por ciento de los servicios sanitarios contaba con el anticonceptivo en 2010.

Además, no se otorga porque el personal considera que las usuarias «se acostumbran y cada mes van a ir a pedirla».

El horario de atención también es una barrera que las usuarias deben sortear para atender su salud sexual y reproductiva.

«En algunas clínicas ofrecen sólo cinco fichas (cupos) al día y las entregan a las 6:00 de la mañana. Hay mujeres que tienen que ir dos o tres veces para conseguir una ficha», detalla la activista Romero.

México incumple con el acuerdo de El Cairo de garantizar servicios de salud confidenciales para las adolescentes. Según la indagación de Equidad de Género, a las menores de edad se les pide ir acompañadas de una persona adulta.

Cada año en la Secretaria de Salud se otorgan 76 millones de consultas relativas a la atención de la salud sexual y reproductiva, de las cuales 16 por ciento son para adolescentes, solo una de cada seis.

El presupuesto destinado a planificación familiar en 2011, en un país con 112 millones de habitantes, es de apenas 13,1 millones de dólares.

Al crítico escenario, dice Romero, se suma la penalización del aborto en 17 estados del país, circunstancia que ha generado «confusión» entre el personal de salud.

Este se niega a tratar a mujeres con padecimientos vinculados al aborto inseguro, cuando «es una responsabilidad que debe atender».

El contexto de El Cairo

La CIPD de El Cairo fue trascendental porque centró las problemáticas de población y desarrollo en la salud de las mujeres, el fomento de su autonomía y el respeto a sus derechos.

En la CIPD, además, por primera vez la salud reproductiva y sexual y los derechos reproductivos de las mujeres fueron eje de un acuerdo internacional de población.

Entre los avances en México sobre el Consenso de El Cairo, está la creación del Programa Nacional de Salud Reproductiva, la NOM-005 de Planificación Familiar y la NOM-046 para la prevención y atención de la violencia familiar, sexual y contra las mujeres.

Otro logro es la inclusión del Anexo 10 «Erogaciones para la igualdad entre Mujeres y Hombres» en el presupuesto del país.

Romero asegura que México puede cumplir los acuerdos de El Cairo antes de 2014 si se capacita al personal de salud con visión de género y de derechos humanos.

*Una versión original de este artículo fue publicada por la agencia mexicana Comunicación e Información de la Mujer AC, Cimac.

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