POLÍTICA: Relevancia de No Alineados a examen

Cuando el Movimiento de Países No Alineados (Noal) celebre su cumbre trienal la semana próxima en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheik, Cuba cederá la presidencia del grupo al país anfitrión, tradicional aliado de Estados Unidos.

No será esa la única noticia preocupante para Estados Unidos y Europa occidental que surja en este centro turístico sobre el mar Rojo. Los 119 países del Noal, todos ellos del Sur en desarrollo, elegirán en esta ocasión a Irán como sucesor de Egipto en la presidencia desde 2012.

"Quién sabe… Tal vez entonces Irán se habrá convertido en la primera potencia nuclear que presida el Noal", dijo un diplomático asiático a IPS.

La cumbre, programada para los días 15 y 16, será conducida por la "troika" que integran el presidente saliente (el cubano Raúl Castro), el entrante (el egipcio Hosni Mubarak) y el que asumirá luego (el iraní Mahmoud Ahmadineyad).

Pero el movimiento, fundado en los años 50 como respuesta al conflicto entre Estados Unidos y la hoy disuelta Unión Soviética, parece en peligro de perder su relevancia política, una década y media después del fin de la Guerra Fría.
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Pero figuras del Noal creen que eso no sucederá.

"Sí, el Noal aún es relevante, aunque no tanto como antes", dijo a IPS Nidal Rodrigo, ex secretario general de la Asociación de Cooperación Regional para Asia Meridional (SAARC, por sus siglas en inglés) y coordinador del movimiento cuando su país, Sri Lanka, lo presidió en 1976.

Rodrigo opinó que el bloque nació como respuesta de principios, en rechazo a la rivalidad entre los dos bloques dominantes durante la Guerra Fría. "Asumió una personalidad política propia y sobrevivió a la Guerra Fría", agregó.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), surgida también en ese contexto, continuó funcionando a pesar del fin de la Unión Soviética, con la cual sus miembros estaban enfrentados. Pero Rodrigo acotó que esa alianza ajustó desde la debacle del campo socialista su agenda al nuevo tablero internacional.

"El cambio es la única constante en la historia. La lista de miembros del Noal continuó creciendo después de la Guerra Fría", añadió el diplomático, que también representó a Sri Lanka en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Al menos en la teoría, los criterios para aceptar el ingreso de un país en el Noal son una política internacional independiente (no alineada), la no integración del aspirante a alianzas militares multilaterales ni bilaterales que impliquen la presencia de bases extranjeras utilizadas o pasibles de serlo en grandes conflictos, y el apoyo a los movimientos de liberación nacional.

Cuando Cuba presidió por primera vez el Noal, desde 1979, figuras políticas y medios de prensa occidentales ridiculizaron el grupo por considerar que el régimen de Fidel Castro estaba "plenamente alineado" con la Unión Soviética, la potencia dominante entonces en el área socialista.

A tal punto llegó la controversia que un diario de Nueva York dispuso, mientras Cuba presidió el grupo, que sus periodistas se refirieran al Noal como "el denominado Movimiento No Alineado".

Tras la creación del movimiento en abril de 1955, su presidencia ha rotado cada tres años entre países como Argelia, Yugoslavia, Sudáfrica, Colombia, Sri Lanka, Indonesia, India y Malasia.

Cuba (desde 1979 y desde 2006) y Yugoslavia (desde 1961 y desde 1989) fueron los únicos países que lo presidieron en dos ocasiones. Egipto será el tercero con esa distinción (desde 1964 y a partir de la semana próxima, hasta 2012).

"El hecho de que el Noal no haya sido siquiera capaz de acordar una declaración, aunque sea un solo párrafo, sobre la reciente prueba con misiles de Corea del Norte dice mucho sobre el movimiento", dijo a IPS un veterano diplomático de Asia que participó en numerosas reuniones del grupo y que pidió reserva de su identidad.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, pero también en todos los ámbitos de la comunidad internacional, cundió en los últimos meses la preocupación por lo que sucedía en la península coreana. Pero el Noal permaneció en silencio, una muestra más, según este diplomático, de que el movimiento se ubicó en una suerte de limbo después de la guerra fría.

"En la mayoría de los temas políticos y hasta económicos se constatan profundas divisiones internas. Hay muy pocas cuestiones en las que el grupo está verdaderamente unido", agregó.

De hecho, el Grupo de los 77 (G-77, que reúne a 130 países en desarrollo) asumió el abordaje de las cuestiones económicas, lo cual empujó al Noal al margen de los foros internacionales.

Rodrigo, autor de varios estudios sobre el Noal, considera que este bloque no está comprometido con una ideología, sea política o económica. Los países que lo integran tienen sistemas políticos y económicos muy variados.

Además, "el Noal no tiene mecanismos para poner en vigor sus decisiones, algo que reduce su potencial influencia", evaluó.

De todos modos, argumentó, el grupo continúa construyendo puentes entre países con diferencias políticas y logra desarrollar consensos.

Rodrigo admitió que "en el actual contexto, el nombre 'no alineados' es incorrecto, tal vez anacrónico". Recordó, en ese sentido, el proceso acelerado en curso hacia un nuevo esquema de seguridad euroatlántico, y destacó en ese contexto la visita esta semana del presidente estadounidense Barack Obama a Rusia.

Por su parte, el diplomático asiático dijo no estar seguro de que sea posible un relanzamiento del Noal.

"Luego de asistir a muchas reuniones del movimiento, siento que no hay mucha motivación para reformarlo. Es una buena instancia de reunión, pero, más allá de eso, no se alcanzan muchos logros allí", dijo.

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