CHINA: Un gigante con ansias de poder

Aprovechando los estragos causados por la crisis europea, China busca afianzarse como potencia mediante la acumulación de inversiones, especialmente en los países más afectados, señalan varios analistas.

Organizaciones de expertos en Washington y analistas de Taipei advierten que las compras chinas están diseñadas para explotar la crisis económica y para ubicar a la economía china en una posición que le asegure un dominio mundial en el futuro.

"China está evolucionando hacia una potencia neocolonial", señaló una columna de opinión en el periódico Taipei Times.

"Con sus recuerdos históricos de cómo fue prácticamente desmembrada por las potencias coloniales occidentales, China puede no ser reacia a prepotear ahora a los mismos países europeos", agregó.

Algunos en Washington vieron la reciente incursión de China en Grecia como parte de un juego más amplio de Beijing por afianzarse en un continente azotado por la recesión y por expandir su influencia mundial.
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Beijing ha evaluado oportunidades de negocios con otros varios países europeos, como Rumania y Bulgaria, donde la crisis de la deuda ha asfixiado las inversiones, y con Irlanda, donde los políticos lidian con una gran carga financiera.

El gobierno chino también ha alentado a las empresas del país a "salir" e invertir en el mundo. De todos modos, también hay algunos expertos que dudan de que esto equivalga a una estrategia nacional coherente para lograr el dominio mundial.

"Es probable que, en vez de implementar una gran estrategia, veamos a las empresas chinas explotar oportunidades donde las encuentren, siempre y cuando crean que los réditos superarán a los riesgos", dijo Duncan Freeman, investigador del Instituto de Estudios Contemporáneos Chinos de Bruselas.

Hasta ahora, las inversiones de China en las zonas menos adelantadas de Europa han sido insignificantes.

Aunque existiera un gran plan maestro, podría haberse esperado que las compañías chinas utilizaran a estos países como punto de ingreso a Europa, lo que no ocurrió realmente, según Freeman.

"Esto puede cambiar si ven oportunidades", agregó.

Desde el inicio mismo del colapso económico mundial, en Beijing hubo quienes insistieron en que la crisis es la oportunidad "del siglo" para que China revierta el dominio occidental y vuelva a erigirse como el actor global que era antes de la decadencia de su poder imperial.

El economista He Xuelin, conocido como "el estratega maestro de China", envió una carta al primer ministro Wen Jiabao y a la dirección del Partido Comunista, insistiendo en que Beijing debería perseguir activamente las adquisiciones en distintas partes del mundo para aumentar su influencia.

La misiva fue ampliada y publicada bajo la forma de un libro titulado "La enorme oportunidad de negocios", que sostiene que China debería adoptar la estrategia de "comprar en el fondo" y aventurarse en mercados que otrora estuvieron fuera de su alcance.

"Las fusiones y las adquisiciones son la única manera de evitar el peligro de que nuestras reservas de divisas se deprecien", plantea He en el libro.

"Debemos cambiar nuestro efectivo acumulado por acciones mundiales valiosas y marcas globales importantes. Con osadía y valentía ganaremos esta ‘guerra mundial’. ¡China surgirá como la nueva superpotencia!", agrega.

Sin embargo, otros analistas urgen a ser cautos ante la crisis, advirtiendo que China está acuciada por problemas internos y no debería poner en peligro su crecimiento económico con riesgosas inversiones y estrategias en el exterior.

En el libro "Geoestrategia", el analista Ding Li sostiene que China debería continuar con su estrategia a largo plazo de expansión cauta, conocida como "cruzar el río tocando las piedras".

"No creo que se pueda hablar de ninguna ‘estrategia de China’ claramente definida", dice.

"China todavía no tiene claro su propio lugar en el mundo y qué quiere exactamente. Deberíamos tener cuidado de que no nos engañen quienes insisten en una expansión agresiva de nuestro poder nacional. Actualmente el poder de Estados Unidos está en declive y el de China en auge, pero quién sabe qué ocurrirá luego", agrega.

Lo mismo admitió Wen Jiabao esta semana, cuando dijo que la salud económica del país todavía está en riesgo por un entorno mundial "complicado".

"La gravedad de la crisis financiera internacional y las dificultades de la recuperación económica han superado las expectativas de la población", sostuvo Wen en un informe publicado el domingo en el sitio web del gobierno central.

"Necesitamos resolver algunos problemas existentes y urgentes", añadió, sin dar más detalles.

Gracias a generosos préstamos extendidos por bancos estatales y a un enorme paquete de estímulos del gobierno, China ha salido relativamente ilesa de la crisis mundial. Pero en tanto economía pautada por las exportaciones, sigue siendo vulnerable a los reveses del comercio mundial.

Además, posee una enorme deuda interna, acumulada por los gobiernos locales y sus empresas de inversiones.

Inadvertidamente o no, la crisis ha causado un aumento de los acuerdos de inversiones con otros países, así como adquisiciones por parte de firmas chinas. En los últimos tres años, China se convirtió en el segundo mercado asiático para las fusiones y las compras de empresas, luego de Japón.

China también ha publicitado sus planes de duplicar el volumen de su comercio exterior en los próximos 10 años. El Ministerio de Comercio ha encargado una investigación sobre las "Estrategias para estimular el comercio exterior de China luego de la crisis", que espera ser evaluado por el gabinete chino, según un informe publicado el 2 de este mes en el periódico 21st Century Business Herald.

Para lograr su objetivo de duplicar el comercio exterior, Beijing alentó las inversiones en infraestructura y otras obras en el exterior a fin de facilitar las exportaciones de sus productos hacia más mercados.

En Grecia, por ejemplo, luego de tomar el control de uno de los embarcaderos del puerto de El Pireo, próximo a Atenas, China planea crear un centro de logística en la cercana localidad de Attica, para distribuir mercaderías chinas en los Balcanes y el resto del continente.

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