Violencia sexista y fútbol juegan polémico partido en Colombia

Mientras en los estadios de Colombia se juega este mes la Copa Mundial Sub 20 de la FIFA, la sociedad de este país disputa otro partido en que los rivales son quienes defienden el derecho de las mujeres a una vida sin violencia y los que en nombre del fútbol disculpan maltratos machistas.

Todo comenzó cuando el director técnico de la selección adulta de fútbol de Colombia, Hernán Darío "Bolillo" Gómez, golpeó la madrugada del día 6 a una mujer a la salida de un bar en Bogotá. Un abogado interpuso una denuncia penal sobre el caso el martes 9, lo que forzó al entrenador a reconocer su falta, pedir disculpas y renunciar al cargo ese mismo día.

Un sector decisivo de los medios de comunicación, parte notable de la clase política y destacados patrocinadores de la selección colombiana de fútbol se colocaron desde el minuto uno en el equipo de firme condena a la agresión contra una mujer que se mantiene anónima, y de la que hubo varios testigos.

El equipo a favor de Gómez, mayoritariamente del ámbito deportivo y de sus allegados, matizó su respaldo con el rechazo a las agresiones sexistas, mientras la Federación Colombiana de Fútbol echaba balones fuera sobre la aceptación de la renuncia.

A enmarañar el juego, saltó a la cancha la senadora conservadora Liliana Rendón, quien en defensa de Gómez aseguró que las mujeres "somos muy necias y a veces provocamos unas reacciones" como la de Bolillo, debido a lo que calificó como "una conducta que es patológica en la mujer".
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"Si mi marido me pega, fue porque me la gané. Y si me la gané será porque tuve que haberlo jodido mucho", aseguró Rendón en un programa televisivo de gran audiencia.

"Esta afirmación nos devuelve muchos años atrás en el trabajo por los derechos de niños, niñas y mujeres", analizó para IPS Ángela María Robledo, representante en la cámara baja legislativa por el centrista Partido Verde.

"Que explique (Rendón) a alrededor de 75.000 mujeres agredidas al año en Colombia, por qué les pegan", agregó.

El "caso Bolillo" dio pie a que los medios recordasen las escandalosas cifras de la violencia de género en Colombia, que en 2010 colocaron al país como el tercero del mundo en cuanto a maltrato a las mujeres, según datos de las Naciones Unidas.

En este país andino de 46 millones de personas en 2009 se registraron 73.450 casos de violencia intrafamiliar contra las mujeres. En violencia sexual se produjeron 18.000 casos y hubo 128 feminicidios, o asesinatos por razón de género, según las cifras del estatal Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

Son estadísticas que tienen un amplio subregistro, según los especialistas, porque el miedo, la presión e incluso la cultura en amplias regiones del país, impiden a muchas mujeres denunciar las agresiones en su contra.

También inciden posiciones como las de Rendón, que insistió que casos como el de Gómez son "un asunto privado" y que "nosotras fregamos (fastidiamos) mucho, no nos para nadie".

"Sí, fregamos el piso, fregamos los trastos, fregamos la ropa, cómo fregamos", replicó de inmediato una joven a través de la red social Facebook. "Fregamos y servimos: el desayuno, el almuerzo y la cena. Servimos de consuelo, de apoyo, sin remuneración ni valoración. Servimos como esclavas", acotó otra usuaria de la red.

Las críticas más duras contra Rendón provinieron de las otras 16 senadoras y 20 representantes del bicameral Congreso de 268 escaños.

Alexandra Moreno, del centrista Movimiento Político Mira, se preguntó: "¿para qué hacemos las leyes?, ¿para que el mismo Congreso se burle de la legislación que protege a la mujer?", en alusión a la Ley contra la Violencia hacia la Mujer de 2008, que penaliza el maltrato machista.

La médica y senadora Dilian Francisca Toro, del derechista Partido de la U, recordó que "la violencia contra la mujer es un problema de salud pública, en el que falta que las mujeres denuncien".

La representante Robledo, por su parte, agregó que Rendón es una demostración de que "tener cuerpo de mujer no significa representar los intereses de las mujeres".

Otra médica y activista feminista, Luz Helena Sánchez, recordó a IPS que el día 10, cuando Rendón hizo sus declaraciones, había titulares en la prensa colombiana como estos:

"Procuraduría pide a la justicia investigue la extraña muerte de una menor en Usme", en Bogotá, "Capturado luego de asesinar a una mujer frente a un bar" en el departamento centro-oriental de Santander, "Una mujer fue quemada con ácido por un desconocido en Bogotá", "Asesinada una profesora en Tarazá", en el noroccidental departamento de Antioquia.

En contraposición, las voces masculinas que se expresaron a favor del "Bolillo" lo hicieron con timidez, reconociendo que se equivocó, pero enfatizando la bondad del seleccionador en su dilatada carrera profesional.

El jueves 11, tras disminuir la tensión mediática de primer momento, la Federación Colombiana de Fútbol anunció que la aceptación de la renuncia de Gómez se discutirá tras terminar el Mundial Sub-20, cuya final será el sábado 20 en Bogotá.

Una encuesta promovida por la emisora La W y el diario El Tiempo, indicó el viernes 12 que 54 por ciento de quienes respondieron apoyaban el perdón al seleccionador.

"Las opiniones en las redes sociales ahora están cambiando. Me pregunto qué se analiza. Parece más importante la Federación de Fútbol que la vida. Estoy tan desconcertada, y me confirma que nuestra palabra no es valorada, y menos aún, cuando ellos hablan de fútbol", expresó ese día una mujer en Facebook.

Se anticipa que Gómez sería ratificado en su cargo, más después que este mismo viernes 12 jugadores, auxiliares, técnicos y médicos de la selección lo pidieron en un comunicado, para "que no se trunque" el proceso deportivo que dirige. Aseguraron que no comparten y reprochan la agresión, pero aplaudieron que Bolillo se haya responsabilizado de ella.

"Está quedando mal el deporte, parece que los deportistas y la Federación estuvieran haciendo caso omiso a un problema tan importante como la violencia contra la mujer", dijo la senadora Toro. La posible ratificación "va a proyectar una mala imagen internacional" del fútbol colombiano y del país, repudió.

La senadora propuso una campaña destinada a "sacarle tarjeta roja a la violencia contra la mujer" y planteó que en la final del Mundial Sub-20 los aficionados lleven esas tarjetas para manifestar su rechazo a la violencia machista.

Robledo consideró que "todos los hechos de fútbol tienen un trasfondo comercial". Pero aseguró que ello "no puede justificar la violencia contra ninguna mujer".

"Tampoco podemos olvidar cómo son educados ellos: para la violencia, para una exposición de masculinidad excesiva", afirmó la representante. "Por tanto creo que la pedagogía es fundamental, inclusive la pedagogía legislativa, para transformar nuestra cultura en claros conceptos sobe feminidad y masculinidad", dijo.

Para Robledo "Bolillo, una figura pública, compleja e impulsiva, podría convertirse en símbolo para la reconciliación, como en Sudáfrica".

De esa manera, adujo, "podría devolver sus actos en espacios de reflexión, para que incluso ayude a los colombianos a no acudir a la violencia, cuando desean obtener algo, cualquier cosa, de las mujeres".

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