DESARROLLO: Condiciones de la asistencia bajo fuego

Un millar de representantes de gobiernos y de la sociedad civil de todo el mundo están reunidos en la capital de Ghana para optimizar los mecanismos de asistencia, en lo que se ha convertido en una ardua negociación entre países ricos y pobres.

El Tercer Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo (HLF3, por sus siglas en inglés) considera desde este martes hasta el jueves la Agenda de Accra para la Acción (AAA), que seguirá el rumbo marcado en 2005 por la Declaración de París, redactada en el primer foro.

La AAA, que ha pasado por varios borradores, revisa la Declaración de París y establece una serie de recomendaciones para fortalecer la "propiedad del proceso de desarrollo" en manos de los países que reciben asistencia, así como mejores alianzas entre donantes y beneficiarios.

"El HLF3 es un foro importante. Pasaron tres años desde la aprobación de la Declaración de París, con la que los países donantes se comprometieron a aumentar la ayuda promoviendo el buen manejo y la buena entrega de la asistencia", dijo Mary Chenery-Hess, principal asesora del presidente ghanés John Agyekum Kufuor.

"En los últimos años, se alcanzaron algunos avances, pero han sido muy lentos. Necesitamos más esfuerzos para lograr los objetivos y cumplir con los términos de la Declaración de París. No podemos sólo hablar: debemos actuar", agregó.
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La Declaración de París no significó, en los hechos, una gran reducción de la pobreza: 1.400 millones de personas viven en esa condición, con un ingreso menor a 1,25 dólares diarios.

Como consecuencia, países en desarrollo y activistas reclaman a las naciones ricas que dejen de condicionar su ayuda —por ejemplo, obligando a quienes la reciben a importar los bienes que produce el donante— y que armonicen sus políticas, con frecuencia contradictorias.

Participantes en las deliberaciones en Accra afirman que los países en desarrollo reclaman a los donantes un plan con fechas y plazos para que la ayuda deje de condicionarse y que asigne el manejo de la asistencia técnica a los receptores.

De todos modos, se reconoce que parte de la ayuda tienen un impacto positivo.

"En algunas regiones de África, el sarampión se redujo 91 por ciento", informó Ann Veneman, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. "La distribución de mosquiteros para combatir el paludismo aumentó en varios lugares. En Mozambique, la mortalidad materna se redujo 65 por ciento y la infantil, 40 por ciento."

Pero la situación en muchos países en desarrollo sigue siendo crítica.

"En la Declaración de París figura, entre otras cosas, el propósito de aumentar la cantidad y la calidad de la ayuda. En 2007, desafortunadamente, menos de la mitad de la asistencia se entregó de manera puntual. Necesitamos cambiar eso para mejorar su eficacia", afirmó Veneman.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su treintena de miembros incluye a todas las economías del mundo industrializado, informó que los donantes suministraron 103.700 millones de dólares en asistencia el año pasado, 8,4 por ciento menos en en 2006.

El vicecanciller de Corea del Sur, Oh Joon, dijo que la salud materna e infantil debía ser una prioridad de la asistencia.

"De todas las Metas de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, la mejora de la salud materna es la que más rezagada está quedando. Necesitamos salvar a las mujeres para salvar y proteger a nuestros niños", agregó.

Los Objetivos de Desarrollo, definidos en 2000 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna.

También contemplan combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.

Expertos aseguran que un aumento de la asistencia a sectores específicos puede ayudar a alcanzar esos objetivos.

"Tanto el volumen como la puntualidad de la asistencia deberían aumentar, en especial cuando se trata de situaciones de posguerra", dijo a IPS el ministro de Cooperación Internacional de Sudán, Eltigani Fedai.

"La ayuda debe entregarse con puntualidad. La población de estas naciones está esperando los dividendos de la paz, necesitan ver la diferencia entre guerra y paz. Deberían facilitarse los procedimientos para esos países", explicó Fedai.

Sin embargo, la ministra de Asuntos Femeninos y de la Infancia de Ghana, Hajia Alima Mahana, consideró que "el espíritu y los principios de la Declaración de París ya se han cumplido".

"La idea de este foro es ver qué se ha hecho hasta ahora y hacer planes para mejorar la vida de los países pobres", concluyó.

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