Foro Social americano reclama agricultura solidaria

La pequeña agricultura, de inspiración solidaria y cooperativa, es la única vía para garantizar la soberanía alimentaria en América Latina, dijeron expertos y líderes campesinos e indígenas reunidos en Asunción.

Mientras la seguridad alimentaria se refiere a la disponibilidad suficiente de alimentos, la soberanía alimentaria —concepto introducido por movimientos campesinos—pone el acento en la forma de producción de esos alimentos y en el poder de cada país de determinar sus políticas agrícolas para asegurar el desarrollo y el acceso de su población a la alimentación.

En una de las jornadas del IV Foro Social de las Américas, que se celebra desde el miércoles 11 en la capital paraguaya, la atención se centró en el panel "Soberanía alimentaria, luchas por el territorio y reforma agraria", con participación de representantes de este país, Brasil, Ecuador, Guatemala y Cuba.

El análisis propuesto insistió en que la producción en manos de los campesinos asegura una soberanía alimentaria saludable y sustentable, atendiendo la disputa entre el modelo agroecológico y el agroindustrial.

Dolores Sales, de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina de Guatemala, insistió en que lucha por la defensa de la tierra se instale como tema prioritario en la agenda continental.
[related_articles]
"Esta debe ser una lucha de todos y todas, más allá de los discursos", dijo Sales. Muchas comunidades indígenas se ven amenazadas por el avance de los monocultivos, poniendo en peligro el sustento humano, afirmó.

Para Roberto Baggio, dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, la reforma agraria, la soberanía alimentaria y la agroecología son elementos que componen la base de un proyecto de agricultura popular y soberana.

Para sustentar este proceso se requiere la democratización del acceso a la propiedad y a la producción y el desarrollo de una economía sustentable, solidaria y cooperativa, dijo Baggio.

"Cuando hablamos de reforma agraria, hablamos de democratizar el acceso a la propiedad, con leyes que posibiliten las acciones, porque no basta un buen programa si no hay acciones concretas", apuntó.

Otro punto señalado por el dirigente brasileño fue la importancia de la agroecología, para generar alimentos de forma autónoma y saludable, sin uso de fertilizantes ni pesticidas tóxicos.

El ecuatoriano Luis Andrango, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, sostuvo que a pesar de las reformas agrarias intentadas en su país en 1964 y 1973, en las últimas décadas sólo se apoyó el modelo agroexportador y el resultado fue la alta concentración de la propiedad de la tierra.

Setenta y cinco por ciento de las tierras cultivables están destinadas a cinco rubros de exportación, dijo, que "supuestamente han dado fuentes de trabajo, pero lo único que han dejado ha sido mayores niveles de concentración, de contaminación, de explotación en el campo".

Sin embargo, la pequeña agricultura campesina sigue jugando un rol protagónico en los productos de mayor consumo en el mercado nacional, pues abastece 42 por ciento de la demanda de leche, 64 por ciento de la de papa, 46 por ciento de la de maíz y 48 por ciento de la de arroz.

Según el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, 80 por ciento de los alimentos que se consumen en el mundo en desarrollo son suministrados por los pequeños agricultores.

Pero el modelo agroexportador convirtió a los campesinos latinoamericanos en asalariados agrícolas dependientes, explotados en condiciones irregulares y con bajos ingresos, dijo Andrango.

"Nos siguen engañando, pero la realidad es otra, van sustituyendo la mano de obra campesina por maquinarias", dijo y mencionó el caso de Chile, donde 60 por ciento de la producción frutícola está en manos de tres empresas transnacionales.

En su opinión, urge una reforma que no sólo implique la redistribución de la tierra, sino también de otros elementos que fueron privatizados, como las semillas, el agua, los créditos y los seguros de producción.

El sociólogo y profesor paraguayo Tomás Palau pidió instalar en el debate político el problema de la alimentación y la reforma agraria.

La cuestión de la seguridad alimentaria es de pérdida de soberanía territorial y cultural, sostuvo. En Paraguay, 20 por ciento de las tierras están en manos extranjeras para diferentes fines, uno de ellos el gran agronegocio.

El FSA concluirá este domingo 15 con una disertación del presidente de Bolivia, el izquierdista Evo Morales, posiblemente acompañado de su par de Paraguay, Fernando Lugo, que ese día cumplirá dos años de mandato.

Sin embargo, la presencia de Lugo no está totalmente confirmada, pues está bajo tratamiento para su recién diagnosticado cáncer linfático. También se espera la visita del presidente de Uruguay, el ex guerrillero tupamaro José Mujica.

El FSA forma parte de las actividades regionales del Foro Social Mundial, el mayor encuentro de organizaciones y movimientos contrarios a la globalización capitalista.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe