Las autoridades hondureñas ordenaron suspender la tala de 600 hectáreas boscosas en seis comunidades del Valle de Siria, en el central departamento de Francisco Morazán, tras las protestas de vecinos iniciadas hace una semana y enfrentamientos con madereros, que dejaron una persona muerta y dos heridas. Las protestas “se basaron en el impacto ambiental que tendría la explotación del bosque, en una zona altamente deprimida debido a la presencia de empresas mineras que han generado problemas a la zona”, dijo a Tierramérica el director del Instituto de Conservación Forestal de Honduras, Trinidad Suazo.
El plan de manejo otorgado a los madereros para explotar las 600 hectáreas de bosque será revisado, indicó, para medir el impacto social, dar mayor participación a los pobladores y evitar que “corra la sangre nuevamente por defender el medio ambiente”.