Al hablar en la celebración del bicentenario de la revolución criolla y mestiza que culminó con la independencia de España, el presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó este jueves a sellar la liberación latinoamericana frente al poder político y económico de Estados Unidos.
La ciudad de La Paz, sede de gobierno de Bolivia, celebró el día del levantamiento popular liderado por intelectuales, mestizos y criollos contra la corona española, un hito histórico que afianzó la lucha por la independencia que se concretó el 6 de agosto de 1825 con la creación de la República de Bolívar, que posteriormente pasó a denominarse Bolivia.
Al levantamiento de La Paz del 16 de julio de 1809 le precedió el de un grupo de ciudadanos de la ciudad de Sucre, la actual capital de Bolivia, el 25 de mayo de 1809.
Morales pronunció en esta instancia un discurso de defensa de la democracia en América Latina y exhortó a quebrar el vínculo de los cuerpos militares de la región con el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, al que responsabiliza de preparar oficiales para frenar los cambios sociales y las aspiraciones populares mediante golpes de estado.
"Políticos latinoamericanos que acepten una base militar norteamericana (estadounidense) en cualquier país de América Latina es traidor de su patria", advirtió el mandatario izquierdista, en el estrado donde lo acompañaban sus pares Rafael Correa, de Ecuador, Fernando Lugo, de Paraguay, y Hugo Chávez, de Venezuela.
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La canciller del gobierno democrático derrocado en Honduras, Patricia Rodas, y el presidente del Consejo de Ministros del Gobierno de Cuba, Jorge Luis Sierra, también estuvieron presentes como invitados especiales de la conmemoración.
Morales, de origen aymara, también reivindicó las luchas de los pueblos indígenas que en 1781 protagonizaron levantamientos contra la explotación, el estado de esclavitud y las obligaciones tributarias con mano de obra y el producto de su labor agrícola impuestos por la corona.
Destacó en particular el liderazgo y la rebeldía organizada por Tupak Katari, en el altiplano del antiguo Alto Perú, hoy Bolivia, y de Tupac Amaru, en las serranías que actualmente pertenecen al territorio peruano, y recoge su pensamiento orientado a la liberación de los pueblos.
Katari y Amaru fueron capturados en 1781 y luego descuartizados como castigo por alentar movimientos insurreccionales, el primero en la localidad de Peñas, ahora Bolivia, y el segundo en la ciudad de Cusco, actual Perú.
"Aquí, los hijos y nietos (de los protomártires) seguimos luchando, buscando la igualdad de todos los bolivianos, y desde aquí, la de todos los latinoamericanos", dijo.
El líder de la insurrección del 16 de julio de 1809, Pedro Domingo Murillo, mereció la palabras de elogio de Morales, pero el énfasis en el homenaje lo puso en los movimientos indígenas protagonistas de acciones guerrilleras que surgieron en las zonas andina y valluna, hasta fusionar sus esfuerzos con los criollos en una guerra abierta por la independencia desde 1809 hasta 1825.
Su encendida censura a la colonización española por el despojo de tierras a los pueblos originarios y la supresión de derechos encuentra un paralelismo con la lucha que hoy dirige por disminuir las desigualdades entre terratenientes y latifundistas con el 67 por ciento de los 10 millones de bolivianos sumidos en la pobreza.
Doscientos años después de la Revolución de 1809, recoge las lecciones de Katari y Amaru por la autodeterminación de los pueblos y la lucha permanente "contra el saqueo de los recursos naturales" tanto en Bolivia como en el Sur del continente.
A pesar de la independencia de los países, las normas legales para la extracción de materias primas continuaron vigentes y se emplearon instrumentos de opresión para doblegar a los pueblos, dijo Morales y acusó a "los jerarcas de la Iglesia Católica" de impedir las acciones populares "usando la oración como anestesia" para la dominación.
"Y cuando no pueden dominarnos con la oración, viene el fusil", sentenció El mensaje del jefe de Estado boliviano se orientó a interpelar a la Iglesia Católica de Honduras, por asumir la defensa del golpe de Estado contra el presidente democrático Manuel Zelaya, el 28 junio, y por el debate abierto por sectores conservadores para revalidar esa manera violenta de cambiar a un gobernante.
Repasó la historia de los cuartelazos en cada uno de los países de América Latina, y entre los que destaca Bolivia con 56 golpes de Estado. Morales anticipó el fracaso de la dictadura de Roberto Micheleti, instalada tras el secuestro y expulsión de Zelaya a manos de militares.
El Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, según Morales, es responsable del golpe de estado en Honduras y por ello abrió una campaña internacional para seguir el ejemplo de Bolivia que suspendió el envío de militares becarios a los cursos organizados por esa fuerza extranjera.
El presidente Chávez, a su vez, respaldó a Morales y aseguró que los militares hondureños actuaron con el beneplácito del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos.
"No es posible que en este milenio, haya grupos de militares dependiendo del Comando Sur y no es posible que Fuerzas Armadas de Estados Unidos dirijan golpes de Estado", afirmó.
Morales declara cumplida la tarea de "descolonizar" a Bolivia de militares estadounidenses con el cierre de una base militar que operaba en el Chapare, en el central departamento de Cochabamba, donde, según el presidente, se organizaba el control político sobre los países de la región. La nueva Constitución no acepta la instalación de ninguna base militar extranjera en Bolivia, recordó.
"A nombre de nuestros antepasados que lucharon por la independencia, por una nueva sociedad, por derechos e identidad, debemos plantearnos: ¡nunca más bases militares de Estados Unidos en Latinoamérica", expresó.