HAITÍ: EEUU cuestionado por priorizar uso militar de aeropuerto

Los técnicos de Estados Unidos que controlan el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, el principal de Haití, finalmente habilitaron espacio para el arribo de aviones con ayuda humanitaria, tras las fuertes críticas recibidas por darle prioridad a sus vuelos militares.

Ban Ki-moon informa de la situación en Puerto Príncipe Crédito: Bomoon Lee/IPS
Ban Ki-moon informa de la situación en Puerto Príncipe Crédito: Bomoon Lee/IPS
Los desafíos logísticos siguen siendo el principal obstáculo para aliviar la creciente crisis humanitaria en Haití, donde el 12 de este mes se desató un terremoto de siete grados en la escala de Richter, que mató a más de 100.000 personas y dejó sin hogar a tres millones.

Luego de que el terremoto derribó la torre de control del aeropuerto de Puerto Príncipe, personal del ejército estadounidense se hizo cargo de sus operaciones y, por tal, responsable de las prioridades en salidas y aterrizajes del intensísimo tráfico aéreo internacional que catapultó la tragedia.

La falta de coordinación hace que allí se acumulen los suministros enviados desde diversos puntos del planeta.

Por este motivo, se retrasó la entrega de alimentos, agua y equipos médicos el fin de semana pasado, lo cual llevó a algunos a culpar a los militares estadounidenses.
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El ministro de Cooperación de Francia, Alain Joyandet, presentó una protesta formal ante el gobierno de Estados Unidos a través de la embajada en París. "Se trata de ayudar a Haití, no de ocuparlo", sentenció.

Un funcionario de logística aérea del Programa Mundial de Alimentos (PMA) también se quejó de que las prioridades de los militares estadounidenses "son brindar seguridad al país". "Las nuestras son alimentar. Tenemos que sincronizar esas prioridades", retrucó.

Benoit Leduc, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), dijo el lunes mediante una teleconferencia desde Haití que no se permitió el aterrizaje de tres aviones de carga de esa organización no gubernamental y de otros dos, también suyos, que trasladaban personal expatriado.

Por eso los cinco aparatos tuvieron que hacerlo en Santo Domingo, lo que retrasó 48 horas la entrega de los suministros.

Después de ese incidente, los militares estadounidenses accedieron a priorizar el aterrizaje de vuelos que transporten ayuda humanitaria.

"Un acuerdo sobre espacios garantizados para el aterrizaje de aeronaves que transporten asistencia humanitaria significa que el flujo de la ayuda al pueblo de Haití aumentará de modo importante en los próximos días", dijo Josette Sheeran, directora ejecutiva del PMA.

"En el correr de la semana que viene, el PMA aspira a trasladar el equivalente a 10 millones de comidas prontas, a fin de que las personas cuyas casas fueron destruidas y que no tienen acceso a cocinas puedan alimentar a sus familias", señaló.

El principal puerto de la ciudad también fue severamente dañado, aunque el Servicio Católico de Alivio (CRS, por sus siglas en inglés) logró el domingo introducir asistencia por esta vía. El barco de transporte pudo atracar en el único embarcadero que todavía está operativo, aunque de modo precario, según Pat Johns, directora para la seguridad del personal de esa organización.

"Los infantes de marina (marines) de Estados Unidos llegaron y nos brindaron seguridad. Una vez que se abandona el área inmediata al puerto y se tiene alimentos, hay potencial de disturbios", explicó Johns.

Johns también dijo que la restauración parcial del puerto llevará por lo menos de 60 a 90 días.

Muchas de las carreteras también han resultado dañadas lo cual ha dificultado el viaje por tierra, añadió la activista.

"Las carreteras están terribles, y con mucho volumen de camiones pesados empeorarán. Hay escombros por todo Puerto Príncipe", señaló.

"Espero que sea en esto donde el Departamento de Defensa de Estados Unidos pueda asumir el desafío y ayudar", añadió.

Mientras se desvanecen las esperanzas de rescatar a más víctimas sepultadas bajo los escombros, los trabajadores humanitarios se centran en atender a los heridos y en distribuir alimentos y agua.

Sin embargo, sus esfuerzos se ven limitados por las terribles condiciones laborales y por los escasos suministros, según funcionarios.

El CRS espera brindar un alivio inmediato a 50.000 personas, para lo cual ha lanzando una campaña con el objetivo de recaudar 25 millones de dólares.

Las donaciones continúan llegando. El Sistema de Rastreo Financiero, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, informó que se comprometieron o aportaron alrededor de 273 millones de dólares para Haití, como parte del alivio de desastres, y que también hay comprometidos 413 millones de dólares, aunque todavía no se recibieron.

ReliefWeb señala que hasta ahora se recaudó o comprometió sólo 19 por ciento de los 575 millones de dólares solicitados el viernes por John Holmes, vicesecretario general para los asuntos humanitarios y coordinador del alivio de emergencia.

La argentina Susana Malcorra, directora del Departamento de Apoyo Logístico para las Operaciones de Paz, dijo a los periodistas que los desafíos de administrar un esfuerzo de alivio efectivo son inmensos.

"La dimensión de la respuesta humanitaria es enorme, así que las cifras tienen que ajustarse", dijo, aludiendo así a que se debe elevar el número de personal militar y policial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Seis días después del devastador terremoto, la desesperación entre los haitianos ha llevado a que se produjeran saqueos y aumentó la violencia en las calles de la devastada capital, aunque la mayoría de la población comparte lo poco que tiene.

"Vi una vasta destrucción y una vasta necesidad. Haití necesita un apoyo inmediato y urgente, y requiere una respuesta masiva de la comunidad internacional", dijo el lunes a los periodistas el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, luego de una breve visita al país.

El sábado, la ONU confirmó que murieron como consecuencia del terremoto su representante especial para Haití, el tunecino Hédi Annabi, su vice el brasileño Luiz Carlos da Costa y el comisionado policial en funciones Doug Coates, de la Real Policía Montada Canadiense, los tres funcionarios de mayor rango en el país.

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