Los 11,2 millones de cubanos recibieron al finalizar octubre la mala nueva de que el año próximo comenzará con nuevas tarifas de energía eléctrica, anunciadas oficialmente como estrategia para estimular el ahorro y el uso racional de ese recurso en el sector residencial.
La noticia añadió preocupación entre quienes temen perder sus empleos en la reforma laboral iniciada por el gobierno de Raúl Castro para elevar la productividad y la eficiencia del trabajo, un paso considerado imprescindible para aumentar los salarios y hacer crecer la economía.
"En mi casa se cocina con electricidad. Entre eso, los ventiladores, el refrigerador, el calentador de agua y el televisor es bastante difícil que gastemos menos de 300 kilovatios. Y eso que hace tiempo dejamos de hervir el agua para beber", comentó a IPS Ana García, residente en un barrio del sur de la capital.
La estatal Unión Eléctrica informó mediante nota de prensa que las alzas se aplicarían a partir del consumo que sobrepase los 300 kilovatios/hora en el mes, y van desde 15 hasta más de 200 por ciento. Los mayores aumentos impactarán sobre familias que gasten de 1.001 a 5.000 kilovatios/hora o más.
Según la empresa, el sector estatal disminuyó el consumo 10 por ciento respecto de 2009, pero el de los hogares continúa creciendo. Los que gastan más, que hoy constituyen 5,6 por ciento y consumen 14,4 por ciento de la electricidad del sector residencial (…..) pagarán tarifas superiores", acotó.
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El informe añadió que las alzas, que comenzarán a aplicarse a partir del consumo de la segunda quincena de noviembre, no afectarán a 94,6 por ciento de los hogares y "sólo se reduce parte del subsidio a la tarifa eléctrica de la población". Las facturas de cobro con las nuevas tarifas se harán efectivas a partir de enero de 2011.
Si bien el sector que se verá mayormente impactado por los aumentos incluye a familias que disponen de equipos de aire acondicionado y más de un refrigerador, entre otros artefactos de uso doméstico, también se sentirá en hogares de menores ingresos, como el de García, que cocinan con energía eléctrica desde hace unos cuatro años.
García, su hermana y su hija casada y con dos hijos viven en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, donde a mediados de la actual década fueron sustituidas las cocinas a gas licuado y a otros combustibles por eléctricas, como parte de un programa conocido por "Revolución energética" que abarcó a todo el país. Pero analistas sostienen que las nuevas tarifas de electricidad son medidas preventivas ante el casi seguro incremento del gasto energético por el aumento del trabajo privado.
Las autoridades ampliaron a 178 los oficios y actividades que se podrán ejercer de manera independiente del Estado, que hasta ahora absorbe alrededor de 90 por ciento del empleo en el país, como una alternativa que se espera beneficie unas 250.000 personas.
Ese es el total de trabajadores que serán afectados por la reducción de plantillas en el sector estatal, en un proceso que deberá terminar en el primer trimestre del año próximo. Primero se procurará reubicar a los trabajadores dentro de la propia empresa u organismo, y luego se recurrirá a alternativas de empleo en los sectores de agricultura y construcción, que gozan de demanda laboral.
"Soy profesora y en mi escuela no hay plazas sobrantes. Pero si los alimentos no bajan de precio, ahora suben la luz y mañana otras cosas, menos los salarios, no sé como nos vamos a arreglar", comentó a IPS una mujer casada y con dos hijos que no quiso ser identificada.
La población cubana cuenta en general con servicios gratuitos de salud, educación y una canasta básica de alimentos a precios subvencionados que, aunque insuficiente, resulta indispensable para familias de escasos recursos. El gobierno aseguró que nadie quedará abandonado a su suerte con el reajuste laboral.
También la electricidad, a cuya generación se destina más de 50 por ciento del combustible consumido anualmente, es subsidiada por el Estado. Según estimados oficiales, generar 300 kilovatios equivale a 36 dólares, sin contar con los costos por mantenimiento, salario, transporte, redes y vacaciones, entre otros aspectos.
La Unión Eléctrica señaló que, desde el último reajuste de tarifas al sector doméstico en noviembre del 2005, el precio promedio del petróleo se incrementó de 56 a 78 dólares el barril, lo que ha provocado un crecimiento considerable de los costos de la electricidad y en consecuencia un aumento de los subsidios estatales.
Según especialistas, el consumo eléctrico en el sector residencial se incrementó más de un 28 por ciento respecto de 2004, a partir de que se convirtió en el combustible de uso predominante en el hogar, tanto por un mayor nivel de electrificación como por el mayor acceso a equipos electrodomésticos.