Los socialistas que gobiernan España afrontarán tiempos difíciles si el próximo domingo las urnas confirman los datos negativos recogidos en las últimas encuestas de opinión de voto para las elecciones autonómicas y municipales. Pero, a pesar de los malos augurios, no dan por perdida la contienda.
La última consulta divulgada por el estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) indica que, si se proyectan las respuestas de los entrevistados, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perdería incluso en sus tradicionales feudos de las regiones de Extremadura y Castilla-La Mancha y solo sería reelegido en tres de las 17 comunidades autónomas que integran España.
Al respecto, el diputado Gustavo de Arístegui, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, comentó a IPS que "la intención de voto en todo el país, que se comprobará este domingo 22, muestra que el vuelco electoral es absoluto" y que su centroderechista Partido Popular (PP) ganará los comicios.
"Da lo mismo que saque cuatro o cinco por ciento de ventaja", añadió.
Esto ocurrirá porque "la sociedad está ansiosa de cambios, harta de lo que está soportando y por eso el PP plantea reformas verdaderas y profundas porque está claro que la grave situación que vive el país se debe mayoritariamente al mal gobierno", indicó el también diplomático y portavoz del PP.
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Pero desde el PSOE no dan la batalla por perdida. Su vicesecretario general, José Blanco, está convencido de que mucha gente que estaba resignada a perder, dejará de lado esa actitud y la convertirá en reacción.
Esas palabras se refieren a los sondeos que pronostican una elevada abstención, que perjudicaría al PSOE. Por ello, Blanco sostiene que muchos ciudadanos reaccionarán y acudirán a las urnas para apoyarlos y poder "sonreír mejor".
"Quien ríe último, ríe dos veces y yo estoy contento de que el PP celebre las encuestas, porque nosotros celebraremos los resultados", agregó con marcado optimismo.
En el marco de la campaña, al PSOE le apareció un apoyo tan involuntario como inesperado, según analistas. Se trata del expresidente de gobierno José María Aznar (1996-2004), del propio PP, quien no ceja en denostar a la administración de José Luis Rodríguez Zapatero en sus intervenciones en foros internacionales, lo cual cae muy mal entre los españoles en general.
Una cosa es hacer política partidista y otra muy distinta es apuntar en el exterior contra el gobierno de España, señalan.
Los españoles, además, no olvidan que Aznar sumó al país, pese a la opinión mayoritaria en contrario, a la coalición montada por Estados Unidos para invadir Iraq en marzo de 2003 y que, ese mismo año, fue el primer gobernante de Occidente en visitar al líder libio Muammar Gadafi tras el fin de las sanciones que había impuesto la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aznar fue uno de los gobernantes que más trabajó para levantar el embargo militar y económico de 11 años a Libia, acusado entonces por Washington de vínculos con acciones terroristas. Desde marzo pasado, ese país del norte de África es atacado por aire por fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte cumpliendo el mandato de la ONU con el pretexto de proteger civiles.
La convocatoria a las urnas para el próximo domingo en España es para elegir gobiernos en todos los municipios del país y para 13 comunidades autónomas. Quedan afuera de esta instancia Andalucía, Cataluña, Galicia y el País Vasco, las cuales aún no han fijado fecha para renovar sus autoridades.
Las miradas estarán puestas especialmente en las municipales, puesto que darán una visión general de las opciones en todo el país y permitirán hacer previsiones para los comicios generales parlamentarios de España, previstos para marzo de 2012 salvo que algún hecho extraordinario, como la renuncia del gobierno, obligue a adelantar esa convocatoria.
El desgaste del PSOE, en especial por los daños laborales causados en España por la crisis financiera global nacida en Estados Unidos en 2008, se percibe claramente en las encuestas.
Los datos negativos en las consultas surgen incluso en comunidades como Extremadura y Castilla-La Mancha, donde los socialistas gobiernan desde que se creó esta división política del país con la aprobación en 1978 de la Constitución en vigor. Sólo ganaría, según estas proyecciones, en Asturias, Aragón y Canarias.
Ante el anuncio realizado por Zapatero de que no presentará su candidatura al parlamento para ser reelegido como jefe de gobierno ni para ningún otro cargo, las miradas socialistas están puestas en dos personalidades fuertes, como son el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Defensa, Carme Chacón.
Ninguno de los dos aún definió su posición respecto a presidir la lista electoral del PSOE para las elecciones generales que renovarán el Congreso de Diputados y el Senado, organismos que designan al jefe de gobierno de España, pero muchos simpatizantes suyos están moviendo las cuerdas para que así sea.
