ECONOMÍA-AMÉRICA CENTRAL: Previsión de daño en todos los frentes

A raíz de la crisis financiera de Estados Unidos y Europa, América Central puede ver caer exportaciones, turismo, inversiones inmobiliarias y remesas que los trabajadores emigrantes envían a sus familias, afirma en esta entrevista con IPS el economista costarricense Eduardo Lizano.

Eduardo Lizano. Crédito: Daniel Zueras/IPS
Eduardo Lizano. Crédito: Daniel Zueras/IPS
Además, las expectativas de rápidos beneficios emanados del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos, América Central y República Dominicana (DR-Cafta), podrían verse defraudadas. "Una buena parte no se va a ver o se verá, pero disminuida", por la caída del consumo estadounidense, lo que constituye un "problema político-psicológico", a juicio de Lizano, uno de los economistas más prestigiosos de Costa Rica.

Lizano (San José, 1934) presidió el Banco Central en dos etapas (1984-1990 y 1998-2002), ha sido consultor de numerosos organismos internacionales y hoy es presidente honorario de la Academia de Centroamérica, un centro privado y sin fines de lucro, dedicado a la investigación en ciencias sociales y la formulación de políticas.

IPS: ¿Cómo puede afectar a la región la zozobra financiera que estamos viviendo?

EDUARDO LIZANO: La crisis financiera nos ha comenzado a golpear. No sabemos hasta dónde, porque no se sabe si ha tocado fondo. Todo va a depender de la velocidad y de la profundidad de la crisis en Estados Unidos.

En tanto que las economías de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE) crezcan más lentamente, van a comprar menos, a importar menos, por lo que nosotros vamos a exportar menos.
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Al haber menos exportaciones, hay menor producción, menor empleo, y también menor cantidad de inversiones. Si la crisis financiera viene a reducir aún más las tasas de crecimiento de Estados Unidos y la UE, entonces este impacto real va a ser todavía mayor.

Otro canal en que nos va a afectar es el de las inversiones inmobiliarias. En algunos países de América Central había grandes desarrollos inmobiliarios en las costas, que los compraban básicamente gente de Estados Unidos. Una gran cantidad de esos proyectos se han pospuesto, otros se están desarrollando mucho más lentamente.

Después queda el turismo. Para Costa Rica o Guatemala es una fuente importante de ingresos. Si la crisis hace que la gente deje de viajar, la corriente de turismo va a disminuir y va a impactar en la hotelería que derrama al resto de la economía. En cuarto y último lugar hay un tema muy importante para la región, especialmente en países como El Salvador: las remesas de los que trabajan en Estados Unidos. Economías como la salvadoreña ya han notado que el desempleo en el Norte aumenta, los inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, son los que empiezan a notar en primer lugar ese impacto, y envían menos dinero, o dejan de enviarlo, a sus familiares en el país de origen.

IPS: ¿Tan sombrío es el panorama?

EL: No todo es negro, porque esta desaceleración de la economía mundial también trae aparejada una disminución en el precio de las importaciones centroamericanas, como el petróleo, o los alimentos. Somos economías que prácticamente importamos la totalidad del petróleo, que estaba en 130 dólares el barril y ahora está en 90 dólares.

Es algo que para otros países latinoamericanos es malo, porque son exportadores de petróleo (como Venezuela y Ecuador) o de alimentos (Brasil y Argentina). Ellos se van a ver golpeados. Esa parte de la crisis a nosotros nos favorece.

IPS: ¿Qué implicaciones negativas tiene esta crisis para los países firmantes del DR-Cafta —Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana—, cuyo principal socio es Estados Unidos?

EL: Hay un problema político-psicológico, si se quiere. En buena parte, el Cafta se aprobó con la esperanza de que viéramos resultados positivos relativamente rápidos. Ahora, una cuota importante de sus beneficios no se va a ver, porque buena parte consistía en que Centroamérica vería aumentar las inversiones para producir y exportar a Estados Unidos.

Al decrecer bastante el consumo en Estados Unidos, estas inversiones no se van a dar y los beneficios que se esperaban no se van a ver, o se verán, pero disminuidos.

IPS: ¿Qué imagen cree que da Costa Rica ante los continuos aplazamientos de la entrada en vigor del DR-Cafta (se acaba de dar una segunda prórroga hasta el 31 de diciembre) y cómo puede afectar a su futura relación comercial con sus socios?

EL: Nos da mucha vergüenza lo que está pasando. El presidente (Óscar Arias), ahora que estuvo reunido con el resto de presidentes centroamericanos y con (el mandatario de Estados Unidos George W.) Bush, tuvo que comenzar pidiendo excusas.

Es un papel muy pobre el de Costa Rica en materia de capacidad de tomar decisiones. Está bien que no se tomen decisiones de esa magnitud de una manera alocada, en una o dos semanas, pero el país tiene cuatro años de estar en esto.

IPS: ¿Cuál es la principal amenaza que se cierne sobre América Central? ¿Cree que la región está preparada para la crisis?

EL: Esta crisis no nos va a afectar tanto. Nuestros países no están suficientemente integrados a los sistemas financieros internacionales. Puede haber pérdidas de inversores puntuales, sin que se resienta la economía local. La amenaza va a venir de la parte real de la economía, si las exportaciones se ven afectadas. Eso dependerá de la profundidad y de cuán larga sea la crisis en Estados Unidos. Exportaciones, producción, empleo, por ahí es por donde más nos vamos a ver afectados.

IPS: Pero en los últimos años sí han entrado los grandes bancos internacionales. Los bandazos que estamos viendo, ¿no pueden afectar al ahorrista centroamericano?

EL: Han entrado grandes bancos. Uno canadiense, Scotiabank, otro estadounidense, Citi, y otro británico, HSBC. De esos tres, el Citi se ha visto muy golpeado por la crisis, los otros dos mucho menos. Si alguno de los tres llegara a flaquear, como le ha sucedido a otros bancos norteamericanos, podríamos tener ahí un coletazo de la crisis que sí podría afectarnos.

IPS: El presidente Arias dijo que, tras una contracción de la pobreza, este año veríamos como volvería a crecer. ¿No es preocupante?

EL: Sí lo es porque durante 15 años hemos tenido en Costa Rica una pobreza que ronda 20 por ciento de las familias, y el año pasado logramos que bajara casi tres puntos porcentuales. Es preocupante si se pierde el éxito que tuvimos en 2007, si volvemos a la situación anterior. Sería una lástima que ese esfuerzo se perdiera.

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