AMBIENTE-AMÉRICA LATINA: Verdes en pugna por el poder

Cansados de esperar que los partidos existentes levanten las banderas del desarrollo sustentable y las sostengan cuando llegan al gobierno, ambientalistas de América Latina comenzaron una batalla cada vez más visible en busca de conquistar espacios de poder y llevar adelante ellos mismos sus propuestas.

Bajo el paraguas del movimiento Global Verde, que agrupa a un centenar de partidos ecologistas de todo el mundo, la Federación de Partidos Verdes de las Américas está integrada por una docena de agrupaciones que procuran incidir en la agenda política del hemisferio a través de sus propios legisladores, alcaldes o ministros.

"Para nosotros la cuestión ambiental es un problema principalísimo", explicó a IPS el argentino Juan Manuel Velasco, ex ministro de Ambiente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires y primer candidato a diputado nacional por el Partido Iniciativa Verde que competirá en las elecciones legislativas de fin de este mes en Argentina.

"El resto de los partidos políticos, tanto de derecha como de izquierda, sacrifica la sustentabiliad en aras de un desarrollo productivo de corto plazo", dijo. "En cambio nosotros creemos que el desarrollo no es tal si va en contra de las futuras generaciones, y que es imprescindible un crecimiento de largo plazo", remarcó.

El Partido Iniciativa Verde de Argentina se creó en 2006 y está integrado por ex dirigentes de organizaciones no gubernamentales como Greenpeace y activistas sociales o ambientales que trabajan en la ciudad de Buenos Aires. Este año por primera vez se presentan a elecciones en forma independiente y sin alianzas.

La experiencia es la primera genuinamente ecologista en Argentina, asegura Velasco, y recordó que hace algunos años existió un Partido Verde en este país que se presentaba en alianza con el Partido Humanista, que estaba vinculado a una comunidad religiosa, y entonces aquellos nunca se insertaron en el movimiento internacional, que es laico.

El nuevo partido, aún sin ningún representante en instituciones de gobierno, se plantea como primer paso ser un instrumento para que el movimiento ambientalista canalice sus demandas. Pero de a poco se proponen "ir conquistando más espacios en el parlamento" y no descartan, en un futuro, competir por la presidencia del país, anticipó.

En Brasil, el Partido Verde tiene una mayor trayectoria. Se creó en 1986 como idea de un grupo de ambientalistas, artistas, intelectuales y activistas principalmente del movimiento antinuclear. Muchos eran exiliados que habían tenido contacto con las experiencias políticas de ecologistas europeos, entre ellos el actual diputado Fernando Gabeira.

Pero Gabeira, que impulsa en el Congreso legislativo proyectos de defensa del ambiente y contra la corrupción, es sólo uno de los 14 legisladores de la cámara baja en el legislativo federales que tiene el partido. Hay además 34 diputados provinciales verdes y 77 alcaldes, entre las cuales está la alcaldesa de Natal, capital del estado de Río Grande do Norte, Micarla de Souza. El Partido Verde de Brasil tiene también su lugar en el gabinete del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Se trata del ministro de Cultura, Juca Ferreira, quien reemplazó al cantautor Gilberto Gil, de fama internacional y otro miembro de la agrupación.

También cuentan con ocho secretarios municipales de Medio Ambiente, y en las elecciones de octubre de 2008 Gabeira perdió por pocos votos la posibilidad de ser alcalde de Río de Janeiro.

En entrevista con IPS, el secretario de relaciones internacionales del partido, Marco Antonio Mroz, dijo que el objetivo de la agrupación en Brasil es ofrecer una alternativa de desarrollo sustentable, que incluye acciones para transformar la matriz energética del modelo de desarrollo, con justicia social, y mejoras en educación y salud.

Mroz asegura que el partido "está libre de las amarras de la izquierda y la derecha" y busca avanzar en la conquista del poder político.

El dirigente recordó que en el pasado, las organizaciones no gubernamentales creían que la cuestión ambiental debía permear a los partidos, pero ya no lo entienden así. Ahora para llegar al poder la única vía es un partido propio que no desvirtúe su propuesta como lo han hecho otros, inclusive de izquierda, dijo en alusión al Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna Brasil desde 2002.

Mroz sostiene que el partido que lidera el presidente Lula tiene "una propuesta de desarrollo económico a cualquier precio".

Por su parte, Alfredo Sirkis, concejal de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, señaló a IPS que los ecologistas que se insertaron en el PT, como el ministro de Ambiente, Carlos Minc, que era miembro del Partido Verde, "están cada vez más aislados, tanto en el partido como en el gobierno de Lula".

Para Sirkis, el discurso solitario del Partido Verde en los años 80 se convirtió en el de buena parte de la sociedad, los medios de comunicación, los empresarios y de otros partidos políticos, pero "resta saber si lo abordan sinceramente", dijo.

"Nosotros queremos una sociedad y una economía sustentables", remarcó el dirigente, y advirtió que la jefa de la Casa Civil (especie de primer ministra), Dilma Rousseff, precandidata del PT a la presidencia en los próximos comicios, "no considera el tema ecológico como algo importante".

Esa misma visión crítica la tiene Velasco respecto del modelo "productivista" de Argentina, vigente desde la administración centroizquierdista de Néstor Kirchner (2003-2007) y mantenido por su sucesora y esposa, Cristina Fernández.

El modelo argentino empuja la expansión del monocultivo de soja para la exportación, por ejemplo, dijo Velasco, sin contemplar el agotamiento del suelo. Y algo similar ocurre con la promoción de actividades mineras que contaminan el agua.

Frente a este escenario, los brasileños creen también que el objetivo de corto plazo debe ser "aumentar el poder de fuego" en el Congreso, en gobiernos provinciales y municipales, pero no descartan tener, en el futuro, una candidatura propia para la presidencia. "Es nuestro objetivo", aseguró Mroz.

Otro país de la región donde los verdes tienen un gran desarrollo es México, donde el partido se creó en 1986. Pero el camino seguido por sus dirigentes para conquistar posiciones en el escenario político es cuestionado por organizaciones ambientalistas e incluso por otros miembros de la Federación de Partidos Verdes de las Américas.

Velasco, de Argentina, sostiene que los verdes mexicanos no siempre actúan de acuerdo a los principios internacionales de la Carta Verde, un compromiso del movimiento global adoptado en 2001 en Canberra y actualizado en 2008 tras una reunión de Global Verde celebrada en Sao Paulo.

"Es cierto que hay particularidades en cada país, pero eso no nos puede llevar a posiciones contrarias al compromiso internacional de promover un desarrollo en armonía con la naturaleza", subrayó el dirigente argentino.

En Chile, el Partido Ecologista fue inscrito en el registro electoral a comienzos de 2008 y está legalizado en tres regiones del país, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, todas al norte. En las últimas elecciones municipales sentaron a una concejala en la comuna de San Pedro de la Paz, en la sureña región de Bío Bío. No tienen legisladores nacionales.

Entre sus integrantes están dos reconocidos líderes ecologistas: Sara Larraín, de la organización no gubernamental Programa Chile Sustentable, y Manuel Baquedano, del Instituto de Ecología Política. Al igual que en Argentina, se trata del primer partido verde propiamente, dijo a IPS Félix González, su presidente.

Como aún no tiene presencia legal en todo el país, este partido no puede competir por la presidencia de Chile en las elecciones previstas para este año. En ese sentido, estarían dispuestos a apoyar la candidatura independiente del ex diputado socialista Marco Enriquez Ominani. Pero su ambición es conquistar un poder propio.

"Si estuviéramos en el poder tomaríamos decisiones distintas a las que adoptan los políticos hoy", aseguró González. Porque "cuando hay elecciones, todos los candidatos son verdes y recogen estas inquietudes, pero a la hora de la verdad, cuando hay que tomar decisiones, las posturas son otras", advirtió.

González explicó que los ecologistas hacen lobby para que sus propuestas sean adoptadas por la autoridad política, pero esa forma de incidir "alcanzó un techo". Por eso decidieron crear el partido que "tarde o temprano va a ser gobierno", apuntó con optimismo.

Para ellos, el ecologismo no es uno de los temas de su ideario, sino "el tema". "Es una forma de mirar todos los problemas", remarcó. Y eso mismo piensan sus colegas en toda América Latina.

(*) Con aportes de Fabiana Frayssinet (Río de Janeiro), Daniela Estrada (Santiago de Chile) y Diego Cevallos (México).

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