ONU: Una reforma de nunca acabar

La reforma del Consejo de Seguridad de la ONU es un tema recurrente en las sesiones de su Asamblea General desde hace más de una década así como la falta de acuerdo. La actual no parece ser la excepción.

"El proceso de reforma del Consejo de Seguridad casi que puede llamarse la ‘historia de nunca acabar’", señaló el presidente de Eslovaquia, Ivan Gasparovic.

En los primeros cuatro días de la 65 sesión de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), más de 70 gobernantes mencionaron la necesidad de reformar el Consejo.

"Ya no es aceptable que la calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad, encargado de mantener la seguridad y la paz internacional, esté sujeto a normas de una época que terminó hace tiempo", señaló Ahmed Abdoul Gheit, canciller de Egipto.

"Es igualmente inaceptable que su trabajo siga caracterizándose por la falta de transparencia o de equilibrio", apuntó
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La estructura del máximo órgano de seguridad cambió una sola vez desde su composición original de cinco miembros permanentes con poder de veto, los ganadores de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) –China, Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia—y seis asientos que rotaban cada dos años.

En 1965, se agregaron cuatro lugares no permanentes para reflejar el crecimiento de la ONU, que de los 51 estados fundadores había pasado a 117. El Consejo de Seguridad quedó entonces con 15 integrantes. El foro mundial cuenta hoy con 192 miembros.

Los asientos en la mesa del Consejo de Seguridad son muy codiciados porque sus funciones incluyen autorizar acciones militares, imponer sanciones y crear operaciones de mantenimiento de la paz. Hay países que anuncian su intención de postularse a ocupar un puesto rotativo hasta con 10 años de antelación. No sorprende que hace 17 se escuchen reclamos de reforma.

"Tras años de conversaciones interminables, por primera vez tenemos un texto sobre el cual discutir", anunció en junio el representante de Afganistán, Zahir Tanin, quien preside un organismo intergubernamental que elaboró un documento sobre el proceso de reforma, el primero en reunir las distintas posiciones de los estados miembros y los grupos regionales.

"El hecho de que hayan pasado más de 15 años de negociaciones es una prueba de las profundas divisiones que existen entre los miembros", señaló el canciller italiano Franco Frattini.

Hay consenso de que la composición del Consejo de Seguridad es caduca y exclusiva, pero la estructura debe adoptar es objeto de acalorados debates entre los grupos regionales y los rivales históricos.

"China debe aprender a querer a Japón, Pakistán a India, Argentina a Brasil, Egipto, formar parte de África espiritualmente y Nigeria ser estable. Francia debe ser más humilde y perder su perfil nacional", dijo a IPS el profesor de ciencias políticas Thomas Weiss.

"Lo que tenemos que lograr es que los parlamentos de los países aprueben el cambio de Carta de la ONU", indicó Weiss, también director del Instituto de Estudios Internacional Ralph Bunche, del Centro de Posgrado de la Universidad de Nueva York. "Parece bastante fácil", añadió.

Uno de los principales grupos en el proceso de reforma está integrado por Alemania, Brasil, India y Japón (G-4), países con considerable poder político y económico.

Francia y Gran Bretaña los apoyan e insisten en que los cuatro deben ser miembros permanentes.

"El Consejo de Seguridad debe ser reformado para reflejar la nueva geografía de poder", señaló Nick Clegg, viceprimer ministro británico.

"Gran Bretaña es clara e inequívoca respecto de que Brasil, India, Alemania y Japón deben tener un puesto permanente y que África debe estar representada. Es simple, la ONU no puede hablar por muchos si sólo escucha a unos pocos", añadió.

El G-4 afronta la acérrima oposición de sus competidores regionales, que forman la alianza conocida como Unidos por el Consenso, integrada por Argentina, Corea del Sur, Italia, México y Pakistán, entre otros, que también gozan de un apoyo sustancial.

"Tenemos que buscar un resultado que una a los miembros, no que los divida", señaló el canciller de Pakistán, Makhdoom Shah Mehmood Qureshi. "Nuestra búsqueda colectiva debe terminar en una solución de consenso que recoja los intereses de todos", añadió.

La representación africana en el Consejo de Seguridad es insuficiente.

"No se puede tolerar más que África, un continente que representa a casi 30 por ciento de los miembros de la ONU y cuyos asuntos constituyen más de 60 por ciento de la agenda del Consejo de Seguridad, no tenga representantes entre los miembros permanentes", sostuvo el canciller de Mozambique, Oldemiro Marques Balói.

La Unión Africana pretende tener dos miembros permanentes con poder de veto en el Consejo de Seguridad y cinco rotativos.

Además, en los últimos días, Kuwait pidió un sitio permanente para los países árabes o musulmanes, Granada defendió un lugar para los pequeños estados insulares y Luxemburgo para los países pequeños, que constituyen la mayoría de los miembros del foro mundial.

Resta por ver si después de tantos años y tantas discusiones se logra reformar el Consejo de Seguridad.

"No viviré para verlo", dijo Weiss, de 64 años, a IPS.

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