PAKISTÁN: Parir en la huída

Mujeres embarazadas expulsadas por la violencia en la noroccidental región pakistaní de Malakand atraviesan una particularmente difícil situación en los campamentos para desplazados.

Las mujeres que huyen de Swat, Buner y Dir, los tres distritos afectados, tienen críticas necesidades sanitarias que las operaciones humanitarias deben atender urgentemente, señaló el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Según sus estimaciones, unas 69.000 embarazadas han sido desplazadas desde el comienzo de la ofensiva militar del gobierno el 27 de abril contra el movimiento islamista Talibán en los tres distritos vecinos de la Provincia de la Frontera Noroccidental.

Hubo casi 6.000 nuevos nacimientos en junio, de los cuales al menos 900 requirieron cirugía por complicaciones, señaló esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El ginecólogo Anjum Wakeel, de Peshawar, quien ayudó a abrir clínicas para mujeres en los campamentos, señaló que en todos lados las madres y sus hijos sufren severos problemas de salud y nutricionales debido a las limitadas condiciones alimentarias, de saneamiento y médicas.
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La Asociación Pediátrica Pakistaní creó salas especiales para recién nacidos en los hospitales de los distritos de Mardan y Swabi, especialmente para los desplazados, pero esto es apenas como una gota en el océano.

Esas salas recibieron a más de 6.000 bebés en junio. Según los registros, 1.391 fueron ingresados con diarrea, 288 por disentería, 276 por infecciones del tracto urinario y 122 por meningitis.

"Nuestros doctores han examinado unos 191 recién nacidos, de los cuales 144 tenían bajo peso y 125 estaban severamente desnutridos", dijo Abdul Hameed, presidente de la Asociación, quien confirmó que hay una severa superpoblación. En cada cama son admitidos dos o tres niños. Tampoco hay salas especiales para tratamientos de casos complicados.

"La situación podría salirse de control si no se toman inmediatas medidas para fortalecer la atención de los niños en los campamentos", dijo a IPS.

El subsecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia, John Holmes, de visita en Pakistán, señaló: "Todavía necesitamos hacer más para ayudar a las personas (desplazadas) tanto ahora como en los próximos meses".

Holmes, quien visitó los campamentos en Peshawar, Mardan y Swabi, viajó este jueves al distrito de Buner.

El Alto Comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres, describió el masivo desplazamiento de civiles como "la más desafiante crisis de protección desde (el genocidio en) Ruanda", a mediados de los años 90.

"Mi hijo tiene una severa diarrea. No hay mejora. Está pálido y no responde al amamantamiento", dijo el 20 de mayo a IPS la desplazada Jamala Bibi, de Buner, en el campamento Shah Mansoor, en Swabi.

Pakistán tiene una población de 160,9 millones de habitantes, que crece a una tasa de 1,8 por ciento. Según observadores, este país está lejos de alcanzar las metas cuatro y cinco de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, que llaman a reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna para 2015.

Cada familia en la región de Malakand tiene al menos cinco hijos. Los grupos islámicos conservadores aliados con el Talibán, que convirtieron en su baluarte a Dir, Swat y Buner hace dos años, atacan a organizaciones no gubernamentales que trabajan con la comunidad en salud reproductiva. Los activistas han sido secuestrados y amenazados con duras consecuencias si no se retiran.

Un preocupado Ajmal Khan, de 40 años, es incapaz de expresar sus sentimientos por el nacimiento de su sexta hija en el campamento de Jalozai, cerca de Peshawar, el 3 de este mes. El campamento, que albergaba sólo a refugiados afganos hasta el año pasado, fue abierto también para pakistaníes.

"En circunstancias normales, estaría muy feliz. Pero no esta vez, porque mi hija está muy enferma", señaló.

Su esposa, de apenas 25 años, gritó de dolor toda la noche para parir a su bebé. Una anciana partera tradicional vino de un campamento cercano para ayudarla. Recién a la mañana siguiente la pudo ver Wakeel, confirmó a IPS el propio médico.

Las embarazadas en los campamentos de desplazados necesitan también atención prenatal, añadió.

"Hemos encomendado al grupo Trabajadoras por la Salud de las Mujeres que compilen información sobre embarazadas y lactantes, y les provean asistencia médica para que puedan parir en circunstancias normales y evitar complicaciones", señaló el ministro de Salud de la Provincia de la Frontera Noroccidental, Zahir Ali Shah.

El UNFPA hizo un llamado mundial a recolectar 3,9 millones de dólares para brindar completa atención materna, neonatal e infantil, así como apoyo psicológico, en los campamentos y en las instalaciones médicas vecinas.

La directora ejecutiva de la agencia, Thoraya Ahmed Obaid, dijo a IPS en mayo que se trabajaba en ese sentido. "Estamos concentrando nuestra ayuda en las necesidades específicas de las mujeres y las familias, con atención a salvaguardar la dignidad humana", señaló.

Por su parte, el ministro provincial, Shah, aseguró que su gobierno estaba evaluando las necesidades de salud reproductiva de los desplazados e instalando servicios médicos en los campamentos.

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