ECONOMIA-CUBA: Tormentas sin calma

Contrario al dicho de que tras la tormenta llega la calma, la onda expansiva en Cuba de los huracanes Ike y Gustav impedirá por mucho tiempo el descanso a residentes no sólo de las zonas más afectadas sino de todo el país, que se preguntan si realmente ya pasó lo peor.

"La temporada (de huracanes) no acaba hasta noviembre. ¿Si nos cae otro, que será de nosotros?", se preguntó preocupada Georgina Fernández, habitante de La Habana, aunque con familiares en Pinar del Río, una de las provincias que sufrió con más rigor el paso de Gustav y luego de Ike, entre el 30 de agosto y el 9 de este mes.

El temor de Fernández no es infundado. Durante el período de actividad ciclónica que comenzó en junio y se extiende hasta noviembre, los meses de mayor riesgo para Cuba, en cuanto a la frecuencia de tormentas, suelen ser octubre, septiembre y agosto, en ese orden.

En la central provincia de Santa Clara, Rubén Torres, un agricultor a pequeña escala, perdió su cosecha de plátanos y yuca, además de sus matas de aguacate. "Doy gracias que salvé el arroz que tengo sembrado", comentó, tras calcular que Ike pasó a unos 100 kilómetros de su establecimiento, por el mar.

"Yo digo que la situación es grave, porque, si aún a esa distancia nos causó daños, imagínese cómo será en las provincias donde entró", comentó Torres en conversación telefónica con IPS. Según sus estimados, por más rápido que se siembre ahora para recuperar lo perdido, los productos comenzarán a verse hasta avanzado el primer semestre de 2009.
[related_articles]
Mientras tanto, las viandas (tubérculos) y hortalizas comenzaron a disminuir en los puestos de venta y los consumidores se quejan a diario de alzas en los precios, especialmente en los agromercados, establecimientos donde la venta se rige por ley de oferta y demanda.

Cuba hacía el recuento de los daños causados por Gustav en su porción occidental, el 30 de agosto, cuando Ike entró por el oriente del país la noche del 7 de este mes, salió al mar, donde se fortaleció, y al día siguiente volvió a esta isla y afectó prácticamente a todo el territorio cubano.

Un informe oficial situó las pérdidas que dejaron Ike y Gustav, de manera preliminar, en 5.000 millones de dólares. El costo incluye siete fallecidos, decenas de heridos, miles de hectáreas de cultivos arrasadas, casi medio millón de viviendas destruidas total o parcialmente e infraestructuras vitales del país seriamente dañadas. El impacto agrava las tensiones económico-financieras del país, urgido de aumentar su producción de alimentos y reducir sus importaciones. El gobierno ya venía alertando que debido a los altos precios en el mercado internacional los gastos para asegurar la canasta básica y combustibles serían considerablemente mayores en 2008.

Según datos oficiales de junio, Cuba gastó el año pasado 1.470 millones de dólares en comprar 3,4 millones de toneladas de alimentos, que a los precios actuales exigirá unos 1.000 millones de dólares más. A la vez, el consumo diario de 158.000 barriles de petróleo cuesta 11,6 millones de dólares cada día, 32 por ciento más.

Economistas coinciden en que el incremento de los precios de los productos importados presiona al alza a los valores internos y una primera evidencia fue el aumento desde el 1 de este mes, en más de un 50 por ciento (en promedio) en las tarifas de combustibles en la red de gasolineras estatales.

"Es factible anticipar un traspaso significativo desde el precio del combustible hacia los precios de los productos en los mercados agropecuarios debido al peso que tiene este insumo dentro de los costos de transportación y producción agrícola", comentó el economista cubano Pável Vidal en un artículo sobre el tema.

Pero el investigador advirtió que "la peor" de todas las opciones y la que crearía las mayores distorsiones es controlar los precios en los mercados agropecuarios de libre oferta y demanda, una idea lanzada como posible solución, en tanto se mantenga la emergencia, por Ariel Terrero, comentarista económico de la televisión estatal.

En opinión de Vidal, esa eventualidad "fomentaría el mercado negro, distorsionaría los precios relativos y restringiría las señales e incentivos que los precios ejercen sobre los productores y que son necesarias para el ajuste y recuperación de la producción de alimentos".

Más allá de los debates académicos, el gobierno adelantó la recepción de solicitudes de personas interesadas en recibir en usufructo tierras ociosas o mal explotadas. Sólo en los tres primeros días pasaron de 16.000 las peticiones y estaban pedidas más de 200.000 hectáreas, informó este martes Terrero.

La entrega de predios a productores interesados en sacarle provecho, ya sea en cultivos agrícolas o la crianza de animales, forma parte de los cambios prometidos por el presidente de Cuba, Raúl Castro, para hacer producir más la tierra, a fin de aumentar la disponibilidad de alimentos.

Pero investigadores del sector académico consideran que también es necesario "soltar las fuerzas productivas", con reglas claras, expandir el mercado para incentivar la producción y el trabajo, eliminar el exceso de centralismo y las restricciones financieras y productivas de las empresas, entre otros aspectos.

Mientras, los ministerios de Agricultura y del Azúcar lanzaron a la palestra un grupo de 85 medidas para ordenar el proceso de recuperación, que incluyen priorizar los recursos disponibles en áreas "que aseguren producciones en el menor plazo posible" y la aplicación de sistemas de pago que aceleren la rehabilitación.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe