ENERGÍA-ESPAÑA: Los gigantes del Quijote, a la vanguardia

Hace cuatro siglos, El Quijote de La Mancha hizo famosa la imagen de España llena de molinos de viento. Ahora estas máquinas son mucho más modernas, y colocan a este país a la cabeza de la producción de energía eólica, sólo superado por Alemania.

La famosa novela de Miguel de Cervantes Saavedra fue clave para la difusión de la cultura española en América Latina, aunque esta región nunca se caracterizó por la presencia de molinos. Ningún país de esa región se ubica entre los 25 mayores productores mundiales de energía eólica.

Según la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) y cifras de 2008, Alemania es el mayor productor de energía eólica, con 17.743 megavatios, seguido de España, con 9.653, Estados Unidos, 8.500, India, 4.300, China, 765 y Egipto, 145.

Quizás por eso el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, refiriéndose a la gestión ambiental positiva de la energía eléctrica, dijo el 16 de enero que "España es un ejemplo" de lo que se debería hacer en todo el mundo.

El primer molino de viento para producir energía eléctrica fue instalado en España hace 25 años, con capacidad de generar 15 kilovatios, y el último en 2008, con una capacidad doscientas veces superior.

Hoy en España, la producción eólica representa 30 por ciento de toda la energía consumible, con lo que ya ha superado el objetivo establecido por la Unión Europea (UE) para lograrlo en 2010.

Después de los molinos de viento, las otras fuentes más importantes de energía en este país son la centrales nucleares, las térmicas de carbón, los saltos hidráulicos y las plantas de ciclo combinado (carbón e hidráulico). Una ley propuesta por el gobierno presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2005 y aprobada por el Parlamento fija como objetivo llegar a producir 20.000 megavatios con energía eólica en 2012.

El presidente del Sindicato Francés de Energías Renovables (SER), André Antoloni, destacó la audacia española y subrayó que Madrid marcó un camino en ese sentido, al invertir en sistemas que permiten incorporar la producción eólica a la red eléctrica tradicional.

Esto significa que quien produzca energía eléctrica por medio de los molinos de viento o paneles solares y logre más de lo que consuma, el resto puede pasarlo a las compañías tradicionales que lo reciben y pagan, o lo descuentan de futuras facturas.

En la Feria Europea de Energía Eólica, celebrada en la meridional ciudad francesa de Marsella, del 16 al 19 de este mes, se señaló que las energías renovables el continente podrían llegar a abastecer a 60 por ciento del consumo eléctrico de los hogares.

Para la UE es fundamental avanzar en la producción de energías renovables, ya que en las otras es muy dependiente del exterior. En esta región sólo se han detectado dos por ciento de las reservas de gas de todo el mundo, menos del dos por ciento de las de uranio y menos de uno por ciento de las de petróleo.

Pero las empresas europeas controlan dos terceras partes del mercado mundial de la tecnología eólica, valorado en unos 35.000 millones de euros (48.600 millones de dólares).

José Luis García, responsable de la campaña sobre energía de la organización no gubernamental Greenpeace, dijo a IPS que es muy importante que España sea líder en el sector de las energías renovables, pues éste es un gran proyecto de futuro.

García, si bien destacó el protagonismo español en las energías renovables, llamó la atención sobre el hecho de que, al mismo tiempo, se mantenga la generación atómica. "Eso es una paradoja, y ocurre porque no hay una política energética clara. España lamentablemente arrastra una apuesta hecha en los años 60, bajo el régimen de Francisco Franco (1936-1975), quien se inclinó por la instalación de plantas nucleares".

El ecologista dijo estar seguro de que si fuera hoy no se instalarían, porque "El problema no es solamente que tengan un obstáculo tecnológico y un coste económico elevado, sino que son indeseables desde el punto de vista ambiental. Por eso hay que retirarlas a más tardar cuando se les acaben los permisos para funcionar, y nosotros insistimos en que como objetivo político no deben estar abiertas más allá del 2015".

Respecto a la situación en América Latina y el Caribe, García señaló que "el retraso en energías renovables en esa región hermana es penoso, porque no se aprovechan los recursos que posee abundantemente, mucho más que otros continentes".

En América Latina y el Caribe, añadió, no sólo la energía eólica, sino también la solar debe ser puntera y "no se puede permitir que se ignoren esos recursos, máxime teniendo en cuenta que superan en mucho al del petróleo y que, a diferencia de éste, no se agotará".

Para alentar el desarrollo ecológicamente sostenible, añadió, la UE puede y debe jugar un gran papel positivo, para lo cual debe comenzar ofreciendo el apoyo financiero necesario para que los países más empobrecidos puedan luchar eficazmente con el fin de preservar la salud ambiental.

En esa línea, los miembros de la UE dieron pasos adelante en diciembre de 2008, cuando se reunieron en Bruselas sus representantes y apoyaron un plan por 200.000 millones de euros (372.000 millones de dólares) para relanzar la economía europea, poniendo énfasis en los positivos objetivos ambientales.

Allí, el portugués José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, rama ejecutiva del bloque, calificó esa decisión de "histórica", y en rueda de prensa llamó al resto del mundo a que siguiera el ejemplo europeo en la lucha contra el cambio climático que, entre otras cosas, tiene prevista la reducción antes de 2020 de 20 por ciento de las emisiones de gases invernadero.

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