CAMBIO CLIMÁTICO: Se acerca Copenhague

Cuando faltan apenas 199 días para la culminación en Copenhague de las negociaciones internacionales sobre cambio climático en curso, se están logrando avances constantes, aunque lentos.

Sin embargo, es probable que algunos asuntos, como el financiamiento y los roles de los países industrializados y en desarrollo, sigan en la mesa hasta que en diciembre que sesione en la capital danesa la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

"En las negociaciones hay una atmósfera constructiva", dijo la semana pasada Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención, en una conferencia de prensa en la sede neoyorquina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Lo que me parece muy positivo es que los países industrializados finalmente den a los países en desarrollo algún crédito por lo que ya están haciendo para abordar el cambio climático", señaló.

La conferencia se celebrará en Copenhague del 7 al 18 de diciembre. Para que tenga éxito, se considera vital conocer con anticipación los compromisos financieros y políticos de los gobiernos, dijo la ministra danesa de Clima y Energía, Connie Hedegaard, quien presidirá la conferencia.
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Tras la primera sesión del año, en marzo y abril, se realizarán antes de diciembre otras cuatro rondas preliminares de negociaciones: del 1 al 12 de junio y del 10 al 14 de agosto, también en Bonn, del 28 de septiembre al 9 de octubre en Bangkok y del 2 al 6 de noviembre en un lugar a confirmar.

El Congreso Científico Internacional sobre Cambio Climático, que reunió a 2.500 participantes la semana pasada en Copenhague, concluyó que las emisiones constatadas hacen prever escenarios peores que los anticipados el año pasado por el Grupo Intergubernamental de Expertos de la ONU en la materia (IPCC, por sus siglas en inglés).

"Los patrones climáticos ya se mueven más allá de las variaciones naturales en cuyo marco se ha desarrollado y prosperado nuestra sociedad y economía", dijeron delegados de la conferencia en una presentación realizada el día 12 en la ONU.

La aceptación de las conclusiones de los científicos ya no es un problema. El principal inconveniente para cualquier plan es ahora el financiamiento de los proyectos de prevención y mitigación, particularmente en países pobres, por parte del sector público y el privado del Norte rico.

De Boer dijo que Estados Unidos y otras naciones ricas no podrán ratificar un acuerdo sin que los países en desarrollo asuman los compromisos correspondientes. Pero "los países en desarrollo dicen: ‘Sí, queremos actuar, pero seguros de que habrá financiamiento’", señaló.

"Hemos tenido un poco de la historia del huevo y la gallina. Algunos países dijeron ‘muéstreme su dinero y yo le mostraré mi plan’. Espero que nos pongamos de acuerdo en ambos temas en aproximadamente el mismo tiempo, en Copenhague", agregó.

Jake Schmidt, director internacional de políticas climáticas en el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, también usó la analogía del huevo y la gallina en una entrevista con IPS, describiendo al Sur y el Norte como "esperando que el otro actúe".

El financiamiento es "el corazón de muchas de las negociaciones", dijo.

"Es un tema crucial, pero muy político. En el último par de meses no hubo precisamente una tonelada de avances", añadió.

De Boer señaló que los mecanismos de financiamiento anteriores no han generado la cantidad de capital que los países se habían comprometido a suministrar.

Hedegaard recordó la semana pasada que, no hace tanto tiempo, algunos países en desarrollo pensaban en el cambio climático como un lujo con el que tratar sólo después de haber resuelto problemas más inmediatos, como el desarrollo económico.

Ahora, esos países ven a este fenómeno como vinculado con los propios temas del desarrollo, y trabajan para crear planes de crecimiento que tomen en cuenta al clima.

Una de las modalidades que combinan esos objetivos es el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) previsto en el Protocolo de Kyoto, firmado en 1997 y en vigor desde 2005.

El MDL permite que los países industrializados inviertan en proyectos de reducción de gases de efecto invernadero en países en desarrollo en lugar de reducir sus propias emisiones.

Sin embargo, el mecanismo ha sido muy criticado por tener muy pocos proyectos en África, en comparación con Asia, y por ser difícil de implementar de modo efectivo.

En una entrevista con el corresponsal de IPS Julio Godoy realizada el 2 de este mes, Lambert Schneider, experto del alemán Instituto de Ecología Aplicada, explicó cómo el MDL estipula que un proyecto debe demostrar que "sólo puede implementarse mediante el incentivo de vender créditos de carbono del MDL", pero este juicio "es muy subjetivo".

También señaló los problemas con los certificadores de los proyectos.

A pesar de todo, De Boer sostuvo que el MDL muestra que es posible combinar los dos objetivos, de desarrollo económico y cambio climático.

Según él, los resultados esenciales de Copenhague serán estipular la cantidad por la cual las naciones industriales deberán limitar sus emisiones para 2020, para determinar que están dispuestas a hacer las naciones industriales, garantizar apoyo financiero para la adaptación de estos planes, y establecer estructuras internacionales de gobierno para vigilar los regímenes climáticos a largo plazo.

Parece haber consenso en que las partes gradualmente se están poniendo de acuerdo en estos objetivos con la mira puesta en Copenhague, pero cuando quedan 199 días para la conferencia hay una sensación de que el tiempo se acaba.

"No se están haciendo avances tan rápidamente como a la gente le gustaría", concluyó Schmidt.

Desde que el Protocolo de Kyoto entró en vigor hubo cambios importantes en la voluntad política y los conocimientos técnicos que afectan las políticas sobre cambio climático. Por ejemplo, según De Boer, todos los gobiernos aceptaron los hallazgos científicos del IPCC.

Más recientemente, hubo por lo menos dos hechos obvios: la crisis económica mundial y el cambio de gobierno en Estados Unidos.

"Estoy muy contento de que el cambio climático haya permanecido en la agenda a pesar de la recesión económica", dijo De Boer. Muchos países intentan incluir iniciativas verdes en sus paquetes de estímulo económico, agregó.

De Boer destacó que China se está concentrando en la construcción sustentable.

La semana pasada, Hedegaard señaló a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos como dos líderes improbables pero aparentemente dispuestos a convertirse en economías menos dependientes del petróleo.

"Pienso que sería estúpido que países como India y China sigan el camino de los países industrializados. Como países en desarrollo, tenemos que hallar nuestros propios caminos. No necesitamos que nuestros edificios tengan aire acondicionado todo el tiempo", dijo Rajendra K. Pachauri, presidente del IPCC, en un debate que tuvo lugar el día 19 en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.

Con respecto a si Obama está tan comprometido como parece con una acción contra el cambio climático, De Boer señaló: "Estoy convencido, sí. Pienso que él ve que esto (atañe) a los intereses a largo plazo de Estados Unidos".

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