CUERNO DE ÁFRICA: La hambruna hermética

Las dificultades de acceso a varias zonas del Cuerno de África, donde 12,4 millones de personas corren riesgo de morir de hambre, impiden paliar la situación y agravan la crisis, alertaron funcionarios de Estados Unidos y de agencias de ayuda internacionales.

Una mujer carga a su hijo desnutrido en el campamento de Badbado. Crédito: UN Photo/Stuart Price
Una mujer carga a su hijo desnutrido en el campamento de Badbado. Crédito: UN Photo/Stuart Price
"No hemos visto una crisis humanitaria tan grave en una generación", aseguró Reuben Brigety, vicesecretario asistente del Buró de Población, Refugiados y Migraciones en el Departamento de Estado (cancillería) estadounidense.

El funcionario participó del seminario "Hambre en Somalia: un cambio previsto a lo peor", organizado el lunes en Washington por la Brookings Institution.

"Es una situación sin paralelo", dijo por su parte Semhar Araua, consejero sobre políticas regionales para el Cuerno de África de la organización Oxfam Internacional.

"Aquí se trata de la capacidad de la población para afrontar (la situación), y la gente en esta región ha sido capaz de resistir día y noche por años, en medio de conflictos e inseguridad, y en este momento estamos viendo que ya no pueden sobrevivir, no pueden obtener los alimentos básicos", indicó.
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Somalia ha sido el país más afectado por la sequía en el Cuerno de África, y la situación se agravará aun más cuando lleguen los meses que tradicionalmente marcan la temporada de sequías, alertó el lunes la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Además de que la ayuda de la comunidad internacional se ha demorado en general, las zonas más afectadas en Somalia se encuentran desamparadas debido a las dificultades de acceso, dijo el director de la Oficina de Relaciones con Estados Unidos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Allan Jury.

"Tenemos desafíos de financiamiento, pero yo diría que los retos que tienen que ver con el acceso son mucho mayores", sostuvo Jury, refiriéndose en particular al sur somalí, donde su agencia no ha podido operar desde enero de 2010.

La dificultad de acceso es la causa por la cual Etiopía tiene una crisis que se expande pero que es manejable, mientras que en Somalia existe ya una hambruna, afirmó. "No son crisis accidentales, y fueron provocadas por el hombre… ya que las estadísticas de lluvias en ambas partes de la frontera son muy similares", apuntó.

No obstante, la sequía, por más aterradora que se presenta, no es el único problema que han sufrido las cerca de dos millones de personas en el sur somalí, controlado por insurgentes vinculados con la red radical islámica Al Qaeda.

"Tenemos una situación en Somalia que es realmente escalofriante… Es la crisis más seria que hemos visto en un largo tiempo", afirmó Jury. "La cuestión clave es que Somalia probablemente sea el país más peligroso en el que operamos".

El 28 de julio, después de que la ONU anunció que la situación en dos regiones somalíes se había deteriorado y convertido en una hambruna, Estados Unidos prometió 28 millones de dólares en asistencia.

Pero hay pocas esperanzas de que la ayuda llegue a los afectados, debido a que las zonas están controladas por el grupo extremista islámico Al Shabab.

Washington ha impuesto limitaciones al uso de sus donaciones en el marco de sus políticas de seguridad y antiterrorismo.

"Estamos comprometidos con los esfuerzos para salvar la vida de los somalíes, y ya estamos trabajando en áreas no controladas por Al Shabab", aseguró Donald Steinberg, vice administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), al participar días atrás de una conferencia en Londres.

"Lamentablemente, alrededor de 60 por ciento de las personas afectadas se encuentran en los territorios de Al Shabab. Hemos instruido a Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y al PMA para que utilicen nuestra ayuda en cualquier parte que no esté bajo control" de los radicales islámicos, añadió.

Se ha acusado a Estados Unidos de politizar los esfuerzos humanitarios, pero también es cierto que Washington no tendría muchas opciones si cambiara de estrategia: Al Shabab prohibió a todas las organizaciones y agencias, incluyendo al PMA, operar en las regiones que controla, y niega que exista una hambruna.

"La expulsión del PMA del sur de Somalia se produjo en enero de 2010 por exigencia de Al Shabab y grupos relacionados, y no por ninguna restricción del gobierno estadounidense", subrayó Jury.

El funcionario indicó que el PMA había acordado con Washington lanzar programas de asistencia en varias otras zonas somalíes que no estaban explícitamente prohibidas por Al Shabab.

"Estados Unidos ha mostrado disposición a ser más flexible en la expansión de las áreas geográficas donde el PMA puede usar la asistencia", añadió.

"Entendemos que nuestro mayor desafío es obtener acceso a las áreas de Al Shabab, y no las restricciones impuestas por los donantes", dijo.

Por su parte, Brigety subrayó que Washington no estaba anteponiendo sus intereses de seguridad.

"Tenemos que buscar formas innovadoras de involucrarnos con todos los actores en el terreno de forma de garantizar el acceso", indicó.

"Somos conscientes de la necesidad de participar del diálogo, y podemos asegurar que encaramos estos temas de una forma que reconoce la gravedad que la situación amerita", añadió.

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