SALUD-CHINA: Del SRAS a la gripe porcina

La campaña de China contra la gripe porcina recibe críticas por «extrema» e «injustificada». Hace seis años, las quejas ante el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) se referían a la supuesta timidez de la respuesta y a los intentos por encubrir la enfermedad.

Las autoridades chinas son acusadas de discriminar a los ciudadanos de México, el país más golpeado por la gripe porcina, al aislarlos forzadamente por temor a que la nación más populosa del mundo quede expuesta al virus H1N1, causante del mal.

Medidas como ésa fueron tomadas luego de que el ministro de Salud, Chen Zhu, consideró muy factible que el virus ingresara en su país.

Beijing se ha puesto ahora a la defensiva, en un intento por contener los ataques diplomáticos causados por su decisión de confinar en cuarentena a más de 70 mexicanos en todo el territorio, a pesar de que muchos de ellos ni siquiera tienen posibilidades de haber contraído la enfermedad.

La secretaria (ministra) de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, consideró que estas medidas son "injustificadas" y recomendó a sus compatriotas no viajar a China.
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Beijing rechazó la acusación y pidió a México "atender el asunto de manera objetiva y calma". "Las medidas no apuntan contra ciudadanos mexicanos y no son discriminatorias. Esto se trata sencillamente de una inspección sanitaria y de una cuarentena", dijo el portavoz de la cancillería, Ma Zhaoxu.

Expertos chinos en salud también recordaron que cuando se originó el brote de SRAS en 2003, en el sur de China, algunos gobiernos reclamaron la suspensión total de los vuelos desde este país y una cuarentena total.

"Tenemos derecho a pedir lo que otros países nos pidieron a nosotros en el pasado", dijo Zeng Guang, jefe de científicos del Centro Nacional de Control y Prevención de Enfermedades, al semanario Southern Weekend.

Zeng argumentó que México tiene una responsabilidad para con la comunidad internacional: detener la propagación del virus mediante la cuarentena de todas las personas infectadas y de aquéllos que hayan estado en contacto con ellas, aunque no muestren síntomas.

"Cada país a donde haya llegado el virus debería reaccionar así", sostuvo.

Un mexicano de 25 años que sufre gripe porcina se encuentra en Honk Kong. Llegó allí en un vuelo de AeroMéxico que hizo escala en Shangai. Funcionarios buscan a los pasajeros de ese avión, pero también a todos los portadores de pasaporte mexicano, hayan estado o no en su país en momentos en que estalló la epidemia.

Los usuarios de foros de Internet han manifestado un apoyo mayoritario a tales medidas de cuarentena. El portal Sina.com indicó que 92 por ciento de 4.263 usuarios que respondieron a su consulta consideraron que la cuarentena es "un método preventivo necesario" y que no es discriminatorio, según el Diario de China.

Luego de recibir numerosas críticas por intentar encubrir el alcance de la epidemia de SRAS en 2003, con lo que contribuyó con la propagación del virus por todo el mundo, China ha tratado de exhibir una actitud totalmente distinta, de apertura y gran disposición.

La epidemia de SRAS acabó con 700 vidas en todo el mundo, más de 300 de ellas en China. Beijing fue uno de los lugares más golpeados, pero la población de la ciudad no supo hasta que todo terminó el peligro por el que estaba pasando, dado el ocultamiento de las autoridades.

Las nuevas cepas de gripe estacional que se ciernen sobre todo el mundo en invierno, de a un hemisferio por vez, suelen rastrearse hacia China.

Científicos sospechan que esas mutaciones se desarrollan allí con facilidad debido a la gran población humana y a la proximidad de las comunidades con el ganado.

Se estima que el virus que causó la pandemia denominada "gripe española" en 1918, y que mató a millones de personas, se originó en el gigante asiático. También los brotes de la llamada "gripe asiática" de 1957 y 1968.

Pero China rechaza la reputación de gran olla para el caldo de cultivo de virus asesinos. El gobierno niega que la actual gripe se haya originado en este país, una sospecha que se alimenta con la reciente ola de muertes de cerdos en la oriental provincia de Fujian, atribuida por el Ministerio de Agricultura a la disentería y edemas.

La Organización Internacional de Sanidad Animal sugirió que se llame a la nueva enfermedad "influenza norteamericana", según la tradición de denominar las pandemias de acuerdo con la región donde primero se las identificó.

Pero la propuesta chocó con obvias incomodidades. Muchos aplaudieron la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de abstenerse de dar referencias geográficas y de alusiones a los cerdos, para elegir la denominación "influenza H1N1", por el nombre científico del virus.

"¿Qué hay en un nombre?", se preguntó el Diario de la Juventud, de Beijing, en su editorial. "Nada menos que una promesa de que todos los países trabajarán juntos contra una amenaza común."

China fue el primer país que brindó ayuda a México, al despachar cuatro millones de dólares en medicinas y ofrecer un millón en efectivo. La prensa china destacó la semana pasada la imagen del presidente mexicano Felipe Calderón recibiendo el vuelo de Air China con la asistencia.

Beijing también anunció un acuerdo con México para intercambiar vuelos contratados con el objetivo de repatriar nacionales de ambos países varados por la gripe porcina.

Con el conflicto diplomático aparentemente resuelto, el gobierno chino ahora se dedica a ganar la batalla por la opinión pública dentro de fronteras.

A pesar de que el gobierno destaca en sus anuncios que no debe atribuirse la epidemia a los cerdos, las ventas y el consumo de su carne en este país cayó abruptamente. Y China es el principal criador y consumidor de alimentos porcinos del mundo, que constituyen una de las bases de su gastronomía.

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