Guerras se desbordan a las aulas

Un problema cada vez más acuciante que afecta a niños y niñas es la escalada de ataques contra escuelas en zonas de guerra, afirma un estudio divulgado por la organización Human Rights Watch (HRW).

Una estudiante camina entre escombros de la escuela Bhaluhar, en el estado indio de Bihar. El edificio nuevo fue bombardeado en 2008 por la guerrilla maoísta Crédito: © 2010 Moises Saman/Magnum Photos for Human Rights Watch
Una estudiante camina entre escombros de la escuela Bhaluhar, en el estado indio de Bihar. El edificio nuevo fue bombardeado en 2008 por la guerrilla maoísta Crédito: © 2010 Moises Saman/Magnum Photos for Human Rights Watch
"Queremos concentrar la atención mundial sobre el asunto para poder comprenderlo de alguna forma y tratar de proteger las escuelas y a los estudiantes", dijo el miércoles 20 Bede Sheppard, investigador de la División de Derecho Infantil de HRW, con sede en Nueva York.

El informe "Escuelas y conflicto armado: Un análisis global de las leyes nacionales y las prácticas de los Estados para proteger las escuelas de ataques y prevenir su uso con fines militares", repasa las leyes existentes sobre este asunto en 56 países.

La investigación analiza tres áreas legales, la protección de objetivos civiles, incluidos edificios e infraestructura, la seguridad de locales educativos para impedir que los centros de enseñanza sean utilizados por grupos armados, ya sean fuerzas de seguridad del gobierno o insurgentes, y las consecuencias a largo plazo de estos ataques.

Algunas de esas consecuencias son poner en peligro la vida de los estudiantes y el personal docente, exponer a los alumnos a abusos físicos y verbales de los combatientes y causar daños psicológicos tales como trauma, ansiedad y abatimiento.
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"Es mucho más que un edificio destruido", dijo Sheppard a IPS. "Es un ataque al derecho de niños y niñas a la educación", añadió.

Otros impactos son la deserción escolar, la disminución de oportunidades para avanzar en los estudios y los frecuentes desplazamientos que pueden alejar y dificultar el acceso de los jóvenes a los centros de enseñanza.

"La situación tiene un impacto real en una generación entera", remarcó.

"Se supone que la educación es un medio para reunir gente y crear una comunidad", dijo a IPS el director del programa Educación en Emergencias, Jordan Naidoo, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). "Pero en medio de un conflicto puede genera grietas sociales", apuntó.

Unicef y HRW, entre otras entidades, formaron en febrero de 2010 la Global Coalition to Protect Education from Attack (Coalición mundial para proteger la educación de ataques), y tienen previsto organizar una mesa redonda el año próximo, indicó Naidoo.

"En mucho países, las escuelas suelen ser el centro de la comunidad", explicó. "Eso también es una pérdida, no sólo para los alumnos, sino para el conjunto social", añadió.

Los usos militares y los ataques a escuelas también tienen consecuencias en el sistema educativo en su totalidad, remarcó Naidoo, refiriéndose al costo económico de reconstruir los centros de enseñanza.

"La educación es el cimiento para lograr muchos otros objetivos de desarrollo. Los perjuicios causados por una situación de conflicto tienen múltiples consecuencias a largo plazo", explicó. "Perjudica realmente al país en varios niveles", añadió.

En lo que respecta a los motivos que justifican los ataques, los autores del estudio no quisieron generalizar.

"Es realmente importante investigar las razones detrás del ataque para diseñar respuestas a la causa que los origina", indicó Sheppard.

Los ataques de malayos musulmanes de Tailandia al gobierno budista son un ejemplo de ello. "Atentan contra las escuelas porque consideran con son un sitio de adoctrinamiento de las autoridades", apuntó.

En India, los maoístas simplemente consideran que los centros de estudio son blancos fáciles, suelen estar desprotegidos de noche y dan visibilidad.

"En algunos casos, las escuelas representan la estabilidad", indicó Naidoo. "Pueden formar parte del orden establecido y por eso las atacan", añadió.

En enero de 2009, Israel atacó escuelas palestinas de la franja de Gaza, como parte de su operación Plomo Fundido, lanzada contra el radical Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica).

En zonas pakistaníes donde están activos grupos violentos como el Talibán, los ataques a escuelas parecen ser parte de una política deliberada.

Las organizaciones no gubernamentales pueden desempeñar un papel importante en revertir el daño infligido a la educación por un conflicto. Pueden oficiar de interlocutores o negociadores entre los combatientes y ofrecer cursos de emergencia para niñas y niños desplazados, observó Sheppard.

Unicef trabaja en el terreno durante y después de un conflicto armado.

"Reconocemos que la educación a menudo sirve de refugio para los menores afectados por guerras", indicó Naidoo. "También sirve de alivio ante un trauma u otra consecuencia psicosocial que deban enfrentar", añadió.

El programa Educación en Emergencias también capacita a maestras y maestros para que puedan ayudar a sus alumnos a hacer frente al trauma causado por un conflicto o por desastres naturales.

El estudio destaca que, en situaciones de inestabilidad, las escuelas se vuelven centro de información vital.

La educación también asegura el desarrollo futuro y la seguridad de un país, señala el informe.

"Si no trabajamos directamente con las comunidades, el gobierno y las escuelas, el trastorno puede seguir, aun después de que termine el conflicto armado", remarcó Naidoo.

La organización recomienda que todos los países condenen los ataques intencionales contra centros de estudio y que consideren sancionar leyes que prohíban el uso de escuelas como bases armadas.

Además sugiere incluir información sobre la temática en folletos de entrenamiento militar y garantías de que quienes violen las disposiciones internacionales sean castigados o procesados como corresponde.

"También es importante que el gobierno asuma su responsabilidad cuando hay un ataque y reconstruya rápidamente la escuela para tratar de minimizar los perjuicios", añadió Sheppard.

Algunos países con conflictos armados han atendido el asunto e implementan medidas de protección para evitar que las partes enfrentadas tomen las escuelas de rehén.

"El hecho de que países como Filipinas y Colombia hayan dicho que es posible que en medio de un conflicto las fuerzas militares no utilicen las escuelas, es un gran mensaje para otros", indicó Sheppard.

Es muy importante legislar al respecto porque permite el avance de una nación, indicó Naidoo. "La protección de niñas y niños, de escuelas y del personal docente es fundamental para el desarrollo del país", añadió.

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