CAMBIO CLIMÁTICO: Días y noches calientes en México 2090

El cambio climático elevará drásticamente la cantidad de días cálidos y secos en México en las próximas décadas, y regiones costeras como la sudoriental Yucatán pueden ser anegadas por el mar, que allí subirá hasta medio metro, señala un estudio del PNUD y la Universidad de Oxford.

Las bellas playas de la Península de Yucatán se verán amenazadas por las aguas. Crédito: Photo Stock (www.photostock.com.mx)
Las bellas playas de la Península de Yucatán se verán amenazadas por las aguas. Crédito: Photo Stock (www.photostock.com.mx)
Para 2030, es probable que las temperaturas medias diarias de México aumenten 1,4 grados respecto del promedio de los últimos 30 años. Para 2090, el aumento podría llegar a cuatro grados, por lo que 80 ó 90 por ciento de los días y noches del año serán calientes.

El tiempo frío se volverá muy raro, según datos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), principal autoridad en esta materia, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"México es una zona en la que todos los modelos climáticos informáticos coinciden", dijo Carol McSweeney, de la Escuela de Geografía y Ambiente de la británica Universidad de Oxford.

Los modelos computarizados incorporan la física de la atmósfera y, a menudo, la del océano, los hielos marinos y la superficie terrestre, a fin de proyectar cómo puede ser el clima a medida que aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero — procedentes de actividades como la combustión de petróleo, carbón y gas—, agregando más calor en la atmósfera.

El IPCC, ganador del premio Nobel de la Paz 2007, utilizó datos de dos decenas de modelos climáticos elaborados por las supercomputadoras más rápidas del mundo para emitir su histórico Cuarto Informe de Evaluación ese año.

Ese estudio advirtió al mundo que las emisiones de gases invernadero están causando el actual calentamiento y podrían elevar hasta en 4,5 grados la temperatura global media para el año 2100.

Pero McSweeney y sus colegas de Oxford se preguntaron qué significa eso para cada país. Con financiamiento del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), utilizaron información del estudio del IPCC para determinar cambios potenciales en el clima de 52 países en desarrollo.

El estudio, presentado el día 5, incluye a cinco países latinoamericanos: Cuba, México, Nicaragua y República Dominicana.

"Pensamos que era importante concentrar todos esos datos complejos y crear un informe que sintetizara los resultados de las investigaciones", explicó McSweeney a Tierramérica.

En un raro consenso universal, todos los modelos climáticos muestran que México se volverá mucho más caluroso y seco y que esto ocurrirá más pronto en las regiones septentrional y central del país, dijo McSweeney.

El cambio climático ya elevó en seis décimas la temperatura mexicana desde 1960, según el informe. Las jornadas calurosas crecieron en 36 por año entre 1960 y 2003.

Los días calurosos se definen por el 10 por ciento de las jornadas con mayores temperaturas correspondientes a un período de 30 años y son "lo que la gente normalmente considera bastante caliente", agregó McSweeney.

Para 2060, un tercio de los días serán "calurosos" según los estándares actuales, y para 2090 más de la mitad del año será como los días más cálidos de la actualidad. Se prevé que para 2090 las regiones central y norteña de México experimentarán temperaturas seis y siete grados más altas que hoy.

Los días fríos serán muy raros en 2090, tal vez apenas tres o cuatro al año.

El propósito central de este estudio es ayudar a subsanar la falta de información sobre cambio climático en los países en desarrollo.

En México, "no ha sido fácil" ofrecer información climática y "aún no podemos confiar plenamente en ella", señaló a Tierramérica Juan González, coordinador del doctorado en derecho ambiental de la Universidad Autónoma Metropolitana.

"El gobierno federal y los estados hacen sus mediciones usando metodologías diferentes y en muchos casos no compatibles", agregó.

El estudio de Oxford señala que el promedio de lluvias en todo el país no cambió desde 1960, aunque hay amplias variaciones regionales. La cantidad de lluvias intensas o fuertes aumentó alrededor de 1,2 por ciento por década.

Pero todos los modelos avizoran una reducción de precipitaciones anuales de entre tres y 15 por ciento para 2090. Las variaciones regionales son difíciles de pronosticar porque los modelos no pueden simular ciclones tropicales, huracanes o eventos como los de El Niño y La Niña, enfatizó McSweeney.

Pero "estas proyecciones deben usarse con precaución y conciencia sobre sus limitaciones", dijo.

Las estimaciones regionales de lluvias son parte de esas deficiencias, señaló Gavin Schmidt, encargado de los modelos climáticos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (agencia espacial estadounidense) en Nueva York.

Pero se trata de "un resumen útil para que la gente de estos países sepa lo que se viene", dijo a Tierramérica.

Otra advertencia es que estos informes no reflejan completamente el aumento del nivel del mar atribuible al cambio climático. El IPCC reconoce que sus datos no incluyeron el derretimiento de glaciares y hielos del Ártico y la Antártida por falta de datos concluyentes, señaló Schmidt, quien integra ese grupo de expertos.

El derretimiento de hielos se sumará al aumento del nivel del mar por la expansión térmica de los océanos, dijo. Es probable que eso cause más erosión oceánica y marejadas ciclónicas en zonas bajas como la península de Yucatán, donde el mar podría elevarse hasta en 56 centímetros.

Desde 2050, las estaciones cálidas de los países tropicales y subtropicales tendrán temperaturas más altas que nunca antes.

"Es importante comprender que éstas serán condiciones sin precedentes", enfatizó Schmidt.

McSweeney espera que los científicos y políticos de México evalúen el informe y hagan sus comentarios o usen los datos del IPCC para sus propios análisis.

"Esperamos que ésta sea información útil, pero se necesitan más estudios antes de tomar decisiones políticas", expresó.

El problema, apuntó González, es que "México todavía mantiene planes cortoplacistas donde el cambio climático es mencionado como referencia. No existe un plan ambicioso y realista para desarrollar energías alternativas y cambiar de rumbo", agregó.

De hecho, "acaba de aprobarse una reforma al sector petrolero que reitera la apuesta por el desarrollo basado en ese sector finito y generador de emisiones", dijo González. El petróleo es la principal fuente de divisas de México, que genera dos por ciento de las emisiones mundiales de gases invernadero.

* Con aporte de Diego Cevallos (México). Este artículo fue publicado originalmente el 15 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe