MUJERES-HONDURAS: Participación política exige nuevos liderazgos

En números, la participación política de las mujeres en Honduras dio un gran salto en los últimos años, pero aún es insuficiente y queda lo fundamental por hacer: consolidar liderazgos femeninos y conformar una agenda común que rompa el cerco de los partidos a la equidad de género.

Diputadas pocas, pero se notan Crédito: Edwin Álvarez/IPS
Diputadas pocas, pero se notan Crédito: Edwin Álvarez/IPS
La primera vicepresidenta que ha tenido este país centroamericano, Guadalupe Jerezano, resumió a IPS la situación: "Contamos con una cuota de participación política de 30 por ciento en las planillas de elección de los partidos políticos y con una Ley de Igualdad de Oportunidades y un Plan de Acción a favor de la mujer".

"Pero debemos ir más allá de esos logros formales", explicó Jerezano, vicepresidenta entre 1994 y 1998, dirigente del Partido Liberal y coordinadora del no gubernamental Foro de Fortalecimiento a la Democracia, que impulsa el diálogo entre políticas en cargos públicos.

"Las mujeres políticas deben liderar procesos en función de una agenda mínima que no obedezca a los cacicazgos y caudillismos en los partidos políticos, convertidos en verdaderos cuellos de botella para que exista una participación femenina efectiva y real, de contenido y calidad de propuestas", acotó.

Jerezano impulsó desde su cargo el actual Instituto Nacional de la Mujer y acompañó la lucha a favor de mejores condiciones para las mujeres en salud reproductiva, violencia doméstica y participación política.
[related_articles]
En Honduras, la participación de la mujer en política se remonta a 1954, cuando el Estado reconoció su derecho al voto, y su inclusión no fue un proceso fácil. El mayor avance se produjo en 2000, cuando se aprobó la Ley de Igualdad de Oportunidades.

La norma establece que el Estado garantizará la democracia participativa y el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos de hombres y mujeres, en igualdad de condiciones.

También designa al Tribunal Supremo Electoral como responsable de garantizar que dentro de los partidos políticos legalmente inscritos no se discrimine a la mujer y de promover su participación.

Esta legislación impulsó una reforma de la Ley Electoral en 2004, en la que se fijó un mínimo de participación de la mujer de 30 por ciento en la elección de cargos directivos de los partidos, integrantes titulares y suplentes del Congreso legislativo, gobiernos municipales y el Parlamento Centroamericano.

AVANCES CONTRA CAUDILLISMO

Gilda Rivera, del no gubernamental Centro de Derechos de Mujeres, manifestó a IPS que la ley produjo "un avance real, porque pasamos de nueve por ciento de participación política en el Congreso a casi 23 por ciento actual".

El impulso todavía no llegó a los municipios, "donde el avance es muy leve, pero ¡ahí estamos!", acotó.

Para Rivera, más allá de los números, el mayor desafío para que Honduras cumpla con el tercero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sobre equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, es "lograr la sostenibilidad y crecer en número de cargos y en participación a favor de una política de equidad de género más incluyente".

Hay cierta euforia sobre el avance en la participación, pero la experiencia demuestra, dijo, que "dentro del Congreso la mayoría de las mujeres obedecen líneas partidarias y no acciones a favor de una agenda común de género o de temas de país".

En Honduras se denominan "temas de país" aquellos claves para el desarrollo, como corrupción, rendición de cuentas, narcotráfico, transparencia, inseguridad ciudadana, ambiente, energía, sequía y seguridad alimentaria. La agenda de género converge en muchos de ellos.

"Necesitamos redoblar esfuerzos para vencer el cerco del caudillismo en los partidos políticos", explicó la activista.

Rivera analizó que ese cerco caudillista es parte de los rezagos del país en su cultura política, donde los adelantos en materia electoral no son acompañados por la modernización y la democratización en los partidos y en sus actividades.

Con una población de 7,5 millones de personas, 51,7 por ciento mujeres, Honduras es uno de los países más pobres de América Latina, y ocho de cada 10 habitantes viven con menos de un dólar diario, según las Naciones Unidas.

El diputado Marvin Ponce, del izquierdista partido de Unificación Democrática (UD), considera que el progreso de las mujeres en la política debe concretarse en una integración de sus agendas.

"En el Congreso hubo al menos dos intentos, pero las compañeras no lograron sus metas porque los líderes de las bancadas (bloques) mayoritarias las amenazaron con marginarlas si no obedecían las líneas de sus partidos", dijo Ponce a IPS.

Hay temas claves que fracturan a las legisladoras en la construcción de una agenda de género. Entre ellos se destacan la salud reproductiva, la situación laboral de las mujeres en las maquilas, los femicidios y la violencia machista.

"Muchos diputados hemos acompañado iniciativas de las compañeras, pero sus propuestas chocan con las estructuras de los partidos mayoritarios que las llaman al orden", contó el legislador.

En Honduras el control del poder se lo han repartido tradicionalmente el gobernante y centroizquierdista Partido Liberal (PL) y el opositor y derechista Partido Nacional (PN).

El Congreso unicameral cuenta con 128 escaños, 31 ocupados por diputadas titulares, mientras hay 32 suplentes. De las titulares, 15 corresponden al PL, 12 al PN, dos a UD, una a la Democracia Cristiana y otra más a Innovación y Unidad Social Demócrata.

En los 298 municipios del país, sólo hay 24 alcaldesas, 66 vicealcaldesas y 403 concejalas.

DIPUTADA ROMPE ESQUEMAS

Doris Gutiérrez, de UD, es la parlamentaria más polémica y activa. Con sus propuestas y acciones a favor de los pobres conquistó la confianza de la población, más allá del departamento en que resultó elegida y donde se ubica Tegucigalpa.

Al valorar su experiencia legislativa, Gutiérrez la define como "de muchos altos y bajos".

"La participación de las mujeres ha sido tímida por obedecer la línea de partido, pero yo he tratado de romper ese mito, incluso en mi partido, donde he sido marginada muchas veces por no compartir actos corruptos", dijo a IPS con su estilo directo habitual.

Gutiérrez coordina la Comisión Legislativa de Desastres, "un cargo casi decorativo porque la comisión no tiene presupuesto ni apoyo de la presidencia del Congreso", admitió.

"Pero se amolaron (equivocaron) si pensaron que me iban a mediatizar. He demostrado que sin recursos se puede hacer mucho. Toqué puertas para coordinar acciones efectivas ante los desastres naturales, y estamos cuando la ocasión lo amerita", explicó.

La legisladora resume en dos los elementos que impiden una agenda común de género: intereses partidarios y poca formación de las parlamentarias.

Para superar esas barreras, Gutiérrez propuso "empoderarnos más y presionar por reformas electorales para que la participación política de las mujeres no sea parte del sobaco de los hombres, sino una lucha de igual a igual donde el acceso a los medios de comunicación y a los recursos no nos sea limitado".

"Lo digo por experiencia", subrayó la diputada, que actualmente tiene disidencias con su partido y lanzó su candidatura como independiente para la alcaldía de la capital, con 1,2 millones de personas.

Para inscribirse como candidata recogió en dos semanas 8.400 firmas, 2.000 más que las necesarias. No renuncia a su partido, pero quiere seguir "rompiendo esquemas" y es apoyada en su candidatura por movimientos populares, organizaciones de mujeres y un voluntariado movilizado a su favor.

Honduras tendrá elecciones generales en noviembre, cuando se renovarán la presidencia, la vicepresidencia, el parlamento y los cargos municipales.

Fredy Banegas, un vendedor de helados, ve positivamente la participación de las mujeres en política. "Son muy peleadoras (aguerridas) en el Congreso, vea a la diputada bailarina (Gutiérrez), tiene agallas y piensa en los pobres", dijo a IPS fuera de un supermercado de la capital.

Banegas apoya los cambios en el papel de la mujer. "Cuando era niño, mi tata (padre) me decía que las mujeres eran para atender la casa y al hombre, pero ahora no es así y está muy bien", explicó antes de contar que su esposa trabaja y ayuda a la supervivencia familiar tanto como él.

"Es bueno que la mujer aprenda, se eduque y nos eduque", reflexionó entre risas.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe