Cámara fotográfica en mano, jóvenes de la organización ecologista Vida Marina se acercan desde botes a los delfines que emergen en el mar Caribe, frente a las costas del norteño estado venezolano de Aragua, para armar una base de datos sobre los ejemplares de la zona. Los lentes se dirigen a las aletas dorsales, suerte de huella dactilar que permite identificar a cada cetáceo.
«Estamos levantando una base de datos sobre los delfines que se observan en el área para determinar cuáles la utilizan como zona de tránsito, cuáles tienen acá su hábitat, y deducir el tamaño de las poblaciones de las especies manchado del Atlántico (Stenella frontalis) y nariz de botella (Tursiops truncatus)», dijo a Tierramérica el investigador Jaime Bolaños, de Vida Marina.
La organización espera que sus trabajos sirvan para crear una red científica que determine el impacto de las actividades económicas en las poblaciones de delfines. El primer catálogo estará listo a fines de octubre.
