DESARROLLO: Remesas se reducirán hasta 10 por ciento

La cantidad de dinero que los inmigrantes de los países pobres envían a sus familias disminuirá entre siete y 10 por ciento este año respecto de 2008, según el Banco Mundial.

Las naciones pobres de Europa y Asia central, África subsahariana y América Latina y el Caribe serán las más perjudicadas, señala un informe presentado el lunes, en la sesión inaugural de la Conferencia Internacional sobre Diáspora y Desarrollo —que concluyó este martes—, en la sede de esa institución financiera, en Washington.

Sin embargo, se prevé que las remesas llegarán a su punto más bajo el año próximo. Deberían comenzar a recuperarse gradualmente en 2010, alcanzando 313.000 millones de dólares en todo el mundo para fin de ese año, o tres por ciento más que los 304.000 millones de dólares que actualmente se estiman para 2009.

Pero esa recuperación puede verse amenazada si la actual recesión se profundiza y se prolonga más allá de las proyecciones, o si las divisas de los países anfitriones se devalúan sorpresivamente.

Además, las reacciones políticas ante el desempleo en los países anfitriones pueden dar pie a medidas más duras contra la inmigración.
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Eso dificultaría el ingreso de inmigrantes a esos países en busca de trabajo, o que los extranjeros que ya viven allí encuentren empleadores dispuestos a contratarlos o a mantenerlos en sus puestos.

"Casi todos los principales países de destino —por ejemplo, Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Malasia, Rusia, Sudáfrica, Italia, España, India— han reducido sus cuotas anuales o elevado las condiciones para el ingreso de trabajadores inmigrantes", según la última edición del informe sobre migraciones y desarrollo del Banco.

"Hay un riesgo de que el creciente desempleo dispare más restricciones a la inmigración en los principales países de destino", dijo Hans Timmer, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco.

"Esas restricciones reducirán las remesas más de lo pronosticado, y enlentecerán la recuperación mundial del mismo modo que el proteccionismo comercial", agregó.

El informe se presentó en medio de una incertidumbre continua sobre la profundidad y duración de la crisis económica que estalló en septiembre, con el colapso de la firma de inversiones Lehman Brothers.

Actualmente el Banco pronostica una contracción de tres por ciento en el producto interno bruto (PIB) mundial en 2009, la primera de este tipo en todo el mundo desde la Gran Depresión, posterior a la crisis de la Bolsa de Nueva York de 1929.

Pero cree que lo peor habrá pasado para fin de año. Según sus últimas estimaciones, la economía mundial debería crecer dos por ciento en 2010 y 3,2 por ciento para 2011, y buena parte de ese crecimiento procederá de grandes mercados emergentes como Brasil, China e India.

Lo que resulta particularmente preocupante, en especial para muchos países en desarrollo, es la aguda caída de las inversiones privadas extranjeras del año pasado.

De 1,2 billones de dólares en 2007, cayó a 707.000 millones de dólares en 2008, y para este año se proyecta una reducción aún mayor, a 363.000 millones de dólares, según el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2009 presentado el mes pasado.

La caída de las remesas no es ni remotamente tan dramática, según el nuevo informe. De hecho, el Banco señala que le sorprendió la fuerza de las remesas en 2008: en realidad, experimentaron un aumento general de 15 por ciento en 2008, pasando de 285.000 millones de dólares a 328.000 millones de dólares.

Según la institución financiera, las remesas a Asia austral, en buena medida procedentes de los estados del Golfo Pérsico o Arábigo, en realidad aumentaron 33 por ciento el año pasado. India reportó ingresos de 52.000 millones de dólares por este concepto.

Las remesas enviadas a Asia oriental, especialmente a China y Filipinas, también aumentaron fuertemente, alrededor de 20 por ciento, ascendiendo a 78.000 millones de dólares.

Aunque de todos modos es positivo, el crecimiento fue mucho más débil en las otras principales regiones en desarrollo, particularmente en América Latina y el Caribe.

Esto se debe a que se produjo un agudo enlentecimiento en el sector de la construcción en Estados Unidos —un importante empleador de mano de obra inmigrante—, lo que tuvo como resultado un aumento de apenas dos por ciento en las remesas, en comparación con casi siete por ciento en 2007 y 18 por ciento en 2006.

Sin embargo, las perspectivas para este año en materia de remesas son negativas, según las últimas estimaciones.

Para América Latina y el Caribe, el Banco pronostica una reducción de las remesas de entre siete y 9,5 por ciento. Y señala que los países más cercanos a Estados Unidos probablemente serán los más perjudicados.

Para Europa y Asia Central, el declive proyectado es aún más drástico: puede variar entre 15 y 17 por ciento, según el reporte.

También se espera que las remesas enviadas a África subsahariana caigan de un modo relativamente agudo, pasando de un aumento de 6,5 por ciento el año pasado a una reducción de entre 8,3 y 11,6 por ciento en 2009.

Aunque es mucho menos significativo en términos de dólares que el declive de las inversiones extranjeras privadas, es probable que la reducción de las remesas tenga un impacto dramático en las vidas de muchas familias de los sectores más pobres del mundo, según Dilip Ratha, coautor del informe.

"Las remesas brindan un salvavidas a muchos países pobres. Aunque son resilientes, incluso una pequeña reducción de siete o 10 por ciento puede plantear dificultades significativas para el pueblo y los gobiernos, especialmente los que enfrentan brechas en el financiamiento externo", dijo.

Para 2010, el Banco espera que las remesas enviadas a todos los países en desarrollo hayan aumentado 2,9 por ciento en 2009.

Las perspectivas para América Latina y el Caribe son las menos positivas: el Banco estima que al cabo de 2009 las remesas podrán desde contraerse hasta dos por ciento a aumentar hasta uno por ciento.

Asimismo, estima que en Asia oriental ese rango irá desde una contracción de 0,5 por ciento a un crecimiento de hasta tres por ciento. En Europa y Asia central la reducción será de 0,5 por ciento a un eventual aumento de tres por ciento, mientras que en Medio Oriente y África septentrional esos valores serán de 0,4 por ciento a 3,3 por ciento respectivamente, en Asia austral de 0,5 a 3,9 y en África subsahariana de 1,1 a 4,4 por ciento.

Según el informe, el año pasado los principales receptores de remesas entre todos los países en desarrollo fueron: India (con 52.000 millones de dólares), China (40.600 millones de dólares), México (26.300 millones), Filipinas (18.600 millones), Polonia (10.700 millones), Nigeria (10.000 millones), Egipto (9.600 millones), Rumania (9.400 millones), Bangladesh (9.000 millones) y Vietnam (7.200 millones).

Si el parámetro que se considera es el porcentaje de PIB, los principales receptores de remesas fueron Tayikistán (46 por ciento); Tonga (39 por ciento); Moldova (34 por ciento); Lesotho (28 por ciento); Guyana (26 por ciento); Líbano (24 por ciento); Samoa (23 por ciento); Jordania (22 por ciento); Honduras (21 por ciento); y Kirguistán (19 por ciento), establece el estudio.

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