Un grupo de la oposición moderada, que aspira a convertirse en el futuro en «mayoría política» en Cuba, convocó este jueves a un congreso para el año próximo, en el cual prevé la participación de entre 150 o 200 delegados de todo el país.
La cita del partido Arco Progresista (AP) una agrupación disidente de tendencia socialdemócrata, incluye un período de preparación de 12 meses que debe culminar en septiembre de 2010 con una jornada de dos días de debates "orgánicos y estratégicos" y la elección de una directiva.
En el pasado, proyectos de esta naturaleza han sido impedidos por el gobierno cubano, que considera "mercenarios a sueldo" de la política hostil de Estados Unidos a todos los grupos opositores. Sin embargo, organizadores del congreso creen que ahora las condiciones son mejores que años atrás.
"Estamos ante nuevas circunstancias, tanto dentro como fuera del país, que crean un mejor entorno para un clima de tolerancia, sobre todo ante una opción como la nuestra, que es progresista", dijo a IPS Manuel Cuesta Morúa, portavoz de AP, tras presentar la convocatoria a la prensa acreditada.
AP pasó de concertación de varios grupos a partido en julio de 2008, mediante la unificación en sus filas de las agrupaciones Corriente Socialista Democrática Cubana, Coordinadora Socialdemócrata de Cuba (en el exilio), Partido del Pueblo y el Movimiento Juvenil Socialdemócrata.
También incluye al Proyecto de Estudios de la Mujer, la red ciudadana por el Cambio Tranquilo, y el Centro de Estudios "Diego Vicente Tejera". "Representamos una opción y una voz ( .) una minoría social que quiere convertirse en una mayoría política", resumió Cuesta Morúa.
Según los documentos distribuidos a periodistas, el "primer congreso" de AP intenta aproximarse a "la crisis cubana con una apuesta estratégica fundamental para el futuro: la institucionalización social, cultural y política de la socialdemocracia en Cuba".
Con ese objetivo, prevé, dentro del proceso preparativo abierto a partir de esta semana, "impulsar la inserción social" en municipios y comunidades, convocar a expertos que "propongan rumbos para el nuevo país" y definir las "opciones necesarias y posibles" para la socialdemocracia.
En ese contexto AP, se propone abrir "de forma gradual" oficinas de inscripción a nivel municipal para un registro como miembros de aquellos ciudadanos que se identifiquen con la alternativa socialdemócrata. Además, espera realizar lo que llama "encuesta de identidades".
"Durante mucho tiempo hemos sostenido un discurso ideológico en nombre de unos ciudadanos que ni nos conocen, ni conocen cuáles son sus posibles identidades, políticamente hablando", se explica en el texto que introduce las preguntas incluidas en el cuestionario.
Las interrogantes buscan conocer si el encuestado conoce o no al partido AP, piden una definición en tres palabras de "socialismo democrático", una diferencia entre socialdemócrata y comunista y la mención de tres aspiraciones políticas básicas para Cuba.
"Se abre un proceso que llamamos el Arco Progresista en la calle, que quiere decir que vamos en busca del ciudadano para que identifique un rumbo y una opción para Cuba", afirmó Cuesta Morúa, para quien "sin los ciudadanos no se construye un país sólido".
"Allá afuera (en la calle) hay un malestar profundo ( ). Nosotros queremos ofrecer a ese malestar una opción. Tenemos la capacidad política para hacerlo", señaló el opositor, quien en otro momento de sus declaraciones opinó que sin la voz de una mayoría crítica ciudadana no puede haber cambios fundamentales.
A su vez, Leonardo Calvo, uno de los vicepresidentes de la agrupación, aclaró que AP no lucha por el cambio de gobierno o de una persona, sino para crear "un nuevo tipo de convivencia y devolver al ciudadano su voz, espacio y determinación de su propio destino".
En su plataforma programática, AP aboga por el reconocimiento "definitivo de todos los derechos económicos", el libre ejercicio de la sindicalización de los trabajadores y una nueva reforma agraria "integral y profunda" que revierta la tierra "a manos de los trabajadores del campo".
También reafirma su apuesta "por el diálogo crítico y constructivo, el no aislamiento y la cooperación como medio de contribuir a la modernización de Cuba desde la comunidad internacional", propósito al cual "contribuiría un sustancial cambio" en la política de Estados Unidos hacia esta isla caribeña.
Asimismo, "reafirma su oposición al embargo y a toda medida injerencista en los asuntos internos de Cuba" y "promueve el reconocimiento de los derechos y potestades de todos los ciudadanos y las minorías sin condicionamientos ni discriminaciones", entre otros puntos.
La Constitución sólo reconoce al Partido Comunista de Cuba, al que define como "martiano (por el prócer independentista José Martí) y marxista leninista, vanguardia organizada de la nación cubana" y "fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado".
Las propuestas de la disidencia interna, atomizada en pequeñas agrupaciones de variadas tendencias, pasan generalmente inadvertidas para la mayoría de la población de este país de 11,2 millones de habitantes.
El Proyecto Varela, una iniciativa presentada en 2002 por el opositor Oswaldo Payá, del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), para promover una referendo sobre varios cambios constitucionales, fue sacado del anonimato interno por el ex presidente estadounidense James Carter (1977-1981).
Durante una visita que realizó a Cuba en mayo de ese año, el ex gobernante por el Partido Demócrata mencionó esa propuesta opositora en su discurso en la Universidad de La Habana, trasmitido en directo a todo el país por radio y televisión.
En junio de 2002, un mes después de que el Proyecto Varela fuera entregado, con las firmas de 11.020 ciudadanos, en las oficinas de la Asamblea Nacional (parlamento), unos ocho millones de electores cubanos aprobaron una reforma constitucional que declaró irrevocable el socialismo cubano. (FIN/IPS/pg/dm/ip/fc sl la/09)
